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Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
“Las oportunidades no se ven con los ojos, se ven con la mente”, asegura el empresario y escritor Robert Kiyosaki. Explica que, para eso, las personas requieren entrenar su mente y educarse financieramente y este consejo es algo que repite incesantemente en todas sus conferencias.
Gran parte del éxito de las personas se basa en su mentalidad, pero muchos prefieren mantener una comunicación interna estática y desmotivada.
Entrenar la mente es muy importante para Kiyosaki, quien sugiere incluso construir un lenguaje que proyecte a las personas al escenario de las oportunidades, de la acción y de los logros.
En ese sentido, afirma que una de las palabras más destructivas en el ser humano es: “mañana”. “Mañana empiezo”, “mañana lo hago” y hacer de ella un camino frecuente para la mente al punto de postergar todo y nunca hacer nada para cambiar una realidad, por minúscula que ésta sea.
Otra de las palabras destructivas es: “Ya lo sé”, una respuesta que muchas personas pobres, con ego y mentalidad cerrada, usan con frecuencia para no aceptar consejo alguno porque lo saben todo y, sin embargo, no hacen nada para cambiar en su beneficio.
“Corrige al sabio y será más sabio, corrige al ignorante y lo harás tu enemigo”, versa la máxima sobre la cual se fundamenta la recomendación del escritor para que las personas salgan de su letargo y den un salto al crecimiento personal.
“La principal diferencia entre una persona pobre y una persona rica es su manera de pensar”, asegura el empresario, quien asigna suma importancia al lenguaje cotidiano porque reconoce el poder de las palabras sobre la acción.
La gente pobre suele decir: “no tengo”, “no puedo”, “no me alcanza”, “está muy caro”, en cambio que el rico se pregunta: “¿cómo hago para comprarlo o tenerlo en mi poder?” y es justamente esa comunicación interna que marca la diferencia que tiene la mentalidad de las personas ricas, pues las lleva buscar la manera de tener lo que quieren. En ese canal de comunicación interno, la mente busca alternativas y pone al sujeto en acción, a diferencia del pobre que cierra su mente y se conforma con su mala suerte.
Por ello, Kiyosaki aconseja a las personas construir un lenguaje apropiado porque sabe que las palabras funcionan como una orden directa a la mente y pueden conducirte a la cima del éxito o al precipicio.