Por Jonnathan Lucero V. | Activo$ Bolivia – Cochabamba
Muy a pesar que la demanda de trajes de bioseguridad ha mermado, según quienes los confeccionan, no hay posibilidad de bajar su precio, puesto que los costos de producción son mucho mayores a los que existían a comienzos de año.
Los locales más cotizados en cuanto a la confección y comercialización de trajes de bioseguridad y accesorios se los encuentran en la calle Esteban Arce, Ladislao Cabrera y Uruguay. Allí existen pequeños almacenes, con letreros llamativos que indican que en ese lugar se elaboran manual e industrialmente los insumos necesarios para que el Covid–19 no tenga cabida. Quien pasea por estas aceras puede pensar que los precios varían de tienda a tienda o incluso «regateando», sin embargo, Activo$ Bolivia descubrió que las rebajas o descuentos sólo varían en Bs 1 o Bs 2 y sólo si es por mayor, lo que indica que el mercado está saturado, la demanda es alta y los negocios están aprovechando aquella situación.
Los materiales caros
El precio al consumidor es caro porque los materiales son caros, es decir, los insumos que se deben conseguir para la fabricación de un traje de bioseguridad ahora son más difíciles de conseguir. Doña Celia, de la empresa L6C Confecciones, señala que los precios de sus productos no pueden bajar, porque además de que el material es escaso, la mano de obra debe cobrarse también.
«Los materiales están caritos ahora, ya sea que queramos hacer trajes de bioseguridad solos, como mamelucos, o trajes con piezas separadas, no importa si es de trancar o de goma de platino, igual nos venden caro a nosotros; tenemos que buscar alguna ganancia. Por eso es que lo mínimo que pudiera cobrarle es Bs 65, y eso que no estaría ganando casi nada, pero como todos ahora necesitan, es posible que sea esa rebaja», explica.
Existen dos materiales principales a los que toda empresa confeccionadora de trajes de bioseguridad debe acceder antes de definir su precio final. Por un lado, el platino, que es el material más común entre los confeccionistas. Es impermeable, aunque por su estructura es pasible a una sudoración extrema. Por el otro lado, el engomado, que es un material antiadherente, que no provoca transpiración y es de fácil adhesión a todo modelo y todo tipo de bordado, sin embargo, con el tiempo, el material se desgasta y tiende a resquebrajarse, por lo que el 80% de personas y empresas prefieren el platinado por su mayor resistencia al agua y al alcohol desinfectante que se utiliza de manera común en todo sitio.
Doña Carola, de la tienda QFSPORTS, coincide en que los precios no pueden ser más bajos debido a la mano de obra que se coloca en la confección. «No podemos hacer un traje como si fuera una bolsa. Debe tener alguna confesión, diseño o siquiera color, porque nosotros más hacemos para empresas e instituciones que nos compran por mayor. Así, sueltito nomás, te cuesta Bs 70, pero te lo puedo dejar hasta en Bs 68 o Bs 65 si necesitas con suma urgencia. También hacemos bordados coloridos, diseños de alta gama, y vendemos otros implementos de bioseguridad como barbijos lavables y las máscaras faciales, que esas sí están caras, aunque sea al por mayor, el único precio que tengo es de Bs 30», oferta.
Platino, lo más requerido
Para completar el panorama, Doña Lidia, de la tienda Confecciones HEBBER indica que el material que más compra la gente es de platino por sus resistencia y durabilidad, por lo que el precio de sus tajes no ha variado desde que inició la pandemia en marzo.
«Los trajes de bioseguridad, si quieres enterizos o sólo chamarras, te los dejos en Bs 70. Ahora, si quieres una rebaja tuviera que ser al por mayor, porque nosotros hacemos los bordados, colocamos el logotipo y demás requerimientos que tú o tu empresa necesite. En ese caso, te lo dejo hasta en Bs 65 y te lo puedo llevar hasta la puerta o hasta la oficina, si necesitas con urgencia. También hacemos barbijos, que están en Bs 6 y también gorritas para el calor con diseños empresariales; se pueden hacer combos para comprar el giro más el traje de bioseguridad».
Con esos datos, el precio de un traje de bioseguridad tiende a mantenerse en el mercado cochabambino, no existiendo ningún ápice de rebaja o decrecimiento por parte de las dueñas de negocios ubicados en el centro de la ciudad. Sólo el decrecimiento de la demanda obligaría, en un escenario futuro, que las vendedoras y sus confeccionistas rebajen el precio en Bs 10 o Bs 15, situación que incentivaría de manera sólida una comercialización a lago plazo de aquellos elementos que son parte ahora de la vida cotidiana de empresarios, comerciantes o trabajadores de todos los rubros, necesarios no sólo para cumplir con la normativa, sino para proteger la salud.