Por: Roberto Navia | Santa Cruz
Iván Arnold es un trotamundos insaciable. Los viajes, para él, son un estado permanente. En cada viaje intenta arreglar una pieza del planeta Tierra que otros destruyen. Es el director de la Fundación Nativa que lucha por el bien del medio ambiente y que tiene su sede en Tarija. Desde ese epicentro sur del país se mueve hacia todo el país y cualquier rincón de los cinco continentes del mundo.
Las preguntas de esta entrevista, Iván las respondió en pleno viaje, en los intervalos de sus pocos descansos, entre capacitaciones a bomberos forestales a los que armaba con conocimiento para combatir los incendios que desgraciadamente pueden volver también este año.
Iván, en sus viajes épicos a través de muchos territorios, rompe barreras culturales y se empapa de las diversidades de la naturaleza para luego revelarla y proponer soluciones que el planeta necesita.
Iván, ¿quiénes son los enemigos de los bosques bolivianos, del medioambiente?
El bosque en un sentido amplio y biodiverso, pero también el agua, el aire y la tierra conforman nuestro capital natural, que brinda servicios de producción de alimentos, fibra y materiales de construcción, secuestro y almacenamiento de carbono y de provisión de agua.
En este sentido, cualquier persona o grupo que atente sobre estos elementos, se convierte en enemigo de los bosques y del medio ambiente.
Lamentablemente, la deforestación y degradación de bosques está ocurriendo en todos los ecosistemas boscosos de Bolivia, principalmente en la amazonia, la chiquitina, el bosque sub-andino y en el Gran Chaco.
¿Cuál es la realidad de nuestros recursos naturales como las selvas y los bosques y la vida silvestre que habita en ellos?
Posiblemente la deforestación es un flagelo mayor en Bolivia que el mismo cambio climático; este dato marca la realidad de nuestros recursos naturales que están en una situación de alta vulnerabilidad, que se agrava aún más por la constante incursión de colonos a las pocas tierras fiscales que existen en las distintas ecorregiones boscosas de Bolivia, provocando mayores impactos como la caza indiscriminada y generación de varios incendios forestales originados por la quema para la limpieza de sus parcelas de cultivo.
«La deforestación y degradación de bosques está ocurriendo en todos los ecosistemas boscosos de Bolivia, principalmente en la amazonia, la chiquitina, el bosque sub-andino y en el Gran Chaco».
En Bolivia existen categorías que, en teoría, sirven para proteger a las Áreas Protegidas. Pero la realidad es que estos espacios están siendo maltratados, reducidos. ¿Cuál es la realidad de las Áreas Protegidas en este momento?
Según el Reglamento General de Áreas Protegidas y a efecto de los artículos 62 y 63 de la ley de medio ambiente, se establecen las siguientes categorías, tanto de carácter nacional como sub nacional:
Categorías de manejo:
Parque
Santuario
Monumento Natural
Reserva de Vida Silvestre
Área Natural de Manejo Integrado
Reserva Natural de Inmovilización
Más allá de que esta categorización, que es un buen instrumento para la adecuada gestión de las APS, es necesario una serie de otros elementos que van más allá de su creación y categorización. Estos elementos o requisitos para el efectivo funcionamiento de las áreas, tienen que ver con Planes de Manejo, zonificación, personal capacitado, financiamiento oportuno y, ante todo, políticas nacionales que no colisionen con la misión y los objetivos del Sernap y las APS que administra.
¿Por qué no se cumple la ley?
En realidad, esta pregunta da para un gran debate, no sólo en el orden ambiental, sino más bien en todos los ámbitos de nuestras vidas, que están regulados por la economía jurídica; sin embargo, las debilidades del Estado para la aplicación de normativas en el tema ambiental son por demás evidentes, pues las deficiencias en la aplicación de las sanciones a los delitos ambientales es uno de los factores que no permite la adecuada protección de los recursos naturales.
Otra de las falencias es el bajo presupuesto asignado para la difusión de las respectivas leyes y la persecución de los delitos ambientales, al haber una sobrecarga de procesos judiciales en general, pareciera que los delitos ambientales son vistos y tratados como si fuesen menos urgentes que delitos de otro orden.
¿Qué pueden hacer los municipios para proteger sus Áreas Protegidas?
Según la normativa vigente y de acuerdo con la ley de autonomías de Bolivia, los diferentes niveles del Estado tienen la potestad de definir áreas para su protección, es así que en los distintos departamentos existen áreas protegidas tanto a nivel nacional, las cuales se hallan detalladas como áreas naturales protegidas de Bolivia, como a nivel departamental y local en los municipios.
El positivo proceso de descentralización que se inició en Bolivia desde hace más de dos décadas, no sólo permitió que los municipios puedan administrar efectivamente sus recursos e involucrase mucho más y mejor con su desarrollo; también abrió las puertas para asumir directamente la protección y uso sostenible de sus recursos naturales, las funciones ambientales y el patrimonio cultural que se encuentran en sus jurisdicciones.
En este sentido, hay muchas tareas que se pueden encarar directamente desde cada municipio, ya sea a través de la administración directa de las áreas protegidas municipales, o coadyuvando a la conservación de aquellas APs nacionales o departamentales que parcial o totalmente, se encuentren en su jurisdicción.
«…Al haber una sobrecarga de procesos judiciales en general, pareciera que los delitos ambientales son vistos y tratados como si fuesen menos urgentes que delitos de otro orden».
¿Hay las suficientes Áreas Protegidas o es necesario el nacimiento de muchas más?
Definitivamente existe en Bolivia un déficit de superficie en conservación, por lo que sin duda es necesario que se siga trabajando en la declaración de nuevas áreas protegidas tanto a nivel nacional, departamental como municipal. Sin embargo, igual o más prioritario que la declaración de nuevas áreas protegidas, es trabajar en la consolidación de las que actualmente existen. Muchas son sólo “áreas protegidas de papel” pues no se hizo nada más aparte de su creación; y las que tienen algún nivel de gestión, incluidas las áreas protegidas nacionales, tienen serias deficiencias para encarar de manera adecuada el desafío de su conservación integral y a largo plazo.
Quién hace más daño a las Áreas Protegidas: ¿los colonos o la agroindustria?
En realidad tanto colonos como agroindustria deberían hacer fuerza común para la conservación del medio ambiente y todos sus servicios ecosistémicos, esenciales para la vida misma; sin embargo, el modelo productivo agroindustrial en las tierras bajas repercute en toda Bolivia intensificándose en los últimos años y trayendo consigo efectos adversos para los bosques y los medios de vida de las poblaciones rurales.
La biodiversidad, las áreas protegidas y la presión que ejercen sobre los territoritos indígenas, con un enfoque extractivista del modelo para su aprovechamiento.
Por otro lado, se considera a los territorios indígenas de Tierras Bajas como tierras deshabitadas o de libre disponibilidad, debido a la baja densidad poblacional de los Pueblos Indígenas que ven dificultada la “ocupación” de sus territorios. En consecuencia, se ven a menudo amenazados por la llegada de campesinos venidos desde otras zonas, que en el ánimo de querer demostrar la función económica y social o “el uso efectivo” de las tierras que fueron recientemente ocupadas, ocasionan grandes impactos ambientales que tienen que ver con deforestación, incendios forestales y contaminación de aguas.
En la mayoría de los casos, las invasiones generan conflictos por la propiedad de los territorios indígenas y/o tierras privadas y la apropiación o degradación de los recursos naturales.
Frase:
«El modelo productivo agroindustrial en las tierras bajas repercute en toda Bolivia intensificándose en los últimos años y trayendo consigo efectos adversos para los bosques y los medios de vida de las poblaciones rurales».
Como luchador por el medio ambiente, ¿qué ha sido lo más duro que has soportado en tus batallas? ¿Cuáles crees que han sido tus principales luchas en este territorio del medioambiente?
En general, lo más complicado que te toca enfrentar son los intereses económicos que estás por afectar; ya sea con contra de empresas privadas con concesiones forestales, grupos empresariales detrás de jugosos contratos con el Estado o cooperativas mineras o de otra índole. En general el principal problema, es que fácilmente anteponemos el interés particular por encima del bien común.
Otro problema que ha golpeado es la dura realidad de los guardaparques. ¿Cómo puedes definir su situación?
En realidad, lo que les toca vivir a los guardaparques, guarda directa relación con la actual situación de las áreas protegidas, totalmente desfinanciadas y poco menos que olvidadas por las instituciones del Estado que deberían estar velando por su integridad y conservación a largo plazo.
Los guardaparques, en la mayoría de los casos, terminan siendo el único personal que se tiene para encarar la gestión en terreno; sin embargo, carecen de equipamiento y medios para desplazarse a los distintos sitios donde se podría dar la comisión de ilícitos contra la biodiversidad.
¿Por qué cree que el poder político no les da mejor trato?
El cuidado del ambiente, nunca se constituyó en un sujeto político, al menos en esta parte del mundo. En las campañas se habla mucho, aunque luego también se hace poco, de salud, educación, economía, etc; sin embargo, las propuestas con respecto al tema ambiental y de las áreas protegidas en particular, están prácticamente ausentes, esto influye directamente en los funcionarios que trabajan en estas áreas, guarda parques incluidos.
Es evidente que el poder político no ve la utilidad práctica ni los beneficios a mediano y largo plazo de cuidar el capital natural de los bolivianos, por eso es que ignoran este tema sin mayor problema, dejando de ver lo que es cada vez más evidente, pues la población, especialmente de las nuevas generaciones, cada vez reclama con más fuerza el derecho irrenunciable de vivir en un medio ambiente sano.
Los golpes al medioambiente se hacen notorios desde diferentes frentes. Hace poco se conoció que, en Laderas Norte, de Tarija envenenaron a 35 cóndores y otros animales. ¿Qué pasó en realidad?
A principios de febrero, en la comunidad de Laderas Norte, a unos 18 km de la ciudad de Tarija, se encontraban los cadáveres de 34 cóndores andinos muertos en el lugar, cinco jotes cabeza colorada, 1 jote cabeza negra y un carcancho, además de dos perros muertos y dos chivos; según el informe técnico oficial, la data de muerte ya era de unas dos semanas.
Por lo que se pudo esclarecer del caso hasta el momento, presuntamente uno de los chivos, presumiblemente muerto por el ataque de algún puma, habría sido embadurnado con carbofurano y puesto como carnada para pumas, pues según testimonios de los comunarios existen muchos de estos felinos en los alrededores que se comen al ganado menor, que es su medio de subsistencia. Los comunarios refieren, sin embargo, que desconocen quién fue con exactitud el que habría dejado la carnada.
Frase:
«Es evidente que el poder político no ve la utilidad práctica ni los beneficios a mediano y largo plazo de cuidar el capital natural de los bolivianos, por eso es que ignoran este tema…»
¿Cuáles son los avances de las investigaciones?
Al momento se conoce que los 34 cóndores andinos de Laderas Norte, del municipio de Tarija, murieron a causa del envenenamiento con carbofurano, un pesticida altamente tóxico para las aves, según resultado de laboratorio del Instituto de Investigaciones Forenses de La Paz.
Este agrotóxico se comercializa, principalmente, bajo la marca Furadan para el control de plagas de insectos en variedad de cultivos, entre ellos papa, maíz y soya.
Sobre los responsables de este Biocidio, aún no se conoce los resultados de las investigaciones; sin embargo, se sabe que el Ministerio Público y la policía continúan con las pesquisas para dar con los responsables.
¿Crees que este hecho lamentable sirva para que las comunidades tomen conciencia de que la vida silvestre no es su enemiga?
Lamentablemente este hecho se repite con demasiada frecuencia en distintas comunidades; sin embargo, también hay que mencionar que cada vez son menos los integrantes de cada comunidad que carecen de conciencia con respecto al daño que pueden ocasionar a la naturaleza.
Hay casos muy interesantes donde se ve como la comunidad en pleno, Tariquia por ejemplo, asume desde las bases la defensa del medio ambiente y de su territorio como forma de defensa de la vida por encima de intereses corporativos, como el de las empresas petroleras en asocio con los gobiernos nacionales.
Hay que trabajar para que biocidios como el ocurrido, no se repitan nunca más, esto será posible en la medida que además de generar conciencia ambiental, tanto a nivel urbano como rural, también se aplique la normativa correspondiente para evitar, por ejemplo, la comercialización del tipo de agrotóxico que se utilizó para la eliminación de los cóndores en Laderas.
¿Cómo vislumbras la vida silvestre tras la pandemia?
Se configura un panorama muy complicado para la vida silvestre pos pandemia; además de la cacería que está avanzando en todo Bolivia, también la perdida de hábitat, principalmente por deforestación e incendios forestales, se convierten en amenazas reales que lamentablemente impactará de lleno con la vida silvestre.
¿Cómo ves a Bolivia, en materia medioambiental, dentro de diez años?
Todo hace pensar que seguiremos bajo la influencia del mismo modelo productivo agroindustrial durante la próxima década, amen de tener que soportar aún varias tierras bajas “colonizadas”, decenas de ríos contaminados por la minería, o cientos de miles de animales muertos por la caza indiscrimida. Lamentablemente hoy estamos haciendo lo que será motivo de lamento de aquí a diez años.
Frase:
«Lamentablemente hoy estamos haciendo lo que será motivo de lamento de aquí a diez años».
«El mundo me resulta un lugar fascinante»
Sabemos que viajas constantemente. ¿Qué significan los viajes para Iván Arnold?
Sin duda la mejor escala de trabajo, es la que te da el terreno, la posibilidad de conocer la biodiversidad, pero también la gente y la economía local, te ayuda a tener una mejor perspectiva y de esta manera a entender claramente cuáles son las amenazas reales que se ciernen sobre nuestro planeta y cada ecorregión en particular.
El hecho de haber estado en distintos países de los 5 continentes y haber conocido particularidades de sus diferentes realidades, me ayuda a poder sumar algún conocimiento en las distintas realidades donde nos toca trabajar.
Además, también debo decir que siempre me ha gustado viajar. Desde siempre. Desde muy joven. Con la atención puesta en cada detalle y los ojos bien abiertos.
El mundo me resulta un lugar fascinante, una fuente inagotable de conocimiento y de sorpresas, y siempre me ha parecido que viajar es una obligación vital para entender que nuestra comunidad e interacción, es cada vez más a nivel planetario y que lo que hagamos o dejemos de hacer, influirá en el resto de los habitantes de nuestra casa común.