Sandra Arias L. | Activo$ Bolivia

Cerveza Sureña es uno de los íconos industriales de Chuquisaca y junto al molino Aldea Real y la maltería son las tres unidades de negocio que maneja la Sociedad Industrial del Sur S.A. (SIDS), creada el 27 de marzo de 1951 con el objetivo de industrializar la producción agrícola de Chuquisaca.

La primera industria que SIDS echó a andar fue el molino, en 1951; la cervecería opera desde 1971 y la maltería desde 1985, es la que provee la materia prima para elaborar Sureña y también abastece a fábricas de cerveza artesanal, explica Paola Álvarez, presidenta ejecutiva de Cervecería Sureña.

Desde una bolsa de 50 kilos hasta 2 toneladas o más, abastece a micro y pequeñas cervecerías de La Paz, Santa Cruz, Potosí, Chuquisaca y Cochabamba con cebada comprada de productores chuquisaqueños y potosinos.

Caldera de cocimiento de la malta en la fábrica de Sureña.

Producción al estilo alemán

La materia prima que usa y distribuye Sureña pasa previamente por un proceso de malteado en su propia maltería neumática, que es la única de su tipo que existe en el país. La cebada que utiliza es comprada a productores de Chuquisaca y Potosí; mientras que las otras cerveceras importan la malta.

Otro elemento que diferencia a los productos de Sureña es que su producción se hace al estilo alemán porque tiene un área de fermentación y otra de maduración; mientras que la competencia produce al estilo americano utilizando los cilindros cónicos, donde hacen la fermentación y la maduración en el mismo tanque, explica Álvarez.

“No usamos ni conservantes ni estabilizantes químicos. Producimos la cerveza bajo la ley de pureza alemana, que solamente permite que se le ponga agua, lúpulo, malta y levadura. Entonces nosotros hacemos cerveza sin químicos”, apunta.

Lanzamiento de la nueva Línea de Chopp y Nueva Línea Enlatadora, en mayo de 2021.

Mercados

La empresa tiene seis tipos diferentes de cervezas y su principal mercado está en Chuquisaca, donde tiene más del 50% de las ventas pese al duro golpe de la pandemia y a la permanente competencia desleal del contrabando.

También tiene presencia en Cochabamba, La Paz, Santa Cruz y en provincias potosinas y tarijeñas. Además, abrió mercado en El Alto a través de las marcas Collita y Baco.

Sureña tiene una capacidad instalada de producción de 100 mil hectolitros por año. La paralización originada por la pandemia dejó a la cervecería produciendo alrededor del 30 al 40% de su capacidad; pero en 2021 comenzó un periodo de recuperación con la apertura de nuevos mercados en el país y hace como un año la cervecera volvió a los niveles prepandemia, asegura Álvarez.

Ampliación y modernización

Álvarez cuenta que, a principios de año, se realizó una ampliación de la cervecería. Con ese fin, incorporaron una enlatadora que es de las más nuevas que hay en el país; adquirieron una llenadora de barriles, que es un mercado diferente, y ahora disponen de barriles de 50, 30 y 17 litros. Además, adquirieron máquinas shoperas, barriles y otros implementos.

Todo ese equipamiento requirió una inversión de más o menos medio millón de dólares.

Por otra parte, en marzo llegaron nuevos bancos y rodillos para el molino de trigo. Entonces, explica Álvarez, el objetivo de ampliar y modernizar las unidades de negocio es generar diferentes productos que lleguen a diferentes mercados para tener más presencia en otras regiones del país.

Generación de empleo

La Sociedad Industrial del Sur S.A. (SIDS) tiene más o menos 68 trabajadores en planillas, una fuerza de ventas de alrededor de 30 personas que son independientes y genera ingresos para alrededor de 8 mil familias del área rural que proveen cebada y trigo para el molino y la cervecería.

Debido a la pandemia, la producción de cerveza quedó paralizada; pero el molino permitió a SIDS seguir a flote durante la cuarentena, cumplir con los salarios al 100% y no hacer despidos porque la harina era un producto de primera necesidad.

Compromiso ambiental

Tanto los desechos de la cervecería como los del molino son orgánicos, entonces SIDS S.A. creó una nueva unidad de negocio para aprovecharlos e implementó una lechería en la que las vacas tienen como alimento los residuos de ambas industrias. La nueva lechería ofrece, por el momento, queso artesanal y leche fluida.

Por otra parte, todo el vidrio que se rompe o descarta en el envasado de la cerveza es enviado como obsequio a la Empresa de Envases de Vidrio de Bolivia (ENVIBOL) para que se vuelva a fundir y así evitar generar desperdicios.