Tania Peñaranda | Activo$ Bolivia
El único ruido que se oye es el de los platos y cucharas vacíos. Sólo esperan ser llenados ya por una sopa, un guiso o algún puchero sustancioso que luego será devorado en familia. La fila es larga, el sol quema y el hambre aprieta, pero no importa, la olla común por ahora alcanza para todos. De hecho, esta iniciativa ciudadana sigue aliviando el hambre de mucha gente necesitada que depende del día a día para ganarse la vida en las calles cruceñas. Varias instituciones, empresas, fraternidades carnavaleras y agrupaciones se sumaron a esta noble causa. Una de ellas es Poder Ciudadano, que actuó ante la necesidad de personas que viven en zonas y distritos alejados de la ciudad de Santa Cruz. Fue en una reunión de directorio se decidió ayudar.
«Empezamos enviando cartas a distintas empresas para que colaboren donando alimentos», comenta Eidy Márquez, responsable de la cartera social de la agrupación Poder Ciudadano.
Añade que no fue nada fácil, pues tropezaron con algunas instituciones que no estaban trabajando debido a la pandemia y otras ya habían donado, entonces se vieron en la necesidad de pedir en los mercados. «La colaboración era mínima, pero las ganas de ayudar nos impulsaron a buscar nuevas estrategias a fin de conseguir alimentos. Pese a las restricciones por la cuarentena hemos llegado a varias zonas, pero los que más ayuda recibieron fueron los distritos 8, 12 y 13, lo cual nos llena de satisfacción haber contribuido», expresa.
Doble afán
Márquez destaca que entre 150 y 300 personas se logró alimentar de una olla común. Fue un trabajo arduo porque no sólo luchaban para conseguir alimentos, sino también para que ninguno de los miembros de la agrupación se contagie del Covid–19. En el camino tuvieron varios obstáculos, lo cual hizo que se dividieran las actividades y así buscar nuevas formas de colaborar, pero siempre pensando en el ciudadano necesitado. «Cuando se levantó la cuarentena rígida se dejó las ollas comunes. Pero ser parte de esta actividad significó solidaridad y valentía, fue una labor que surgió en los barrios. Hemos visto varios casos que nos conmovió, por lo que como agrupación seguiremos apoyando», señala al indicar que 200 personas forman parte de Poder Ciudadano.
Distrito Norte
Por otro lado, Claudia Nogales, directora de la Olla Comunitaria Norte, asegura que han colaborado en más de 130 ollas comunitarias, beneficiando a 48.000 personas, además a 650 familias de distintos barrios de la ciudad cruceña.
«El trabajo fue dificultoso de lunes a domingo, sin descanso, sin embargo, el único objetivo era llegar a los más necesitados», manifiesta.
Destaca que la Policía apoyó muchísimo recogiendo las donaciones en sus patrullas; no sólo se favoreció a personas necesitadas de la ciudad, sino también en provincias como Yapacaní, Montero, Warnes y Portachuelo.
«Esta iniciativa nació en noviembre con dos personas, pero se fueron sumando más voluntarios en el transcurso de los meses», recuerda. Nogales está agradecida con todas las empresas solidarias que donaron para que los niños, jóvenes y personas de la tercera edad puedan alimentarse; además, tuvieron la ayuda espiritual de la Iglesia Luz de Victoria, que fue de gran apoyo en el aspecto anímico.