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Los momentos de incertidumbre son buenos para emprender, sólo hay que saber cómo

Redacción | Activo$ Bolivia

(Con datos de la Red)

En un contexto económico como el actual, con una clara incertidumbre sobre la evolución futura de la economía, tensiones geopolíticas, problemas en las cadenas de abastecimiento, volatilidad en los precios de la energía, un prolongado período de inflación, un escenario de subidas de los tipos de interés y unas previsiones de reducción del consumo en muchas de las economías de todo el mundo, lo lógico sería suponer que pocos emprendedores se van a animar a iniciar nuevos proyectos. Sin embargo, la realidad nos muestra cómo, en momentos de incertidumbre como el actual, siguen existiendo emprendedores que se atreven a abrir empresas. Además, el tiempo demuestra que era un buen momento para emprender.

Valientes y visionarios

La palabra ‘crisis’ proviene del griego Krísis (κρίσις – decisión) y del verbo Krino (κρίνω – decidir, separar, juzgar). Esta palabra suele tener una connotación negativa y la utilizamos para describir una situación difícil, un momento de incertidumbre y de cambio muy marcado, aunque etimológicamente su significado es “juzgar para tomar una decisión”.

En momentos de crisis podemos observar cómo se transforma completamente nuestro entorno, se inicia algo nuevo, se desarrollan procesos de cambio porque ya no se puede mantener el sistema antiguo. Es entonces cuando suelen hacerse evidentes muchos problemas, ámbitos en los que las cosas no encajan o necesidades no cubiertas que a veces llevan a colapsar.

Las crisis, en consecuencia, son momentos en los que es necesario parar, analizar y reflexionar, porque cuando las cosas ya no funcionan como antes hay que replantear la situación, ver qué hay que modificar y adoptar los cambios necesarios.

Aunque una crisis implica problemas, también viene acompañada de innovación y de metamorfosis porque rompe con el orden establecido y nos permite avanzar hacia otros modos de hacer las cosas. Es entonces cuando se ponen en marcha muchos proyectos que buscan dar solución a los problemas aparecidos: nuevas oportunidades para generar negocio.

En los momentos difíciles surgen problemas claros a los que hay que buscar solución, nuevas necesidades en la sociedad y ese es un buen caldo de cultivo para los nuevos emprendimientos.

Casos de éxito

La historia nos muestra cómo los proyectos iniciados en época de crisis pueden llegar a ser grandes empresas de éxito. Un ejemplo es la General Motors, que nació en 1908, en plena recesión originada por el crack financiero de EEUU. En la actualidad esta compañía tiene un valor superior a los 30.000 millones de dólares.

Un caso más reciente es AirBnb, aparecida en el año 2008, en pleno colapso por la burbuja inmobiliaria. En pocos años ha visto crecer exponencialmente su valor.

O Uber, empresa creada en 2009 y que consiguió salir a la bolsa en 2019 por un valor de 82.000 millones de dólares.

Y hay una larga lista porque, aunque parezca paradójico, las crisis parecen sumar probabilidades de éxito a los proyectos emprendedores.

¿Por qué ocurre?

En primer lugar, porque en los momentos difíciles surgen problemas claros a los que hay que buscar solución, nuevas necesidades en la sociedad, retos a los que hay que hacer frente de algún modo. Ello hace aflorar oportunidades importantes para nuevos proyectos. Los emprendedores que deciden iniciar proyectos en esos momentos tienen muy claro cuál es el problema que quieren resolver y ese es un punto fuerte.

En segundo lugar, porque en momentos de crisis los emprendedores suelen tener una mentalidad muy austera y evitan todo lo que no sea imprescindible o cualquier tipo de gasto superfluo. Agilizan su creatividad para reducir al máximo los gastos y hacer proyectos más eficientes. Concentran sus energías en aportar valor a lo que el cliente necesita. Se focalizan en factores críticos de éxito para que la empresa sea lo más competitiva posible y aporte un valor claro al cliente.

Estos emprendedores saben que la supervivencia de la compañía depende de ello y trabajan por crear culturas de austeridad y rigor en proyectos con pocos recursos, eficientes y ágiles desde el minuto cero.

Elige bien el sector

En 2021 aumentó la iniciativa emprendedora hasta alcanzar al 5,5 % de la población. Desde entonces las empresas que se han creado presentan un patrón bastante disperso en cuanto a los sectores de actividad; sin embargo, sí se percibe un aumento considerable de nuevos proyectos en e-commerce debido al cambio de hábitos a raíz de la irrupción de la pandemia. Por ejemplo, los proyectos de comida a domicilio y foodtech, uno de los sectores más desarrollados en el mundo de las startups, tuvieron un crecimiento del 42% y una valoración superior a los 250.000 millones de dólares en 2022.

También va en aumento el número de empresas dedicadas a la movilidad colaborativa, especialmente desde el incremento del precio de los carburantes, así como las startups relacionadas con la salud, la sostenibilidad y las de energía sostenible.

Por último, crece en el mundo el número de startups en “biotech”, que están enfocadas en la mejora de la vida de las personas a partir de la extracción y manipulación de organismos vivos.

El eje transversal de todas estas empresas en el mundo es la utilización de inteligencia artificial, determinante en el éxito de muchos proyectos.

A la hora de lanzarse a emprender es importante conocer qué ayudas podemos obtener, como subvenciones públicas a fondo perdido o la reducción de determinados costes.

Fuente: www.emprendedores.es