Redacción | Activo$ Bolivia

Cuando emprendes un nuevo negocio hay muchas cosas que tienes que estar pensando. Desde cuál es la idea, el nombre, el mercado, la necesidad, tus costos y tus gastos; si necesitas inversión, equipamiento o gente que contratar. El lugar donde vas a operar, tu publicidad, redes sociales, sitio web, la constitución de la empresa… en fin.

Son infinitos los temas en los que tiene que pensar un emprendedor al arrancar un nuevo negocio. Por ello, es común que la cultura organizacional quede en un segundo plano, pero debería ser una prioridad.

Quizás no tengas en tu lista de prioridades la cultura de tu empresa, pero como dice el dicho “árbol que nace torcido jamás su tronco endereza”. Se pueden corregir muchas cosas en el camino cuando hay motivación para hacerlo, pero definitivamente hace más difícil el proceso.

Evita problemas futuros

Hay muchas organizaciones en las que la cultura, es decir, la forma cómo se trabaja en la empresa, no es algo a lo que le han puesto mucha atención. Esto lleva a muchas tensiones internas, manifestadas en gerentes prepotentes o equipos desalineados.

Los valores organizacionales te dan una guía para la toma de decisiones en tu empresa.

Quizás al principio no parece prioritario crear una cultura organizacional. Pero si piensas en las personas, en cómo quieres que se trabaje en tu organización y tienes visión de hacia dónde va a llegar, te evitarás muchas tensiones en cuanto a relaciones interpersonales, que más adelante surgirán y quizás sientas que tienes poco tiempo para atender. La buena noticia es que no es mucho lo que se necesita hacer en esta etapa, se trata sólo de sentar las bases para el futuro.

Cómo afianzar tu cultura organizacional desde el día 1

Si tu negocio está en etapa inicial o tal vez con un equipo reducido, es crucial asentar las bases de tu filosofía o cultura organizacional. Esto ayudará a tomar decisiones críticas, desde la contratación hasta la adaptación de mercado y la definición de los límites éticos y operativos.

Estas 3 acciones representan la creación de tu VISIÓN hacia el futuro. La visión está compuesta por 4 elementos: propósito, BHAG, Valores y Pilares Evolutivos.

1.Descubre tu propósito

El propósito organizacional es la razón de ser de tu empresa, es el para qué existes. Puede sonar un poco cursi, pero realmente tiene mucha profundidad. Tu propósito es la combinación de tu valor agregado (lo que te diferencia, te hace único, lo que haces mejor que otros) y el impacto que eso genera en el mundo. Entenderlo te ayuda a separarte de tu competencia o de tus referencias.

Cuando creas una idea nueva, probablemente tengas muchas referencias de otros que están haciendo cosas similares, y eso es normal, pero cada uno tiene su estilo, su valor agregado que lo hace diferente, descubrirlo te ayudará a diferenciarte y encontrar tu camino. Tu propósito, además, te ayuda a evolucionar tu producto o servicio, porque verás que hay muchos caminos diferentes para llegar a él.

Por ejemplo, Google tiene como propósito organizar la información del mundo para hacerla accesible y útil para todos.  Hay muchas formas de organizar la información y hay mucha información que organizar. Este propósito da cabida no solo a Google, sino a sus empresas filiales como YouTube, Maps, etc.

2. Sueña con tu BHAG

El BHAG es el Big Hairy and Audacious Goal (o “golazo grande y audaz”) , es una meta a largo plazo que puede llegar a asustar, pero estos objetivos son importantes porque te dan una estrella norte que seguir de hacia dónde quieres.

Por ejemplo, en 1990 Bill Gates se puso la meta con Windows, de que hubiera una computadora de escritorio en cada casa. Aunque hoy es una realidad, en ese momento era una visión muy radical y, como dice Stephen Covey, “las cosas se crean dos veces, la primera es cuando la visualizas y la segunda es cuando la materializas”. Si no tienes una visualización clara de hacia dónde vas, nunca llegarás.

3. Aterriza tus valores y pilares evolutivos

Los valores han sido muy subestimados, pareciera que son sólo palabras bonitas que pegamos en las paredes, pero realmente los utilizamos todos los días. Cada vez que tomas una decisión le das prioridad a una cosa sobre la otra, y eso está basado en lo que realmente le das valor en tu vida.

Los valores organizacionales te dan guía para la toma de decisiones en tu empresa, y en la forma como quieres que se trabaje. Por ejemplo, si como emprendedor te encuentras con un cliente que te pide algo muy diferente a lo que haces y de todas maneras le dices que sí y lo haces, entre tus valores podría estar la flexibilidad y el servicio al cliente.

Definir tus valores te ayudará a que, cuando contrates personal, busques a candidatos que no sólo tengan la aptitud de hacer el trabajo, sino que se alineen a la forma como quieres hacerlo. Por ejemplo, si contratas a un gran vendedor, que tiene muy buenas habilidades orales, pero les miente a los clientes y luego mete en problemas a los de operaciones, causará fricciones para todos.

Los pilares evolutivos, básicamente, son objetivos a mediano plazo que te ayudarán a acercarte más a ese gran sueño que te planteaste con tu BHAG.

Definir tu propósito, BHAG, valores y pilares te dará mucha claridad en tu plan de trabajo y pintarás una imagen clara para todas aquellas personas que se sumen al sueño de tu emprendimiento, desde hoy hacia el futuro.

Fuente: www.emprendedor.com