Por Tania Peñaranda Q. | Activo$ Bolivia – Santa Cruz
El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) y el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Cruz (Cinacruz) presentaron el inédito «Estudio de zonificación para el uso del maíz GM en Bolivia».
El documento cuenta con un diagnóstico del contexto internacional y nacional de maíz, luego de realizar un análisis del comercio exterior de este cereal y una descripción de los cultivos GM’s (Genéticamente modificados) en el mundo, principalmente aquellos relacionados con el cultivo del maíz.
Posteriormente se identifican y zonifican los complejos raciales y las razas nativas, así como las variedades e híbridos comerciales. En función de ello, se plantea la propuesta de zonificación para el uso de maíz GM en el país; se muestra los potenciales impactos que podría generar el uso de esta tecnología, en términos técnicos, económicos, sociales y ambientales y, se analiza el marco regulatorio y normativo necesario para la puesta en vigencia del maíz GM en Bolivia.
«Los principales resultados del estudio son los siguientes: existe una tendencia creciente en el uso de cultivos GM’s en el mundo, actualmente con 191,7 millones de hectáreas sembradas, donde el 31% es maíz. En 2019 se cultivaron 468.080 hectáreas de maíz amarillo duro que corresponde al 98% del total de la superficie cultivada de maíz en Bolivia. A nivel nacional, se han identificado 9 complejos raciales y 49 razas de maíces nativos, de los cuales el 51,15% están localizados en la macroregión de los valles”, explica Juvenal Bonilla, presidente Cinacruz.
Híbridos
En Bolivia están registrados 141 híbridos y 69 variedades comerciales. Los híbridos están concentrados en la macroregión trópico húmedo con el 92,20%, mientras que las variedades tienen mayor presencia en la macroregión chaco con el 49,28%, seguido de los valles con el 39,13%. Se estima que la superficie cultivada de forma ilegal, con maíz GM en Santa Cruz es mayor al 50%, lo que confirma que el maíz GM ya está en Bolivia.
En la última década, el rendimiento del maíz tuvo una tasa de crecimiento promedio anual negativa (-1,17%), debido a la escasa renovación de genética, entre otros factores, ya que las empresas desarrollistas tienen poco interés en el mejoramiento genético de híbridos que no sean GM.
Producción
Marín Condori, director general ejecutivo del (INIAF), afirma que el maíz GM, que no sólo ha reducido los costos de producción, sino también ha incrementado la productividad del cultivo en países sudamericanos: Brasil (50,82%), Argentina (68,26%), Paraguay (131,60%) y Uruguay (88,10%). Se ha estimado que los impactos técnicos y económicos que podría generar el uso del maíz GM en Bolivia son un incremento en el rendimiento hasta 5,06 t/ha y una reducción de los costos de producción en 81 $us/ha.
Los impactos sociales y ambientales estimados son una reducción en el uso del agua de 200 litros/ha, la incorporación de 9,11 t/ha de materia seca que sería incorporada para mejorar la fertilidad del suelo y una reducción en la emisión de CO2 de 177.966.083 kg.
«Múltiples experiencias muestran que el cultivo del maíz GM puede coexistir con la producción del maíz convencional y con el maíz orgánico. Se ha evidenciado que el maíz GM, los híbridos y las variedades comerciales y nativas, presentan el mismo riesgo de mezcla varietal. Para disminuir ese riesgo, se deben aplicar medidas apropiadas de aislamiento, en tiempo y espacio», señala Condori al agregar que diversos estudios muestran que los herbicidas e insecticidas que se usan en los cultivos GM’s, son tan seguros como los que se emplean en los cultivos convencionales.
La importancia del estudio
Juvenal Bonilla, presidente de Cinacruz, se siente satisfecho por ser parte del estudio de zonificación para el uso del maíz genéticamente modificado en Bolivia, porque está convencido que es un aporte técnico importante para la toma de decisiones en la aprobación de eventos biotecnológicos en el cultivo del maíz.
«Esperemos que el documento sea utilizado como una herramienta técnica y no sea ignorado y archivado, al contrario, que el trabajo de los profesionales les sirva como una herramienta», manifiesta.
Por su parte, Martín Condori, presidente de INIAF, destaca que en este estudio intervinieron muchos consultores externos, bancos de germoplasma, colegas de diferentes países, entre otros.
«Como institución hemos encarado este estudio para que llegue a todos los agricultores, además está bien elaborado, porque no sólo es una propuesta, sino que cuantifica que cultivos de maíz tenemos en el país. Una vez cuantificada y dónde está georreferenciadas, cuántos están resguardadas en el banco de germoplasma y cuál es el uso que se le da en la región del trópico y los valles», explica.