Redacción | Activo$ Bolivia
(Con datos de la Red)
Los tres primeros años después de que se funda una emprensa o un emprendimiento son cruciales para determinar su éxito o fracaso y este periodo se convierte en una verdadera prueba de fuego, por eso se denomina Valle de la Muerte.
Algunos retos a enfrentar en esta etapa inicial son la gestión financiera, los ajustes al modelo de negocio, la estrategia de ventas, así como la estructura y funciones de los colaboradores.
Hay estudios que señalan que alrededor de 4 de cada 10 empresas no realizan una planificación financiera.
¿Cómo sobrevivir a este periodo?
Para sortear estas adversidades toda empresa debe tomar en consideración tres factores para mantener un crecimiento sostenible:
1. Evaluar constantemente el problema a resolver
Para alinear el modelo de negocio a las necesidades de los clientes, es preciso analizar a detalle el problema que buscan resolver, bajo la premisa de que éste cambia constantemente a medida que transcurre el tiempo.
Hay que entender y definir qué producto vas a posicionar. No hay que “enamorarse” de la solución sino del problema que queremos resolver, es decir, encontrar una fórmula que dé respuesta a lo que el cliente busca y la forma en que van evolucionando sus necesidades.
Para adaptarse y sortear adversidades, las empresas deben tomar en consideración factores como:
- Flexibilidad, que implica tener la apertura suficiente para adaptar el producto o servicio acorde a las necesidades del mercado.
- Métricas, llevar un registro de avance y metas alcanzadas a fin de crecer de forma ordenada.
- Mercadotecnia, enfocada a las necesidades específicas del modelo de negocio.
- Equilibrio, que conlleva a mantener una debida armonía entre las inversiones, los gastos y los márgenes de ganancia.
Por ejemplo, se puede ir ajustando el producto hasta encontrar la solución adecuada. Hay muchas cosas en redes sociales y estrategias de marketing para replicar. Lo cierto es que a cada empresa le funcionan cosas muy específicas, las cuales se encuentran con un poco de paciencia y posteriormente deben replicarse una y otra vez hasta generar un crecimiento sostenido.
2. Más productos no es igual a más ventas
Durante los primeros tres años de vida, la fuente principal de financiamiento del 90% de las empresas son los recursos propios de los fundadores o socios, por lo que las ventas son clave para la supervivencia, desde la validación del producto o servicio, la competencia, hasta la construcción de una base de clientes.
Incluso el enfoque que se le da al proyecto marca el éxito o el fracaso. En ocasiones, algunas empresas en etapa temprana lanzan muchos productos intentando posicionarse en el mercado y alcanzar más ventas, cuando lo ideal es enfocarse en tener un modelo de negocio alineado a un solo producto, a través de un solo canal, dirigido a un tipo específico de cliente.
En estos casos, la metodología Scaling Up puede ser de gran ayuda para las empresas, ya que les proporciona un enfoque estructurado y probado para lograr un crecimiento sostenible y exitoso.
Estas son algunas formas en las que Scaling Up puede ayudar a las empresas:
- Enfoque estratégico, proporciona herramientas para analizar el mercado, define objetivos y establece indicadores clave de rendimiento para medir el progreso.
- Optimización en la ejecución, ayuda para establecer metas y objetivos claros, así como identificar y sortear obstáculos que puedan surgir en el camino.
- Gestión del crecimiento, ofrece herramientas para administrar el crecimiento de forma efectiva como la estructuración de equipos, la alineación de todos los colaboradores con la visión y valores de la empresa, así como el desarrollo de talento.
- Gestión del flujo de efectivo, la metodología ofrece elementos para mejorar la rentabilidad y garantizar que la compañía tenga suficiente capital para respaldar el crecimiento.
3. Debida estructura del equipo de trabajo
La estructura y funciones de los colaboradores son otro desafío durante los primeros tres años de existencia de las pyme debido a que, en equipos pequeños, cada colaborador asume múltiples roles y responsabilidades para cubrir las necesidades del negocio.
Sin embargo, a medida que va creciendo el proyecto se vuelve imprescindible la definición de funciones y la especialización de los puestos, es decir, quién debe ser responsable de un proceso y qué debe tener. El modelo Scaling Up deja claro que un líder debe aprender a delegar, tomando decisiones a partir de valores para que, cuando la empresa crezca, no sufra en las funciones clave.
Al tomar en cuenta estos tres factores, las empresas pueden mejorar su enfoque estratégico, optimizar la ejecución y fortalecer su equipo de trabajo, lo cual les permitirá enfrentar de mejor forma adversidades y crecer de manera sostenible durante sus primeros años de vida.
Fuente: Revista Emprendedor