Redacción | Activo$ Bolivia
(Con datos de la Red)
De 2020 a 2022, una emprendedora trabajó en la creación de una aplicación de delivery de alimentos. Esta idea emergió antes de la pandemia y antes de que la entrega de comida se convirtiera en lo que conocemos hoy. Durante varios meses, realizó investigación de usuario, prototipado y testeo y luego, movida por la emoción, comenzó a desarrollar la app.
Pocos meses después, la pandemia cambiaría el mundo entero y revolucionaría el mundo de la entrega de comida a domicilio, lo que provocó que mucho capital se invirtiera en startups de delivery de comida de todo tipo. Había llegado el momento para la “food tech”.
Lamentablemente, no estaba lista para aprovechar ese momento y fue demasiado lenta para lanzar el servicio. Como ocurre en el emprendimiento, ante las dificultades y los pormenores, los ánimos bajan, las prioridades cambian y el momento emocional de las startups también decae. Ante este contexto, decidió bajar las manos.
A la distancia, y con las emociones bajo control, considera que lo mejor que puede hacer es compartir su historia para inspirar a otros, reflexionar sobre las cosas que debe mejorar en su siguiente producto y para confirmar que detrás de cada experiencia fallida siempre queda un fértil aprendizaje.
Estas son las lecciones de su fracaso.
1. Haz test cuanto antes
Si has intentado emprender o siempre tienes muchas ideas, seguramente te has imaginado productos interesantísimos que en tu mente son ganadores, que crees que las personas amarán y por supuesto que te harán rico y famoso. Sin embargo, en la realidad, un producto nuevo es una cosa que nadie ha visto antes, y que toma tiempo asimilar y adoptar. Por eso, antes de invertir tiempo y dinero en desarrollar un producto, es recomendable hacer pruebas de deseabilidad, es decir, experimentos donde reúnas suficiente información que te indique que existen personas dispuestas a pagar por tu producto.
Esta emprendedora pensó que un panorama competitivo favorable daba por hecho que su producto estaba validado y se lanzó directo al desarrollo. Por supuesto, esto es de las fases más atractivas de crear un producto, pero se corre el riesgo de perder mucho tiempo y dinero. Cualquier literatura sobre emprendimiento que encuentres enfatizará esto, así que haz experimentos antes de desarrollar el producto.
2. Acércate a tus usuarios (¡y nunca te separes!)
Identifica a tus usuarios, conócelos muy bien, y haz que participen en el desarrollo del producto. ¿Pero cómo si tu producto está en desarrollo y no tienes usuarios? Para eso necesitas tener hipótesis de quiénes son tus usuarios y luego comprobarlas o descartarlas.
Por ejemplo, cuando ella empezó tenía unas 3 hipótesis de usuarios: estudiantes, padres jóvenes y profesionales. A través de entrevistas y prototipos, fue descartando algunas de estas hipótesis simplemente porque se daba cuenta de que lo que estaba creando no resolvía sus problemas de manera significativa.
Fue hasta el final, con un producto a medio desarrollar y con la presión de no poder continuar, que realmente logró conectar con usuarios que se veían beneficiados por su app y que aportaron valiosísimo feedback. ¡Ojalá los hubiera encontrado antes!
3. Este no es EL proyecto de tu vida
Este es su aprendizaje favorito. Hay muchas historias sobre emprendedores que crean algo que revoluciona la vida de muchos y la de ellos mismos, convirtiéndose en el proyecto más importante de su vida. O al menos es lo que algunas narrativas nos cuentan. Cuando inició su proyecto pensó que eso le pasaría a ella. Luego, le invadió el miedo cuando reflexionó: “¿Envío de alimentos? A mí no me gusta ni cocinar ni ir al super ¡y ahora voy a estar todo el día rodeada de productos de supermercado!”.
Al final las cosas no fueron así: no terminó rodeada solo de productos de supermercado, sino también de ideas, gente nueva, habilidades nuevas (¡incluidas cocinar!) y terminó por enamorarse del desarrollo de apps y de las startups.
Como dice Tim Ferriss en el libro The 4-hour workweek: “Puedes ser todas las cosas que quieres ser. Haz lo que te emociona y haz todas las cosas que quieras”. Así que sigue moviéndote si fracasas, este es solo uno de tantos proyectos.
4. Este no es el proyecto de tu vida, pero sí va a cambiar tu vida
Puso todo su corazón en su proyecto, está feliz con lo que logró y aprendió. Ahora sabe que puede volver a hacerlo otra vez y mejor. No fue el proyecto de su vida, pero sí uno que la ha cambiado porque puso a prueba sus habilidades, su capacidad de adaptación, de lidiar con la frustración y de superar los altibajos de la vida.
Ahora sabe que el fracaso con su app de delivery le dará mejores cimientos para la próxima.
Fuente: www.emprendedor.com