Redacción | Activo$ Bolivia
Las criptomonedas ya no son solo tema de foros especializados o de películas de hackers y en Bolivia están creciendo con fuerza. Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), solo en el primer semestre de 2025 las transacciones con activos virtuales en el país superaron los $us 294 millones. Son casi 300 millones de dólares movidos en un mercado que hasta hace pocos años parecía lejano.
¿Qué es exactamente una criptomoneda?
En pocas palabras, es un activo digital que funciona como medio de intercambio, respaldado por la tecnología blockchain, que garantiza seguridad y transparencia. A diferencia del dinero tradicional, no depende de un banco central ni de un gobierno, lo que significa que el usuario tiene el control directo de sus fondos.
Eso sí, como toda innovación, viene con su lista de retos. Las transacciones son irreversibles, los precios cambian todo el tiempo (hoy sube, mañana cae) y circula mucha desinformación que puede confundir a los usuarios. Pero lejos de ser un muro, estos aspectos son recordatorios de que la clave está en informarse antes de lanzarse de lleno al mundo cripto.
Desde el Banco Ganadero lanzan tres consejos básicos para no perderse en este universo:
1️⃣ Formarse antes de usar. La educación financiera es el primer paso para evitar errores costosos.
2️⃣ Priorizar la seguridad digital. Plataformas seguras, con verificación en dos pasos y buenas prácticas de prevención de fraudes, son imprescindibles.
3️⃣ Mantener control y seguimiento. No se trata de invertir a ciegas, sino de monitorear el mercado y establecer límites claros.
En Bolivia, una opción disponible es GanaCripto, del Banco Ganadero, que combina acceso seguro con información útil para usuarios novatos o avanzados. Edgardo Cuéllar, gerente de Negocios Digitales, lo explica así: “Creemos que la innovación financiera debe ir de la mano con la educación y la protección del usuario; con la información correcta, todos pueden participar con confianza en este nuevo mercado”.
Las criptos llegaron para quedarse y, aunque aún generan dudas, cada vez más bolivianos están dando el salto. La clave está en hacerlo con seguridad, información y control.