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«Sabores y Gustitos» endulza el paladar de vivos y «difuntos» con ricas tortas y masitas

Los dulces de «Sabores y Gustitos» alusivos a la festividad de difuntos.

Jonnathan Lucero V. | Activo$ Bolivia – Cochabamba

Masitas dulces, galletas con diversos rellenos, tortas con decorados a elección son algunas de las ofertas que promociona el emprendimiento «Sabores y Gustitos», negocio que lleva seis años en el mercado cochabambino, con bastante aceptación y reconocimiento por parte de sus clientes, quienes destacan el sabor y gusto particulares.

El emprendimiento cuenta con ambientes propios en el municipio de Quillacollo, desde donde se elabora una amplia gama de dulces y pasteles, con las medidas de bioseguridad que la coyuntura actual amerita.

La propietaria del negocio, Jenny López, cuenta sobre el inicio del negocio y el empeño que colocó para que sus sueños se hagan realidad. «Siempre me gustó la repostería desde muy pequeña; aquí, en casa, mis familiares siempre decían que hacía las tortas muy ricas. Después de un problema familiar, específicamente con mis padres, sabía que no podía quedarme sentada sin hacer nada, entonces, comencé a tomar cursos de actualización en repostería, hice bastantes pruebas, hasta que encontré el punto y el gusto que los clientes piden. Por eso ya estamos seis años con el negocio».

La tradicional calabaza de Halloween, pero en dulce de «Sabores y Gustitos».

Las novedades

Para atraer más clientes, el negocio «Sabores y Gustitos» está elaborando cupckaes con rellenos diversos, dulces en formas de calaveras, especialmente para los niños y niñas de la ciudad, quienes junto a sus padres demandan estos enseres para adornar sus hogares durante la noche en que las brujas y los demonios llegan al mundo terrenal. Aparte de ello, López se alió con dos muchachas que realizan serigrafía con motivos alusivos a Halloween, con el fin de ofertar el combo de dos tazas serigrafiadas y diversos dulces artesanales a tan sólo Bs 50, cuya venta está dando buenos resultados.

Por otra parte, para la festividad de Todos Santos, López acostumbra elaborar pan dulce, galletas rellenas en diversos colores y tamaños y las tradicionales t’antawawas, elementos infaltables para el armado tradicional del mast’aku, mesa que se prepara en honor al familiar, amigo o conocido que desciende del más allá para visitar a los vivos. Esta visita ocurre entre el mediodía del 1 de noviembre y el mediodía del 2 de noviembre, por lo que, a partir de este jueves 29 de octubre hasta el lunes 2 de noviembre, López debe realizar entre 20 a 30 pedidos diarios para que las mesas de difuntos sean dignas para los dolientes.

Finalmente, López anima a otras personas a empezar el negocio de sus sueños, puesto que, a pesar de la pandemia, si existe voluntad y tesón, nada es imposible.

«A veces uno reniega porque algo no sale bien o porque, como en mi caso, algo se quemó o no salió como esperaba, pero si uno tiene paciencia y persevera, le aseguro que el negocio rinde. Por más problemas que puedan surgir, hay que salir adelante e ir construyendo el negocio poco a poco para crecer como familia, como emprendedores, y así no rendirse jamás».

Una variedad de dulces que los niños adoran en estas fechas.
 

Invirtiendo para ganar

Normalmente, las personas que no conocen sobre repostería, piensan que la inversión en insumos, materia prima y herramientas son simples y baratas, sin embargo, existen múltiples factores que definen la calidad y acabado de la torta, galleta o pan que el cliente desea.

No sólo se cobra por los ingredientes, sino las horas de práctica, el acabado y detalles que el consumidor pide, puesto que cada persona tiene un gusto especial, desea algo específico para una ocasión especial, por lo cual quien realiza esta labor espera sea remunerado de la mejor forma. Por ello, como comenta López, los insumos no se los compra en cualquier supermercado o tienda de barrio, sino en lugares específicos donde el precio suele ser menor, por mayoreo. Sin embargo, López asegura que ahora los artículos que necesita para sus pedidos especiales subieron de precio inesperadamente.

«Por ejemplo, compro chocolate en polvo, masa de fundan y dulce de leche, que me vendían barato, pero la última vez subieron el precio. En el caso del dulce de leche, antes me vendían en 21 bolivianos y ahora está en 28 bolivianos… de seguro en los supermercados debe estar en 40 bolivianos».

Otro de los insumos imprescindibles para la pastelería y repostería es la harina. Según López, dicho producto está fluctuante en el mercado y varía de acuerdo con la demanda de quienes compran el quintal. Como dato no menor, la harina de maíz amarillo y otras derivadas ahora cuestan Bs 210 el quintal, elemento que costaba Bs 180 semanas pasadas. Este incremento se debe al arribo de la festividad de Halloween y Todos Santos cuando las panaderías y pastelerías tienen bastantes pedidos durante esta semana.