Tania Peñaranda | Activo$ Bolivia – Santa Cruz
De un momento a otro los gimnasios cruceños pararon en seco, todo debido al Covid–19, provocando que muchos empresarios dedicados a este rubro estén angustiados, al punto de que exigen se les amplíe los horarios de atención, caso contrario, entrarán en quiebra.
Desde su reapertura, el 3 de agosto, los resultados no fueron como se esperaba, aparentemente porque los horarios establecidos por la Alcaldía no son los adecuados. Por ejemplo, la hora laboral termina antes de las 16.00 y el transporte público a las 17.00; antes, el usuario llegaba sin ningún problema a los centros de entrenamiento después de su jornada de trabajo. Ahora, es imposible. «Esta situación es lamentable debido a que la afluencia es menor al 10%, lo cual es una tristeza; por esta razón presentaremos a la alcaldesa, Angélica Sosa, y al presidente del Comité de Operaciones de Emergencia Municipal (COEM), Emiliano Cronenbol, una propuesta solicitando extender el horario hasta las 19.00, hasta que se regularice el transporte o por lo menos las personas que viven cerca de los gimnasios puedan asistir», explica Freddy Boland, presidente de la Cámara de Gimnasios de Santa Cruz (Cagim).
Cierre casi inminente Boland sostiene que algunos empresarios prefieren cerrar sus negocios porque los gastos operativos no alcanzan para cubrir el alquiler, servicios básicos y otros. Durante el confinamiento cuatro gimnasios quebraron, dos fueron de cadenas muy reconocidas en el mercado cruceño. Esto muestra que el rubro está en agonía y es posible que, a corto plazo, muchos cierren sus negocios.
Actualmente, algunos están trabajando sólo con el 30% de aforo de su capacidad, otros quedaron en desuso por esta causa.
«Esperemos que el panorama cambie», manifiesta esperanzado Boland.
Eso sí, los que han logrado abrir están adoptando las medidas de bioseguridad adecuadas, es decir, tomar la temperatura y controlar la salud de cada asistente de forma diaria. No ingresan los que tienen fiebre, tos o algún otro síntoma sospechoso. Antes de ingresar se desinfecta los pies y manos; el uso del barbijo es obligatorio y no debe quitarse durante el ejercicio. Además, es obligatorio que carguen alcohol en gel y dos toallas, una para uso personal y otra para la limpieza de los aparatos donde realizan los ejercicios.
Asimismo, las máquinas tienen una distancia de un metro y medio, desinfectadas antes y después de su uso por cada cliente. También existe señalética para concienciar sobre las medidas de higiene y seguridad con el fin de combatir el Covid–19.
El usuario sólo puede ejercitar durante 50 minutos o máximo una hora. Los ejercicios permitidos son los de musculación, que incluye los aparatos de pesas, máquinas fijas, barras y mancuernas. También se puede usar las caminadoras y las elípticas.
Los ejercicios no permitidos son los de alto impacto, que se hacen casi sin descanso, con el propio cuerpo o con elementos básicos como cuerdas y colchonetas. «En el estudio del protocolo para la reapertura hemos invertido tiempo y dinero, fue un trabajo intenso, pero valió la pena, porque nos felicitaron. Ahora exigimos que nos flexibilicen los horarios para paliar la parte financiera», implora el presidente de Cagim a tiempo de señalar que en Santa Cruz existen 1.500 gimnasios, pero debido a las secuelas de la pandemia probablemente irá reduciendo esta cifra.