Redacción | Activo$ Bolivia
En Cochabamba ya ni se sorprenden. Otro bloqueo, esta vez en Sacaba, otra vez pérdidas millonarias. La protesta territorial del Distrito VI cortó de raíz el flujo logístico hacia el oriente, generando una pérdida estimada en Bs 17,6 millones en solo un día, y dejando a miles atrapados en una rutina que ya se siente normal: vivir entre conflictos y desvíos.
Pero el problema no es solo local. Cochabamba es el corazón logístico del país, el punto de conexión clave entre el occidente y el oriente. Cuando se bloquea aquí, todo el país lo siente. Desde enero, 389 conflictos sociales han dejado 35 jornadas de interrupción de rutas troncales, generando un impacto económico acumulado de Bs 1.677,1 millones, según la Unidad de Análisis Económico de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC).
Y los efectos no se limitan a los camiones varados. Tres sectores clave ya muestran señales de colapso:
-Logística y transporte: los transportistas deben improvisar rutas más largas y peligrosas, subiendo los costos y bajando la eficiencia.
-Industria manufacturera: falta materia prima, se paralizan líneas de producción y se complica cumplir con mercados internos y externos.
-Turismo: reservas canceladas, menos visitantes y una mala fama que cuesta revertir.
“El mercado ya no se regula solo cuando se interrumpe el libre tránsito”, advierte el reporte de la FEPC, advirtiendo sobre inflación, escasez de productos y un entorno cada vez más riesgoso para invertir.
Juan Pablo Demeure, presidente de la FEPC, insiste en que el daño es para todos. “No solo se afecta a Cochabamba, se está frenando al país entero”. Y mientras el conflicto siga sin solución, la economía boliviana sigue pagando el precio.