Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia
El turismo es una de las actividades económicas más importantes para Bolivia. No solo trae millones de dólares al país, sino que también genera empleo, impulsa pequeños negocios y nos pone en el mapa mundial gracias a destinos como el Salar de Uyuni, La Paz (la Ciudad Maravilla) o la colonial Sucre. Pero si vemos lo que ha pasado entre 2018 y 2024, nos encontramos con una historia de oportunidades perdidas, crisis y una lenta recuperación.
Hay al menos cuatro eventos clave que marcaron el flujo de turistas extranjeros en Bolivia: el conflicto político de 2019, la pandemia de COVID-19 en 2020 y el paro cívico de Santa Cruz en 2022. Sin olvidar el bloqueo ordenado por el expresidente Evo Morales a fines de 2024, pero cuyo impacto aún no se puede medir por la falta de datos estadísticos. ¿Cuál fue el impacto real de estos acontecimientos? Vamos a los datos con el análisis de la economista Jimena León, de la empresa JiBA Insight.
De la gloria a la incertidumbre
En 2018, Bolivia celebraba un hito: por primera vez se superó la barrera de los 2 millones de turistas extranjeros, generando más de 800 millones de dólares en ingresos. La cosa pintaba bien. Argentina, Perú, Brasil, Chile, Estados Unidos, España y Francia eran los principales países de origen.
Pero llegó noviembre de 2019 y todo se desplomó. La crisis política tras las elecciones presidenciales, las protestas, la renuncia de Evo Morales y los enfrentamientos generaron un clima de inestabilidad que alejó a los turistas. Según el INE, solo en noviembre la llegada de visitantes extranjeros cayó un 27% en comparación con el mismo mes de 2018.
La pandemia: un golpe sin precedentes
Si 2019 fue malo, 2020 fue catastrófico. Con fronteras cerradas y restricciones de viaje, solo 796 mil turistas visitaron Bolivia, una caída del 66% respecto a 2019. El gasto turístico se desplomó a 189 millones de dólares, menos de la cuarta parte de lo que se generó el año anterior. El sector turístico boliviano, compuesto en su mayoría por pequeños emprendimientos, sufrió como nunca.
Recuperación a medias y otro golpe en 2022
Para 2022, el turismo comenzaba a mostrar signos de recuperación, alcanzando cifras similares a las de 2018. Pero cuando todo parecía mejorar, un paro cívico en Santa Cruz (que duró 36 días) nuevamente afectó al sector. Bloqueos de carreteras e interrupción de servicios redujeron la llegada de turistas en noviembre de 2022 en un 13% respecto al mes anterior.
¿Y ahora qué?
El 2024 parece haber sido un buen año: hasta octubre ya se había registrado la llegada de 1,9 millones de turistas extranjeros, con posibilidades de volver a superar la barrera de los 2 millones. Pero los conflictos de septiembre y octubre, con bloqueos de carreteras por parte de los seguidores de Evo Morales, volvieron a frenar el potencial crecimiento del sector y aún no se dispone de datos oficiales para conocer con cuántos visitantes extranjeros cerró ese año.
El patrón es claro: cada crisis política o social golpea al turismo, y Bolivia no ha sabido blindar este sector tan estratégico. La pregunta es: ¿seguiremos dejando que los conflictos internos nos priven de una de nuestras mayores oportunidades económicas? ¿O finalmente el país adoptará estrategias para garantizar estabilidad, seguridad y una promoción turística efectiva?
La discusión está abierta. ¡Opina y cuéntanos qué piensas! ¿Qué crees que debería hacer Bolivia para fortalecer su turismo?