Por Edwin Miranda V. | Activo$ Bolivia – La Paz
La peste del coronavirus (Covid–19) echó a la calle a aproximadamente 24 mil familias dedicadas al expendio de alimentos en restaurantes y puestos callejeros en la ciudad de La Paz quienes, forzados por la emergencia sanitaria —aún está vigente en el Estado— cerraron, clausuraron o simplemente se declararon en quiebra.
Frente a esta dramática situación, este ejército de desempleados, entre los que hay meseras, chefs, garzones, cocineras, ayudantes de cocina, entre otros, reclamaron airadamente a través de sus representantes, «soluciones inmediatas» al Gobierno y la Alcaldía, para no seguir pasando hambre.
Tenemos derecho a «sobrevivir» en medio de la pandemia, señaló airadamente el representante de propietarios de medianos, pequeños y micro negocios de alimentos de La Paz, Juan Carlos Callejas. En esta ciudad al menos dos mil negocios fueron afectados por la crisis.
El dirigente gremial, que está al frente de doce federaciones, expuso un pliego de peticiones que fue sintetizado en tres puntos: apertura inmediata de los puestos de venta en la ciudad, condonación del pago de patentes municipales por la gestión 2020; y el diferimiento de las licencias de funcionamiento.
«Estamos sin trabajo, preocupados y viviendo al día con menos de Bs 50, y así no se puede seguir; las autoridades tienen que hallar soluciones», reclamó.
Anticipó que el sector esperará una respuesta positiva a sus demandas hasta el próximo lunes, caso contrario «tendremos que aplicar medidas de presión como el bloqueo de calles y avenidas».
Alimentos solo para una semana
Mientras productores en Cochabamba y Santa Cruz echan pollos, leche, huevos y verduras a la calle y en medio de carreteras interdepartamentales, la capital política del país, epicentro del poder en Bolivia, está al límite la provisión de alimentos.
De hecho, si en las próximas horas no llega la pacificación y se levanta el bloqueo de caminos, la ciudad en la que viven más de un millón de personas, corre riesgo de quedarse «sin alimentos en una semana», alertó la directora de Mercados y Comercio en Vía Pública del Gobierno Municipal, Paola Valdenassi.
A raíz de esta situación, el alcalde de la ciudad, Luis Revilla, suspendió la cuarentena rígida como medida para contener la expansión de la pandemia del coronavirus fijada del 16 al 23 de agosto próximo. «El desabastecimiento está creciendo, tenemos solo alimentos para una semana y se ha tomado contacto con el Gobierno para ver la posibilidad de promover, si la situación así lo amerita, puentes aéreos para asegurar el abastecimiento y regular el agio y especulación de los precios», declaró la autoridad edil.