Redacción | Activo$ Bolivia
Una vaca en miniatura, de un año y medio de edad y de una estatura inferior al metro causando sensación en la Expocruz 2023.
Es uno de los ejemplares bonsai que presenta la Cabaña Alyashira, de Cotoca, junto a un torito, un caballo y un minimulo.
Rashid Zeitún, dueño de la hacienda, explica que la vaquita se llama Nigua y tiene 18 meses de edad, se prevé que esté preñada para la feria Agropecruz a celebrarse en abril de 2024. Si los planes se cumplen, la vaca bonsai y su cría podrán pasearse por los corrales de la Expocruz en 2024.
Un detalle, Zeitún añadió que tomó 10 años de trabajo tener a Nigua. Es la única en su género en el país y el ganadero piensa aumentar su hato de minivacas motivado por la pasión que tiene por estos llamativos ejemplares.
Su cabaña también exhibe al pequeño Candirú, un mini toro que pesa 500 kilos y que ha sido el semental responsable de aparearse con las pequeñas vacas y regalar una nueva generación de 30 cabezas.
Respecto a la cría de especies pequeñas de ganado, Zeitún dice que se necesita una hectárea por cada ocho cabezas, las vacas pequeñas no producen más de seis litros diarios de leche y la producción de carne también va acorde a su talla, aunque estos ejemplares son más de uso ornamental, para distinguir a su hacienda del resto.
Comenta que la cría de este diminuto ganado comenzó hace 12 años importando ejemplares de Brasil. En la edad adulta, la altura de los machos alcanza a un metro de estatura y las hembras 70 centímetros; el peso al nacimiento en los machos es de 14 kilos y de las hembras es de 10 kilos.
Quien empezó con la producción de este ganado fue Richard Gradwohl, un ganadero de Seatle (EE.UU.) que tiene 26 razas diferentes en su estancia, pero también existen 18 diferentes razas pequeñas y criollas que se crían en Brasil.
Si bien el objetivo inicial de la cría de este ganado diminuto era suplir las necesidades del mercado, luego de varias investigaciones se descubrió que estos ejemplares producen menos metano, gas responsable, entre varios, que contribuyen al cambio climático.
La cabaña Alyashida es reconocida por la cría de estos animales bonsai, que son una gran atracción, especialmente para los niños y sus familias que asoman sus corrales deseosos de montarlos.
Junto a su esposa y sus hijos, Zeitún se turna para atender al público desde que se abren las puertas del campo ferial hasta su cierre.