Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
La yuca, ese ingrediente clave de nuestro tradicional cuñapé, podría convertirse en la próxima estrella de la industrialización boliviana. Un convenio firmado entre la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) y centros de investigación de China busca llevar este cultivo a otro nivel y pasar de la chacra a la industria.
El acuerdo, sellado por el rector Boris Marcelo Calancha Navia y respaldado por el Centro de Nanotecnología y Biotecnología de la UMSS, abre la puerta a una cooperación científica inédita. El plan incluye tres ejes estratégicos: intercambio académico, investigación conjunta e innovación tecnológica. O, dicho más simple: mover estudiantes y científicos entre ambos países, hacer ciencia juntos y aplicar tecnología que funcione en la vida real.
El dato clave
Mientras Bolivia tiene una enorme diversidad de yuca con más de 400 accesiones recolectadas y 168 variedades únicas identificadas, en China apenas existen diez. Por eso, el gigante asiático está más que interesado en aprender de nuestro acervo genético, mientras que Bolivia necesita la tecnología y experiencia para procesar a gran escala.
El director del Centro, Jorge Rojas, explica: “Tenemos materia prima suficiente, pero no tecnología consolidada para industrializarla. Hoy importamos harina y almidón desde Brasil y Paraguay, cuando podríamos producirlo aquí mismo”.
El potencial es enorme. Más allá del almidón, la yuca puede convertirse en insumo para alimentos, farmacéutica e incluso plásticos biodegradables. De hecho, en Bolivia ya existen empresas que producen plásticos a base de almidón de yuca; pero muchas dependen de importaciones. Con este convenio, la meta es sustituir importaciones, generar cadenas de valor locales y abrir mercados de exportación.
La UMSS lleva siete años trabajando en este campo, y ahora con el respaldo de China busca que la investigación deje de ser solo documentos académicos y se transforme en innovación para el sector privado. Rojas añade: “Podemos convertirnos en proveedores de almidón para el mercado chino y, al mismo tiempo, desarrollar nuestras propias industrias”.
Este tubérculo, que acompaña nuestra cultura alimentaria desde hace siglos, está listo para jugar en las grandes ligas de la economía. Y si la alianza Bolivia-China logra cuajar, la próxima vez que pienses en yuca, quizá no solo recuerdes al cuñapé, sino también a un producto estrella de exportación.