Redacción | Activo$ Bolivia
Iniciar una empresa no es camino fácil. Convertirte en tu propio jefe requiere empuje, disciplina y trabajo duro. Muchos emprendedores piensan que para lograrlo necesitan descubrir “el hilo negro” o tener millones de pesos ahorrados, pero no es así; una idea de negocios puede llegar de cualquier lado y en cualquier momento. Pero ojo: si bien es cierto que tenerla es el punto de partida en todo emprendimiento, la realidad es que, para desarrollar una empresa exitosa, tu idea por sí sola no es suficiente.
Para convertirla en un negocio sólido es importante que observes y analices las necesidades que no están resueltas en tu entorno, plantear una solución para resolverlas y, sobre todo, conocer a fondo a las personas que las requieren para ofrecerles justo lo que piden.
Una vez que hayas validado estos puntos, detente a analizar quizá lo más importante: que te apasione, pues recuerda que tu empresa es un proyecto de vida. Toma nota de estas recomendaciones para convertir tu sueño en realidad.
Los primeros pasos
Para identificar el valor de tu concepto y reconocer si es viable como negocio, tu idea de negocio debe resolver un problema de un segmento de personas que esté dispuesto a pagar para que le remedien esa situación y que inclusive paguen más mientras mayor sea el beneficio que obtengan.
Tal fue el caso de Woo-Hoo Studios, una empresa mexicana nacida en 2013 y dedicada a la creación de apps interactivas para niños. Sus fundadoras aprovecharon el interés que sienten los pequeños por la tecnología y lo utilizaron como un vehículo para resolver preocupaciones de muchos padres, como estimular su inteligencia, fomentar valores y sembrar el amor por la lectura de una forma divertida y segura.
Identificar el momento justo
Otro de los factores importantes al momento de detectar el valor de tu idea es el timing, es decir, identificar si es el momento correcto para lanzar tu negocio de acuerdo a las necesidades del mercado al que vas a dirigirte.
Así lo hizo La Guitarrería, una escuela de música ubicada en el Estado de México. Después de la crisis de 2009, mientras ganaban popularidad los videojuegos musicales como Guitar Hero y Rock Band, decidió aprovechar la pasión por la música para ofrecerles a los más jóvenes un espacio para “rockear” en la vida real. Fue así que diseñó un modelo exclusivo para la enseñanza de técnica, teoría y ensamble de guitarra, batería, bajo, teclado y canto.
Sustentar una idea de negocios puede resultarte más sencillo si emprendes en una industria donde ya tengas experiencia. Conocer un sector de manera profunda te permite detectar más fácilmente las necesidades que no están resueltas.
Dale valor a tu mercado
Después de identificar la necesidad que existe en el nicho que quieres explorar, es momento de compartir tu idea. No temas salir a la calle y preguntar a tus clientes potenciales cómo se sentirían con la solución que tienes en mente. Una vez que tengas información que refuerce que la solución es buena, lo siguiente será buscar una forma rápida y accesible de hacer una prueba piloto.
El producto mínimo viable es una de las pruebas más recomendadas por los expertos, consiste en lanzar un ensayo sencillo y económico de tu producto o servicio con el fin de probar su funcionalidad, rentabilidad y recibir retroalimentación de los compradores, sin invertir una fuerte suma de dinero.
Ten un Producto Mínimo Viable (PMV)
Las fundadoras de Woo-Hoo Studios comprobaron esta premisa. Una de ellas, Melissa Dávila, cuenta que su primer libro interactivo La Caja de las Cosas Perdidas, que surgió como proyecto de titulación de la licenciatura en Animación y Arte Digital, fue la prueba que motivó al grupo de amigas a emprender. “Después de subirlo a App Store como descarga gratuita, tuvimos aproximadamente 1.000 descargas en el primer mes, todas totalmente orgánicas. También tuvimos reseñas en distintos blogs de México y España que hablaban muy bien de nuestro trabajo”, recuerda.
Posterior a la prueba del Producto Mínimo Viable y para aumentar aún más la posibilidad de convertir tu idea en un negocio escalable, desarrolla el Business Model Canvas, un documento que detalla, de manera concisa, cada elemento de tu modelo, así como tu propuesta de valor. Este modelo te servirá para delimitar muy bien tu mercado y la necesidad que resolverás. Delimitar la zona geográfica, edades o intereses pueden funcionarte para saber por dónde iniciar.
Habla sobre tu idea
Compartir tu idea siempre genera aprendizaje. Lograr que mentores, asesores u otros emprendedores más experimentados escuchen tus dudas facilita un intercambio de opiniones que hacen que amplíes tu visión, dirijas mejor tu camino y analices las herramientas que deseas implementar.
Otra forma de recibir ese apoyo externo es por medio de una incubadora de empresas.
Networking, factor clave
Si no sabes cómo obtener capital, te cuesta ser disciplinado o no tienes una red de contactos que te apoye en tus puntos débiles, una incubadora será muy útil para tu proyecto.
El networking es clave en las etapas iniciales de cualquier proyecto, pues puede ayudarlo a despuntar. Puede ser una estrategia para crecer y buscar alianzas, un buen networking puede abrir las puertas a contratos importantes o licitaciones. No te quedes aislado y súmate a organizaciones profesionales en tu área de especialidad.
Crecimiento a la medida
Ten presente que pasar de una idea en tu mente a una empresa en operación puede tomarte varios meses, dependiendo del tipo de negocio que vayas a desarrollar. Si la propuesta de valor es para un negocio tradicional como alimentos y bebidas, por ejemplo, la transición puede ser más rápida. Sin embargo, si hay que educar a los consumidores sobre cómo utilizar un producto o adoptar un servicio, puede tomar más tiempo alcanzar la rentabilidad de la empresa.
Una vez que tu idea está probada e hiciste tu inversión inicial toma en cuenta que debes revisar tu modelo de negocios constantemente (cada tres, seis, 12 y 18 meses) para responder a lo que el mercado marque, aunque no lo hayas planteado así al inicio.
Listo para empezar
Ahora te toca a ti. Abre los ojos al mundo y analiza las oportunidades que encuentres y los problemas que necesiten una solución. Aprovecha tu experiencia, pasión o tus conocimientos profesionales para elegir el concepto y modelo de negocios que mejor se adapte a tus características y al tiempo que estarás dispuesto a dedicarle.
Una sugerencia: escribe en tu celular o en un cuaderno que lleves contigo todas las ideas que vengan a tu mente. No importa si crees que son tontas o grandiosas. Después de unos días revisa tu lista y analiza si tú pagarías por la solución que brinda.
Fuente: www.emprendedor.com