Redacción | Activo$ Bolivia
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) de Bolivia parecen estar mejorando en papel, pero un análisis más a fondo revela una estrategia arriesgada.
Al informar de un incremento en las RIN, el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Edwin Rojas, dijo que refleja los esfuerzos del BCB para coadyuvar en la estabilidad económica del país a pesar de un escenario internacional de alta incertidumbre y un contexto interno adverso.
El economista Fernando Romero ha desglosado los números y sus conclusiones son, al menos, preocupantes.
La verdad detrás de las cifras
A primera vista, las RIN de Bolivia alcanzaron los $us. 2.881,5 millones en agosto de 2025. Un buen número, ¿verdad? El problema es que el 92% de esas reservas son oro, mientras que las divisas (dólares, euros) solo representan un escaso 6%. Aún más llamativo: la mayoría de este oro, un 91%, está guardado fuera del país, dice Romero.
Este aumento de valor en las RIN se debe a un factor externo: el precio internacional del oro, que subió un 8% en los últimos tres meses. Es decir, las reservas valen más porque la cotización del oro subió, no porque el país haya acumulado más divisas. De hecho, las divisas apenas crecieron un 3% en el mismo periodo.
Oro que se compra, oro que se va
La Ley 1350 del oro tenía el objetivo de fortalecer las reservas. Sin embargo, los resultados han sido limitados. Aunque el BCB compró 4,93 toneladas de oro en el mercado interno entre mayo y agosto de 2025, las reservas totales solo crecieron en 1,62 toneladas.
¿Qué pasó con el resto? Romero afirma que se vendió o se usó como garantía. En este segundo cuatrimestre, el BCB vendió 3,78 toneladas de oro por $us. 405,71 millones e hipotecó otras 5,4 toneladas para conseguir $us. 589 millones. En total, 9,18 toneladas de oro se monetizaron para obtener casi $us. 995 millones, que se usaron para financiar la compra de combustibles y el pago de deuda externa.
Esto confirma una tendencia: el oro que se compra en el mercado interno se está vendiendo o hipotecando para conseguir liquidez a corto plazo y cubrir los gastos del día a día del Estado, señala.
Un futuro incierto
Romero dice que las cifras son alarmantes si se comparan con el pasado. En 2014, las RIN representaban el 46% del PIB y podían cubrir 14 meses de importaciones. Hoy, con un 4,8% del PIB, apenas alcanzan para 3.1 meses, y si solo contamos las divisas, apenas nos alcanzaría para 32 días de importación de diésel y gasolina.
La nueva dirección del BCB y el próximo gobierno tienen un desafío gigantesco: no solo deben administrar las reservas de oro, sino también garantizar la provisión de combustibles, evitar el impago de la deuda y, lo más importante, recuperar la confianza en la moneda nacional. La prioridad debe ser fortalecer las RIN, no a costa de vender el oro que con tanto esfuerzo se compra.