Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia
Mauricio y Ana son socios y tienen su consultorio odontológico en Cochabamba. Él cuenta que cada que llega un paciente y él determina qué tratamiento requiere, necesita hacer cálculos y consultar precios a sus proveedores para darle un presupuesto y es algo que debe hacer cada día porque, con el dólar paralelo fluctuante, los costos pueden variar de pronto.
“Hay tratamientos en los que puedo manejar precios accesibles, pero hay otros que no por los costos de importación y no sé si la gente podrá pagar”, comenta. Como él, miles de profesionales y emprendedores bolivianos empiezan el día haciendo cuentas y ajustando estrategias.
Este 2025, las empresas en Bolivia viven en incertidumbre con costos que suben, ventas que se enfrían y un acceso a financiamiento cada vez más limitado. Sin embargo, también hay quienes encuentran oportunidades: nuevos nichos, digitalización y alianzas estratégicas.
La clave para sobrevivir está en la adaptación. Los expertos recomiendan cuidar el flujo de caja, diversificar ingresos y, sobre todo, invertir en canales digitales para llegar a más clientes sin aumentar drásticamente los costos.
En este contexto, la economía boliviana enfrenta retos de liquidez y competitividad, pero la creatividad empresarial sigue siendo un motor. La historia de Mauricio y Ana se repite a diario porque todos se ven obligados a ajustar, innovar y, pese a todo, seguir apostando por crecer.
En un año marcado por la escasez de dólares y la incertidumbre económica, el sistema financiero boliviano parece caminar en equilibrio sobre una cuerda floja. Los datos oficiales a junio de 2025, procesados por el Observatorio Económico de la ICAM-Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba, muestran un panorama que mezcla estabilidad en algunos indicadores y señales de alerta en otros.
Los depósitos: captaciones suben ligeramente
Las captaciones subieron en 1,3% entre junio de 2024 y junio de 2025. Las cifras interanuales muestran que los depósitos en caja de ahorro crecieron de 67.047 a 72.188 millones de bolivianos. En los depósitos a plazo fijo hubo una reducción de 108.269 a 107.911 millones de bolivianos. Los depósitos a la vista también muestran una ligera baja porque pasaron de 41.331 a 39.451 millones de bolivianos. Los depósitos a la vista son aquellos que las personas y empresas prefieren tener disponibles antes que “congelarlos” en plazos fijos. En un contexto de volatilidad, este comportamiento es casi instintivo porque ¿quién quiere comprometer su liquidez cuando el panorama económico es incierto?
Créditos
En la cartera de créditos, haciendo una comparación interanual entre junio 2024 y junio 2025, el crédito de consumo creció de 21.558 a 21.901 millones de bolivianos. El microcrédito subió ligeramente de 67.981 a 70.526 millones de bolivianos. El crédito Pyme pasó de 23.146 a 24.590 millones de bolivianos.
A junio de 2025, el microcrédito equivale al 31,1% del total de créditos; el crédito de consumo equivale al 9,7% de la torta y el crédito Pyme llega al 10,8%.
Las micro y pequeñas empresas, que representan la mayoría de la base empresarial del país, son las que más sienten el peso de las tasas y las condiciones.
Mora: Bolivia frente a la región
Al 30 de junio de 2025, el índice de mora en Bolivia llegó al 3,2%. En los países vecinos, el índice es del 3,3%. El índice de mora se mantiene relativamente controlado frente a otros países sudamericanos, pero no por ello deja de ser un termómetro sensible. Un repunte en el desempleo o una caída abrupta en las exportaciones podría dispararlo.
¿Qué significa todo esto para ti?
Si eres ahorrista, es probable que sigas apostando por tener tu dinero líquido. Si eres empresario, conseguir financiamiento productivo competitivo puede seguir siendo un reto. Y si eres un observador del panorama macro, estos números son una pista clara de que el sistema financiero está cuidando su equilibrio, pero necesita aire fresco para sostenerlo en el tiempo.
Los bancos no están en crisis, pero tampoco están en un festival de liquidez. Y, como en toda cuerda floja, cualquier viento fuerte podría cambiar el espectáculo.