Por Edwin Miranda V. | Activo$ Bolivia – La Paz
Un ejército de microempresarios de la ciudad de El Alto demandó a la presidente, Jeanine Añez, trabajo y vigencia —sin pérdida de tiempo— de la Ley de Interpretación del Diferimiento de Créditos No. 720 como paso estratégico para reactivar el aparato productivo regional y aliviar el «hambre y falta de dinero» que afrontan miles de cuentapropistas en la región.
«Los artesanos estamos en emergencia porque la crisis sanitaria puso de rodillas al sector. No producimos hace ocho meses y estamos declarados en quiebra más de 10.000 microempresarios», aseguró el secretario general de la Confederación y Federación de Artesanos de la ciudad de El Alto, Héctor Delgado.
El dirigente también salió al frente para cuestionar, severamente, el plan de créditos 1, 2, 3 que ofreció el Gobierno para aliviar al sector de las pequeñas y micro empresas del país.
Los créditos 1, 2, 3 brindan un préstamo «a sola firma», si se trata de montos menores, o mediante una hipoteca, si son fondos mayores. Lo destacable es que el 50% estará garantizado por el propio Estado, según publicita el Gobierno.
Delgado, sin embargo, echó sombras a la oferta gubernamental. «Añez se hizo la burla con la propuesta de créditos 1, 2, 3, pues es un engaño para el sector debido a que, para acceder a los fondos, debemos cumplir con un rosario de requisitos como estar inscritos a los Fondos Privados de Pensiones (AFPs.), poseer NIT para cancelar impuestos y estar inscritos en Pro-Bolivia, la agencia nacional de promoción para las exportaciones; entonces, definitivamente es imposible cumplir», protestó.
Mientras no existan respuestas favorables, «nos reservamos el derecho de asumir otras medidas de presión en los siguientes días hasta lograr atención efectiva del gobierno», adelantó decisiones el líder gremial.
Impacto de las microempresas
En Bolivia las alternativas de trabajo se generan al margen de las políticas estatales. Así nacieron, por ejemplo, las microempresas, actividad que se desarrollaron independientemente del resguardo que debe prestar el Estado, según el investigador Jiovanny Samanamud.
Información oficial del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural señala que en el país existen más de un millón de unidades productivas, de las cuales el 80% son micro y pequeñas empresas.
De este número, entre 50 a 100 mil están registradas. Datos anteriores de la Fundación para el Desarrollo Sostenible (FUNDES)–Bolivia, basada en estimaciones del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), calculaban que en Bolivia habría 501.567 unidades económicas y que de ellas el 99,6 por ciento serían microempresas, indican los datos oficiales.
Las microempresas por lo general son manejadas por sus propietarios y en un entorno familiar. La integran, por lo general, entre 11 a 50 empleados. Son de hecho básicamente, unidades económicas familiares.
Respecto al nivel de ingresos que tienen por ventas anuales, diversos estudios privados y oficiales estimaron que llegan a un promedio de un millón de dólares al año.
En cuanto al valor de activos que maneja el sector, estos fueron cuantificados en cerca a los 100.000 dólares, lo que permite alcanzar niveles sostenibles de ahorro interno. Las cifras, sin embargo, quedaron ahora en la papelera del recuerdo, ya que la crisis económica que azota al país transformó esta realidad, lo cual obliga al sector a exigir socorro financiero para reflotar y no dejar desempleados a miles de familias.