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jueves, febrero 6, 2025
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¿El hotel de Arturo Murillo, en Villa Tunari, ya tiene nuevo dueño?

A la izquierda, el Hotel Victoria en sus tiempos de esplendor y a la derecha cómo luce actualmente después de haber sido incendiado.

Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

Los turistas que buscaban una escapada al Chapare que combinara comodidad y naturaleza encontraban la mejor opción en el Hotel Victoria, en Villa Tunari. Ubicado en el corazón del trópico cochabambino, este hotel de propiedad de Arturo Murillo, el exministro de Gobierno de Jeanine Añez, ofrecía una experiencia única para quienes desearan desconectar de la rutina y sumergirse en la serenidad de la selva boliviana.

Se destacaba por su entorno exuberante con abundante vegetación tropical, pero con ambientes que ofrecían las comodidades de la vida moderna que todo viajero aprecia como habitaciones amplias, acogedoras y equipadas con todo lo necesario. Como complemento, había una amplia piscina siempre lista para refrescar al recién llegado y una oferta culinaria que incluía sabores locales y platillos internacionales.  

El plus era que estaba a poca distancia de los principales atractivos de Villa Tunari, entre ellos el Parque Machía, hogar de diversas especies de fauna silvestre, o el parque “La Jungla, diseñado para los amantes de la aventura, con columpios de diferentes alturas y deslizamientos en rondana para disparar la adrenalina.

La mala hora

Todo ese conjunto de bondades, hizo que el Hotel Victoria fuera uno de los hospedajes más emblemáticos del Chapare y vivió días de esplendor. Su propietario dividía su tiempo entre la administración de su hotel y la actividad política, siendo parte de la oposición al MAS, partido de Evo Morales.

Sin embargo, en 2019, durante los conflictos sociales que sacudieron Bolivia tras las elecciones y la renuncia de Morales a la Presidencia, el Hotel Victoria fue escenario de un episodio trágico. El 11 de noviembre de ese año, los cocaleros, seguidores de Morales, incendiaron el establecimiento y Murillo, que aún era senador, denunció a través de las redes sociales que la turba no sólo destruyó y quemó su hotel, sino que también puso en riesgo a su familia, que tuvo que huir selva adentro para salvar su vida.

Un reporte de la agencia EFE citaba a Murillo lamentando que el ataque redujo a cenizas el trabajo de 20 años.

Unos días después, Murillo fue nombrado ministro de Gobierno por la presidenta interina Jeanine Añez y el 17 de noviembre informó de un operativo de rescate de ocho personas, entre ellas una de sus hermanas.

A pesar de su condición de ministro, no pudo regresar a su propiedad porque los cocaleros no lo permitieron al considerar a Murillo uno de los “enemigos” de su líder Evo Morales, también presidente de las Seis Federaciones de Cocaleros del Trópico de Cochabamba. Desde entonces, el hotel quedó en el olvido, sus instalaciones abandonadas y consumidas por el tiempo.

La historia de Murillo tomó un giro aún más dramático. En 2021, fue arrestado en Estados Unidos acusado de conspiración para cometer lavado de dinero. Según informes, recibió sobornos para facilitar un contrato de suministro de gas lacrimógeno al gobierno boliviano. En enero de 2023, fue condenado a casi seis años de prisión en una cárcel estadounidense.

¿Y ahora?

Dicen que el tiempo borra todo. Algo de eso pasó con el Hotel Victoria, que a poco más de cinco años de haber sido destruido, sus restos fueron devorados por la vegetación y casi ya no queda nada de él, eso lo constató este medio en una visita realizada a principios de esta semana. Sólo queda parte de una de las alas donde estaban las habitaciones, aunque apenas se ve el techo porque el follaje se adueñó de pisos y paredes, la piscina quedó cubierta de la misma forma y cerca a la garita de ingreso se pueden ver los restos calcinados de los muros. Es más, el camino de ingreso al hotel quedó reducido a casi un sendero y no es muy fácil encontrarlo.

Lo que llama la atención es que el terreno está enmallado y hay un letrero en latón que dice: “Propiedad privada F. Y. Chapare”, que permite deducir que ahora es propiedad de la Federación Yungas Chapare. ¿Cómo fue que la propiedad de Murillo pasó a manos de esta agrupación cocalera? ¿Hicieron prevalecer las normas internas y de control social sobre las tierras del Trópico? ¿Este cambio de dueño es legal o arbitrario?

Pese a que el Chapare luce en calma, los bancos están abiertos, se puede ver algún carro policial y la gente se ve dedicada a su cotidianidad, hacer preguntas no es aconsejable porque inmediatamente el visitante queda en la mira. Así que sólo el tiempo nos dará la respuesta sobre la situación legal del Hotel Victoria.

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