Redacción | Activo$ Bolivia
El famoso riesgo país, ese índice que mide qué tan confiable es un país para invertir (y que en realidad funciona como un termómetro de los nervios de los mercados), acaba de mover las fichas en Sudamérica. El EMBI (Emerging Markets Bonds Index) de JP Morgan registró cambios clave al 18 de septiembre de 2025 y, aunque suene alentador para algunos, en Bolivia la historia no es tan optimista como parece.
El economista Fernando Romero hace un análisis comparando lo que pasa en Bolivia y Argentina. Después de casi dos años, volvió al segundo lugar de la región como país más riesgoso para invertir, con 1.456 puntos. Para ponerlo en perspectiva, cuando Javier Milei asumió en 2023, el riesgo argentino estaba en 1.940 puntos, y durante su gobierno llegó a bajar hasta 561 en enero de este año. Pero en los últimos meses la tendencia se revirtió por problemas económicos, pulseadas políticas y hasta negociaciones con Estados Unidos para tapar huecos de deuda hicieron que el riesgo vuelva a escalar.
¿Y Bolivia?
Lo que pasa en el país es particular. Este año alcanzó un máximo de 2.240 puntos en abril y un mínimo de 1.131 en agosto, justo después de las elecciones nacionales. Pero apenas unos días después, el 17 de septiembre, hubo un nuevo pico de 1.417 puntos, que bajó a 1.336 el día 18. Eso significa que, coyunturalmente, pasó al tercer lugar en el ranking de países más riesgosos, pero más por los tropiezos argentinos que por un verdadero repunte nacional.
El economista Fernando Romero lo explica así: “Si bien el optimismo electoral ayuda a que el panorama se vea menos gris, la realidad es que Bolivia sigue siendo un país riesgoso para invertir y con amenazas reales de caer en un default”. Dice que, hasta ahora, las operaciones con las reservas de oro del BCB han permitido esquivar lo peor, pero el margen es cada vez más estrecho.
Otro indicador que cita son los bonos soberanos. El de vencimiento en 2028 llegó a cotizar en 81 centavos de dólar a finales de agosto, pero al 19 de septiembre cayó a 77. En cambio, el bono 2030 mostró algo más de dinamismo, rondando los 80 centavos. ¿El motivo? Otra vez fue el optimismo electoral que empuja las expectativas, aunque sin cambios de fondo, dice Romero.
La gran pregunta es: ¿qué pasará después del 19 de octubre, cuando se defina si gana Tuto Quiroga o Rodrigo Paz? Según Romero, todo dependerá de cómo se gestionen las divisas, los pagos de deuda externa y, sobre todo, de que las medidas económicas sean sensatas y sostenibles. Si no, lo de hoy será apenas un espejismo pasajero en medio de un panorama que sigue siendo frágil.