Sandra Arias L. | Activo$ Bolivia
¿Un bar/club cervecero en línea? Sí, es posible y surgió (como muchas otras ideas de negocio) en medio de la pandemia, hace unos 20 meses. Los suscriptores del club, de varias ciudades del país, recibían cada mes una caja con diferentes marcas y estilos de cerveza junto con otros beneficios y amenidades; pero la demanda empezó a crecer en medio de la nueva normalidad y fue ahí que se visualizó crear un bar cervecero con autoservicio y gobernado por la tecnología. Su nombre es “In the name of beer” (En nombre de la cerveza) y está ubicado en Boca Mixtura, el Boulevard Gastronómico de la plaza empresarial Manzana40, en Santa Cruz.
Pablo Herbas, uno de los socios de la empresa, explica que es un tributo a la cerveza, que es la protagonista del lugar, por eso el bar es “self service”.
Es un lugar amplio, con diseño minimalista y altos techos que tienen aislamiento acústico. El cliente llega y, si es la primera vez, debe registrar sus datos para facturación y para obtener una tarjeta pospago que le permite probar cualquiera de las 20 variedades de cerveza del lugar, que varían cada cierto tiempo.
La tarjeta activa los grifos computarizados, adosados a la pared uno al lado del otro, y se puede probar la cantidad que se desee (desde un mililitro) hasta encontrar el sabor preferido.
Hay unos grifos de agua, en la parte inferior, que funcionan presionando la copa boca abajo para que con un buen chorro quede limpia y lista para probar otra cerveza.
El consumo queda registrado en línea y se paga al salir. La tarjeta se queda con el cliente para que la pueda usar en su próxima visita.
Hay marcas industriales y cervezas artesanales de todo el país. El bar tiene al menos una marca de cerveza artesanal de cada ciudad y el objetivo es que a medida que pase el tiempo vayan rotando las marcas y siempre haya novedades.
DE LA MANO DE LA TECNOLOGÍA
El club cervecero que dio lugar al bar se llama Beer Box y opera a través de una plataforma virtual, que fue la primera en tener cobros recurrentes.
Cada mes, los afiliados reciben su caja con diferentes cervezas (las marcas no se repiten) y se hacen catas guiadas por maestros cerveceros que enseñan a degustarlas. También se envían tarjetas explicativas con las características y el estilo de cada marca, además de la historia de la empresa que las produce.
“Nos gusta conocer la historia de cada cervecería porque detrás hay gente muy apasionada: ingenieros químicos, industriales, músicos, todos muy apasionados por su arte”,khfryugf.
Pablo Herbas, socio de «In the name of beer».
Y, aparte, se ofrece un “maridaje musical”, es decir, se incluye en las tarjetas de los suscriptores una lista musical con dos canciones por cada banda a la que se promueve. Se elige la música de bandas emergentes bolivianas, compuestas por jóvenes que no pasen de los 23 años, para ayudarles a darse a conocer.
Una vez que la demanda creció, los socios se dieron cuenta de que ya tenían todo un soporte tecnológico por detrás y con información en la nube. Manejaban un Customer Relationship Management o CRM (Gestión de Relación con los Clientes) que les permitía hacer campañas, mandar mensajes en los cumpleaños y otros detalles centrados en el cliente.
Entonces, cuando surgió la idea del bar presencial, optaron por continuar con esa tecnología. Es por eso que todos los grifos están en línea, lo que les permite tener indicadores, en tiempo real, del consumo de cerveza, de la variedad preferida según edad, género y otros datos útiles para los productores y para el mismo bar.
“Es uno de los pocos emprendimientos que tiene la unión de lo online y lo offline, entonces hay un concepto que probar muy interesante”, comenta Herbas mientras sirve con maestría media copa de una cerveza oscura con casi dos dedos exactos de espuma, como indican los maestros cerveceros que se debe hacer para preservar la temperatura y los aromas en una cerveza artesanal.
NEGOCIO CON PROPÓSITO
Esta es una empresa con propósito y es ayudar a crear una cultura cervecera que, a su vez, permita a los productores tener un mercado más amplio. Busca institucionalizar el “after office” que es famoso en todo el mundo (menos en Bolivia), donde se acostumbra tomar una o dos copas después del trabajo antes de volver a casa. Es decir, cambiar un consumo ocasional y abundante por un consumo más habitual, pero en poca cantidad, sin excesos y con responsabilidad, aprovechando que están ubicados en Manzana40, que son dos torres de 30 pisos con oficinas comerciales y empresariales.
Para apoyar a los cerveceros, el bar actúa como un sitio para experimentar con nuevos sabores, nuevos estilos y “testear” la receptividad del consumidor para apuntar a una mayor producción.
MODELO COLABORATIVO
“In the name of beer” tiene un llamativo modelo de negocio colaborativo con tres componentes. El bar es uno de ellos, el segundo componente es una terraza de próxima inauguración (en el mismo lugar) donde estarán invitadas a tocar todas las bandas emergentes promocionadas en el club cervecero virtual y el tercer componente es un festival de música que se alista para 2023.
Así, el espíritu colaborativo se refleja no solo en el apoyo a los maestros cerveceros, sino también a los músicos nacionales. Además, también hay una sinergia con los restaurantes de Boca Mixtura, considerando que el maridaje con la cerveza es muy amplio.
“Somos un bar sin cocina porque estamos en Boca Mixtura, que es toda una experiencia gastronómica. Entonces, si bien tenemos tablitas con jamón, nueces y arándanos, la gente que quiera una comida más elaborada puede pedirla desde acá mientras se toma una cerveza”, dice Herbas.
El club cervecero online sigue vigente y el sitio web www.beerbox.club ofrece tienda virtual, novedades, un blog, un boletín y eventos como una degustación guiada y un concierto a realizarse entre septiembre y octubre.
“No es acerca de nosotros, es acerca de la cerveza”, reza el slogan creado por estos fanáticos de la cerveza que convirtieron su pasión en un innovador negocio.