Jenny Cartagena | Activo$ Bolivia
Los populares jeans o vaqueros llevan décadas como una de las prendas de vestir imprescindibles por ser atemporales; cambian un poco, pero nunca pasan de moda. A principios del año 2000 volvieron con fuerza a los escaparates con la moda de llevarlos deliberadamente desgastados o envejecidos. Luego se impusieron los jeans rotos, desgarrados, deslavados, desteñidos, manchados, con estampados llamativos y otros efectos.
Para lograr esos efectos, las prendas son sometidas a diferentes procesos. En Cochabamba, la empresa Conar Innova vio en esa tendencia una oportunidad para agregar valor a los jeans confeccionados por los talleres textiles locales, una forma de “ponerle el hombro” a la producción nacional para que crezca y sea más competitiva, ya que al seguir las tendencias de moda se puede comercializar a mayor costo.
“Hace varios años quedé muy impacto cuando fui a una galería de la calle Esteban Arce a comprar un jean y costaba entre 250 y 300 bolivianos. Yo sabía, porque conocía el rubro de la confección textil, que el metro de tela no superaba los seis dólares, es decir 42 a 43 bolivianos, más el proceso de confección era mucha la diferencia (con el precio final)”.
Álvaro Coria Berríos, gerente general y propietario de Connar Innova.
Esta experiencia, impulsó al joven empresario a dar un paso más que su papá, Narciso Coria, quien empezó a finales de la década de los 70 confeccionando camisas y, años después, creó Conar, una lavandería textil ubicada detrás del recinto ferial de Alalay, viendo la gran demanda del servicio de lavado que existía esos años.
Así, en 2018, Álvaro decidió independizarse y le agregó al nombre de la empresa “Innova”, porque su premisa es la continua innovación. En su planta, instalada en la zona de El Abra, se incorporó maquinaria de alta tecnología para garantizar calidad y ponerse a la vanguardia en los procesos de decoloración y tinturado de los jeans, así como en el diseño de detalles para atender todas las especificaciones de los clientes.
“La tecnología esta acá, muchas de las máquinas ya se fabrican en el país, y nuestra producción (confección) de jeans es de calidad, por eso es enviada a mercados externos; entonces, ¿por qué no podíamos ofrecer productos acabados acordes a la moda?”, se cuestionó. Ese fue su desafío y su planta ya lleva operando tres años.
Empezó prestando sus servicios a uno o dos clientes, actualmente su cartera supera los 50. Atiende a clientes de Cochabamba, La Paz y Oruro, entre ellos hay grandes firmas nacionales que llegan a mercados de todo el país y algunas exportan. Por día, se procesan en la planta entre 3 a 4 mil prendas.
“Nos prefieren por la calidad de nuestros procesos, la innovación en colores y tendencias en el desgaste de los jeans”, destacó Coria.
MÁS TECNOLOGÍA, MAYORES SERVICIOS
La planta de Conar Innova cuenta con la maquinaria adecuada y los recursos humanos capacitados para llevar a cabo el proceso de envejecimiento y desgaste de los jeans, darle el toque “destroyer” con roturas o rasgados en el tejido, y producir los efectos de desteñido, jaspeados, blanqueado, nevado y arrugado, entre otros. Varios de estos procesos antes se los realizaba de forma manual.
Casi a fines de 2021, Conar Innova realizó una cuantiosa inversión en la adquisición de una maquina láser para realizar grabados y cortes textiles con alta precisión y personalizados. Este año tiene previsto incorporar a su planta otra máquina de alta tecnología para obtener otros efectos.
Para mantenerse al día con las innovaciones en cuanto a maquinaria, técnicas y químicos, Álvaro Coria viaja continuamente a diferentes países para capacitarse sobre las novedades en el rubro.
“No tenemos nada que envidiar a países como Brasil, Argentina o Colombia, que confeccionan prendas de vestir para grandes firmas del mundo y exportan, nuestra lucha es contra la proliferación del comercio de ropa usada, un mal que está acabando con nuestros confeccionistas ante la dejadez de las autoridades”, lamentó el empresario.
EL PROCESO DE LAVADO Y DESGASTADO
Los vaqueros que vemos hoy en los mercados han pasado previamente por diferentes procesos. Irónicamente, los jeans más rotos y deslavados son los más costosos. ¿Por qué?
Los procesos para cambiar el look a las prendas de mezclilla, son muchos y variados, requieren de experiencia para obtener los resultados deseados.
Dependiendo del tipo de efecto o color requerido por el cliente, en Conar Innova los procesos demandan entre 10 y 50 segundos hasta tres a seis horas. Álvaro Coria destaca que con la incorporación de tecnología lograron optimizar estos tiempos y la calidad en varios de los procesos, que antes se hacían de forma manual.
Detalló que el proceso arranca con la descarga y registro de las prendas enviadas por los clientes y la costura de ojales para los botones. Luego, si van a ser jaspeadas, blanqueadas o teñidas se aplican diferentes químicos durante un tiempo y después son enjuagadas, centrifugadas y secadas en las máquinas.
Previamente, hacen pruebas de color, de la trama y encogimiento de la tela en una máquina de testeo.
Después del deslave o teñido, los jeans pasan a los muñecos o globos donde se realizan los efectos requeridos. El efecto denominado “destroyer”, los “quemados” y los grabados son realizados por la máquina láser. Finalmente, las prendas son planchadas y empacadas para su entrega al cliente.
En estos procesos, el tema ambiental está muy presente en Conar Innova, por ello cuenta con una planta de tratamiento de aguas servidas que le permite reutilizar hasta el 50% de esas aguas, mitigando así el impacto al medioambiente y aprovechando al máximo el recurso hídrico, fundamental para la operación de la lavandería.