Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

La costumbre generalizada es homenajear a las grandes personas cuando ya no están. Por eso es tan significativo el acto que realizó este jueves la Universidad Privada Boliviana (UPB) para reconocer en vida a su fundador, don Julio León Prado, haciendo un repaso de su trayectoria y logros, cerrando con la develación de un memorial de reconocimiento construido en el campus que lleva su nombre, en Cochabamba.

Don Julio no sólo es expresidente del directorio de la Fundación Educativa UPB, sino que forjó el nacimiento y consolidación de la universidad convencido de que la educación es una poderosa herramienta. Desde 1992, año en que se creó la UPB, contribuyó no sólo a visionar la nueva universidad, sino también a obtener financiamiento para su construcción.

“Este homenaje es un gesto de gratitud por su vida y por su ejemplo, que debe trascender”, dijo emocionado Francisco Mayorga, rector de la UPB, quien describió a don Julio como un visionario y filántropo, también como un hábil empresario y constructor de grandes obras, en alusión a sus logros como ingeniero civil y también a su legado.

Julio León Prado (c) rodeado de empresarios y miembros de la Fundación Educativa UPB junto al memorial conmemorativo en su honor, en Cochabamba.

Oscar Molina, rector electo de la UPB, fue el encargado de hacer un emotivo repaso por la vida de don Julio que permitió comprender por qué es considerado un personaje meritorio. Nació el 4 de julio de 1926, en Quillacollo, donde vivió una infancia generosa, marcada por el deporte y por la sólida educación recibida de su madre, doña Cristina Prado.

La infancia pasó pronto y la vida le abría oportunidades lejos del valle cochabambino y del país. Entre 1946 y 1950 estudió ingeniería civil en Lima, gracias a una beca. Fue el primer alumno de todas las carreras de la Universidad Nacional de Ingeniería y también líder estudiantil porque presidió el viaje de su promoción a Argentina.

El mismo año de su titulación comenzó su vida laboral en una empresa que construía centrales eléctricas. Logró ascender hasta llegar a convertirse en su gerente general y pudo entregar grandes obras.

Julio León Prado junto a Enrique García y Juan Carlos Orsini.

Siempre en pos de ir más allá, en 1964 fundó la empresa ICE Ingenieros S.A. en Lima, con la que realizó grandes construcciones como redes eléctricas y túneles de magnitud, que eran su especialidad. Su capacidad de gestión permitió a la empresa acceder a contratos en Costa Rica, Nicaragua y Panamá.

Con toda esa experiencia y prestigio, en 1970 decidió que era el momento de trabajar por Bolivia, donde su primera obra fue el tendido de redes de distribución eléctrica en Santa Cruz. En Cochabamba, la construcción del túnel de Misicuni (el más largo construido en Bolivia) también es obra de ICE Ingenieros. Por otra parte, destacó en la banca y creó Banco BISA, también es pionero en el cultivo extensivo de soya, en el oriente.

En 2008, decidió que la Fundación UPB destaque a los graduados con el mayor promedio y desde el año 2015 se otorga un premio de 10.000 dólares a cada estudiante sobresaliente. Es que para don Julio la educación es la clave y hay que impulsar a quienes tienen talento y garra.

Oscar Molina (der.), rector electo de la UPB, entrega a Julio León Prado el nombramiento de presidente de la Sociedad de Honor.

Recientemente y a iniciativa de 25 becarios que recibieron ese apoyo, se creó una Sociedad de Honor que tiene el objetivo de beneficiar con premios a la excelencia académica y nombró a don Julio como su presidente honorario para honrar su dedicación y generosidad y por haber inspirado a tantas generaciones.

El fuerte impacto que tuvo don Julio en la vida de muchos profesionales es que el actual rector electo de la UPB es exalumno de esa universidad y es quien preside esta sociedad, que busca aportar con su experiencia y motivar con sus logros a futuras generaciones de profesionales, contribuyendo al espíritu de excelencia que es parte del legado de Julio León Prado.