Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
Hay hoteles donde uno simplemente pasa la noche y otros a los que siempre quieres volver. En Cochabamba, el Hotel Camino Plaza no solo ha hospedado a estrellas de talla mundial y ejecutivos de todo el mundo, también ha cultivado una comunidad de visitantes frecuentes para quienes es su “segundo hogar”. Bajo la visión de su gerente propietario, René Polo, este espacio fue concebido para hacer que el confort se sienta familiar, incluso lejos de casa.
En un entorno económico adverso y un mercado hotelero cada vez más saturado y competitivo, la historia de René Polo se erige como un ejemplo de visión, perseverancia y reinvención constante pues no solo construyó un establecimiento de cinco estrellas, sino que diseñó sus planos y su sistema de gestión, entre otras tareas, convirtiendo al hotel en un verdadero laboratorio de experiencias, comodidad y calidez.
Obsesión por el detalle
Hotel Camino Plaza nació hace una década, inicialmente con 28 habitaciones; pero hoy cuenta con 60, más cuatro departamentos tipo apart hotel, todo ubicado en el corazón de la apacible zona de Cala Cala, en la ciudad de Cochabamba.
Su esencia se define no por la cantidad de habitaciones sino por la diversidad porque cada habitación tiene identidad propia, un amoblado distinto, colores únicos y una concepción personalizada. “Una habitación para cada experiencia”, dice Polo, cuya obsesión por el detalle ha convertido al hotel en el favorito de artistas de renombre internacional como Maluma, Becky G o Leo Dan, y de ejecutivos que requieren comodidad, privacidad y funcionalidad confortable.
Hospitalidad “inteligente”
Pero este hotel no es solo un destino, es también un refugio de alta eficiencia. Desde su software de gestión desarrollado por el propio Polo hasta un sistema de atención personalizado que anticipa las preferencias del cliente recurrente, todo responde a un concepto integral de hospitalidad “inteligente”. “La hotelería no es poner camas y alquilar cuartos. Es una ciencia del confort y el confort exige tecnología, estética, logística y emoción”, describe Polo.
El hotel fue concebido para ejecutivos que necesitan más que un espacio para dormir. Cuenta con salas de reuniones integradas a las habitaciones, cafetería, restaurante, gimnasio, spa y piscina, todos de uso exclusivo para sus huéspedes. Este enfoque ha posicionado al Camino Plaza como el hotel ejecutivo por excelencia de Cochabamba, donde incluso el silencio nocturno es parte de la experiencia.
Compromiso con su equipo
La ruta hacia el éxito ha estado lejos de ser sencilla. La pandemia hizo que el hotel se mantuviera cerrado por un año, pero sin despedir ni un solo trabajador. Una decisión que significó un enorme esfuerzo financiero, pero que reafirmó el compromiso de Polo con el equipo humano que sustenta el servicio.
En el Camino Plaza también hay espacio para ayudar a la formación de estudiantes universitarios que necesitan realizar pasantías.
El hotel de las estrellas
En sus 10 años de operaciones, Camino Plaza ha albergado a más de 120 artistas de talla internacional. Figuras como Maluma, Becky G, Nicky Jam o Miriam Hernández han hecho de este hotel su residencia exclusiva en Cochabamba. “Hoy los artistas exigen hospedarse aquí. No es una casualidad, es el resultado de una experiencia cuidada hasta en el mínimo detalle”, asegura René Polo.
Más allá del confort, los visitantes valoran el trato cálido, el respeto a su privacidad y un ambiente que trasciende el hospedaje para convertirse en un recuerdo grato del país. “Cuando un artista se va feliz, se lleva una buena imagen de Bolivia”, afirma.
René Polo, un trotamundos
René Polo ha recorrido el mundo con su maleta siempre lista, acumulando experiencias en hoteles de América, Europa y del resto del mundo.
Sus constantes viajes académicos le dieron una mirada única sobre la hospitalidad, la comodidad y los detalles que definen una estadía inolvidable. Con ese bagaje, decidió no solo replicar, sino reinventar la experiencia hotelera en Cochabamba. Así nació el Hotel Camino Plaza.
A pesar de las crisis sociales, la pandemia y la competencia desleal, Polo no se rinde. Pudo retirarse del rubro con holgura financiera, pero eligió quedarse y hoy se mantiene firme, apostando por la industria hotelera como un verdadero héroe del turismo boliviano.
Creatividad ante lo adverso
Frente a la creciente competencia informal de plataformas como Airbnb y la falta de políticas estatales para impulsar a las empresas formales, Polo denuncia el desamparo del sector hotelero, que además enfrenta una presión tributaria agobiante.
“En Bolivia, abrir un hotel es como abrir cinco empresas al mismo tiempo, y el Estado en lugar de apoyar, castiga”, reflexiona. Pese a ello, este empresario hotelero no se rinde. Además de proyectar un nuevo salón de eventos para 700 personas, impulsa el turismo gastronómico como estrategia de diversificación. Recientemente, organizó una experiencia culinaria con el pescado amazónico paiche, atrayendo visitantes de distintas regiones del país y del exterior.
Pasión y estrategia
Más allá de su rol como empresario hotelero, Polo es también un impulsor del turismo regional. Lidera el Observatorio del Turismo de Cochabamba y promueve proyectos como “Cochabamba Ciudad Universitaria”, convencido de que la economía del conocimiento y el turismo pueden revitalizar la ciudad. “Cochabamba tiene todo para ser un destino: clima, ubicación, cultura, talento humano. Solo falta visión de Estado”, asegura.
Polo es un empresario que ha demostrado que cuando la pasión se mezcla con inteligencia empresarial y compromiso social, incluso un contexto adverso puede convertirse en una plataforma de innovación.