Por Jonnathan Lucero V | Activo$ Bolivia – Cochabamba
Las exportaciones de banano, cítricos y palmito, productos propios del Trópico de Cochabamba, vienen mermadas desde que comenzó la emergencia sanitaria a causa del Covid–19. A ello, se suma las pérdidas a raíz de los 13 días de bloqueos y movilizaciones ordenados por la Central Obrera Boliviana (COB) y el Pacto de Unidad del Movimiento al Socialismo.
A raíz de ello, las ventas decrecieron al igual que el potencial agrario y productor de esta zona, por lo que las decenas de familias productoras piden, mediante sus federaciones y representantes, una solución integral, dado que la crisis continúa golpeándolos.
«Si hacemos un cálculo, del Trópico salen entre 40 a 454 camiones diarios para abastecer el mercado interno. Con los bloqueos y las distancias que debían recorrer, la fruta se pudrió, entonces, muchos optaron por dejarlas ahí, en el camino, pues ya no servían. Sólo hablando de los bloqueos, perdimos alrededor de Bs 400 mil, pero seguimos esperando reportes, porque todavía no hemos hecho una cuantificación real. En total, sumando los bloqueos y la pandemia, existen pérdidas por lo menos 60 millones de dólares, de los cuales 50 millones representan al Trópico», describió Rolando Morales, asesor legal de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba (CAC).
Según la CAC, el Trópico un sector importante en aporte al PIB Nacional, pues su aporte está por detrás de los ministerios. Además, absorbe al 38% de la fuerza laboral del sector formal, lo que representa un promedio de 5.200 millones de dólares de aporte al Producto Interno Bruto.
Gobernación En la misma línea, el Secretario de Desarrollo Productivo de la Gobernación de Cochabamba, David Molina, explicó los daños económicos que su cartera registró durante los meses de cuarentena.
«Según datos del Senasag y del INE, el Trópico siempre ha tenido una vocación productiva, por lo que las familias siempre han producido banano, cítricos y palmito, con lo que hemos abastecido al mercado. Tenemos datos de enero de 2019 que da cuenta que se exportaba 670.750 cajas; en diciembre del mismo año se registraron 658.754 cajas. En enero de 2020 registramos una baja hasta 537.976 cajas, y el último reporte que nos llegó, de agosto, se registraron 229.900 cajas», detalló.
Plan de reactivación De acuerdo con el asesor de la CAC, Rolando Morales, se ha trabajado un Plan de Rehabilitación Productiva junto con el Gobierno Nacional, pero hasta ahora no se ve los resultados.
«Hace 120 días hemos entregado el Plan de Rehabilitación Productiva, con la única convicción de que debemos ofrecer al país seguridad alimentaria; esto también ha sido aprobado y apoyado desde Confeagro (Confederación Nacional de Agricultura de Bolivia). Sin embargo, cuando la presidente (Jeanine Áñez) dijo el 1 de mayo que se iba a crear 600 mil empleos, dijimos públicamente que ese plan es insuficiente, pues se debe trabajar a largo plazo en políticas de reactivación y no de improvisación. Por ejemplo, el Crédito 1, 2, 3 no es accesible para nuestros productores, porque los insumos y semillas que ellos necesitan los compran de otros pequeños productores que no están en planilla; por otro lado, los bancos ponen esas condiciones que hacen casi imposible que se pueda obtener esos recursos».
Desde la Gobernación, existen propuestas de reactivación y reasignación económica, las cuales aguardan su aprobación desde la Asamblea Legislativa Departamental.
«Estamos haciendo una reasignación presupuestaria a partir de la Ley 1307, que fue muy solicitada por los hermanos de los sectores productivos. Con estos recursos, vamos a realizar una aplicación inmediata, porque queremos apoyar a las familias con fertilizantes y semillas para el cultivo de sus productos, las cuales las vamos a entregar en cuanto tengamos el desembolso. Esperamos que, hasta fines de este año, por lo menos estemos ayudando en algo a quienes lo necesiten con la compra de insumos para la producción local e incluso de exportación», adelantó David Molina. Las tratativas y las negociaciones continúan entre las distintas instancias, federaciones y asociaciones con las autoridades departamentales y nacionales. Sin embargo, las familias del Trópico siguen en la búsqueda de alternativas, modos y formas para sostenerse, puesto que no pueden esperar a la buena voluntad de sus dirigentes y el Gobierno para comenzar con un plan intensivo de reactivación. Mientras eso se cocina a fuego lento, los platos rotos lo pagan los productores.