Redacción | Activo$ Bolivia
Santa Cruz de la Sierra no deja de reinventarse. Es una ciudad que crece hacia arriba y hacia afuera, desafía a sus propios límites y parece vivir en una sociedad que camina decidida hacia el futuro. Si lo miras bien, el mercado inmobiliario tiene varios frentes: barrios consolidados, nuevas zonas emergentes y un creciente interés por viviendas a largo plazo.
Zonas emergentes que están de moda
La zona norte, con Equipetrol y sus alrededores, sigue siendo la joya urbana con edificios modernos, oficinas, tiendas y vida social; su atractivo no deja de crecer. El distrito más pujante es el Distrito Municipal N° 5, que ha visto cómo en menos de cuatro años, entre 2019 y junio de 2023, se otorgaron más de 1.073 licencias de construcción. Esta zona es ahora el nuevo corazón vertical de la ciudad.
Otras áreas que también ganan atención son El Urubó, en el municipio de Porongo, donde proliferan urbanizaciones cerradas, lotes en venta, preventas y proyectos residenciales de calidad, impulsando una expansión urbana acelerada.
Lugares top y precios por metro cuadrado
Santa Cruz de la Sierra sigue siendo imán de la inversión inmobiliaria en Bolivia, con precios que resaltan en medio de un escenario económico difícil.
Una agente de una conocida inmobiliaria con sede en Santa Cruz, que prefiere guardar su nombre en reserva, explica que las áreas más caras son Equipetrol, Las Palmas, Urubó, y la franja norte-este entre el segundo y quinto anillo. Allí los precios por metro cuadrado oscilan entre los $us 500 y los $us 900, y hay viviendas que pueden llegar a superar los $us 1.200 por metro cuadrado en segmentos premium como Equipetrol o Urubó.
En Equipetrol y Las Palmas, las casas usualmente cuestan entre $us 200.000 y los 2 a 3 millones de dólares. Los alquileres mensuales cuestan entre 500 a 3.500 dólares.
¿Qué ingreso hace falta para permitirse estas casas?
La mayoría de hogares en Bolivia no llega a cubrir estos costos. Los datos del INE señalan que el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, en Santa Cruz, es de unos $us 3.200 anuales (267 dólares al mes).
Algunos usuarios coinciden en que, antes de la crisis por escasez de dólares y falta de combustible, se necesitaban al menos Bs 5.000 a 6.000 mensuales (unos 700 a 800 dólares) para vivir cómodo con lujos básicos en Santa Cruz; y más de 10.000 bolivianos (1.300 dólares) si se trata de vivienda en zonas altas, carro propio y buena vida.
¿Hasta qué porcentaje de la población podría pagarlas?
Tomando como ejemplo una casa de 500.000 dólares a 900 dólares el metro cuadrado (aprox. 500 m²), eso implica que menos del 5% de la población cruceña podría tener la capacidad de comprarla, porque solo esa fracción tiene acceso a ingresos altos y crédito bancario. Siempre teniendo en cuenta que estos cálculos son en función al tipo de cambio oficial de 6,96; pero el dólar paralelo ronda los 13 bolivianos por unidad y eso hace las cosas aún más inaccesibles.
En Santa Cruz, el estrato socioeconómico alto representa apenas un 5 % de la población, la media-alta el 15 % y la media el 45%. Solo este 5 % y parte del 15% más alto podrían aspirar, legalmente, a comprar inmuebles superiores a los 300.000 dólares.
Por otra parte, solo alrededor del 40 a 60% de los hogares tiene vivienda propia; el resto vive de alquiler, anticrético o con familiares. Y el crédito bancario está limitado porque Santa Cruz concentra el 39% de los créditos para vivienda, aunque las tasas y requisitos han cerrado el acceso para muchos, según datos de la prensa local.
Lujo en medio de la crisis
Los costos de la construcción son altos. Entre 2023 y julio de 2025 los precios subieron casi 47% en edificios y 39% en viviendas unifamiliares debido a la inflación, el encarecimiento del dólar y la escasez de materiales de construcción. Eso encarece aún más los inmuebles de lujo.
La demanda y la inversión (extranjera y nacional) está concentrada en sectores premium como empresas, agroindustria y élites empresariales, que siguen comprando bienes raíces como refugio o activo físico.
La otra cara de la moneda es el déficit habitacional persistente porque Bolivia tiene un faltante de alrededor de 1.6 millones de viviendas dignas; eso genera demanda en todos los estratos, aunque con poca opción para los de menores ingresos.
Mientras pocos viven en mansiones, cerca de un tercio de la población recurre a autoconstruir con materiales básicos, sin planificación ni acceso a crédito.
Aunque Santa Cruz vive un boom inmobiliario, su mercado de lujo funciona en paralelo a una realidad económica donde la mayoría no puede acceder ni siquiera a una vivienda digna.