Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
La construcción, uno de los motores de la economía, está en alerta roja. Cada vez más empresas están optando por no participar en licitaciones públicas debido a la incertidumbre financiera, el encarecimiento de materiales y la falta de dólares.
Jorge Siles, presidente de la Cámara de la Construcción de Cochabamba (CADECO), advierte que la situación es insostenible y ya ha provocado el cierre de compañías y la paralización de proyectos clave.
Materiales por las nubes y contratos de alto riesgo
El mayor problema es el alza de precios. La escasez de divisas ha disparado el costo de insumos importados hasta en un 70%, generando un escenario impredecible para las constructoras.
«Firmamos un contrato con un precio hoy, pero en tres meses el material puede costar 50% más. Es imposible trabajar así», explica Siles.
Como resultado, al menos diez licitaciones del Gobierno han quedado desiertas en los últimos meses. Nadie quiere asumir un contrato cuyo presupuesto se quede corto a la mitad del camino, mientras el Estado mantiene sus precios congelados.
Pagos demorados y empresas al borde del cierre
A esta crisis se suma otro problema: el retraso en los pagos. Muchas empresas ya están asfixiadas por deudas fiscales y la falta de liquidez las pone al borde del colapso.
Según una encuesta de CADECO, el 10% de las constructoras en Cochabamba podría cerrar, mientras que un 20% enfrenta graves dificultades económicas.
«Si no hay inversión pública, la construcción se detiene. Y si la construcción se detiene, la economía también sufre», advierte Siles.
El sector pide medidas urgentes: acceso a divisas para importar insumos, reajuste de precios en los contratos públicos y alivio fiscal para las empresas más afectadas.
Mientras tanto, la parálisis en la inversión pública sigue creciendo, afectando la infraestructura, el empleo y el desarrollo regional.