Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

Con la campiña como fondo y las bodegas de vinos y singanis como escenario, Tarija se ha convertido en el principal destino turístico de Bolivia elegido por quienes van a contraer matrimonio.

Marcelo Sosa, gerente general de Hotel Boutique Vendimia, comenta que, tras la pandemia, los últimos dos años comenzó a recuperarse la actividad turística en Tarija, estima que quizá en un 70%, y parte de esa recuperación se debe al atractivo que representa el enoturismo, que también ha logrado cautivar a los novios.

“Es llamativo que los bolivianos prefieran venir a casarse a Tarija, aunque no tengan familia aquí. Traen a sus invitados y eso genera mucho movimiento económico en el rubro”, dice Sosa.

Fiesta de boda realiza en finca La Martina. (Foto: Bodas Destino Tarija)

Hay empresas dedicadas específicamente a la planeación de bodas que guían a la gente sobre dónde hospedarse, dónde realizar la celebración, el catering, la música y todo lo necesario.

En general, el flujo de turistas nacionales a Tarija proviene de varias regiones del país; pero sobre todo de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Los turistas extranjeros llegan principalmente de Argentina.

Bodas generan inversiones

Un detalle importante que apunta Sosa es que su trabajo en el hotel le ha permitido percibir que la mayoría de las bodas de gente que llega del interior del país se realizan en las bodegas.

Una fiesta de boda en Bodegas Kohlberg. (Foto: Épica Films)

Son escenarios de por sí atractivos; pero los empresarios del sector se dieron cuenta de que podrían representar un ingreso adicional e hicieron inversiones importantes para acondicionar las bodegas y, además, cuentan con personal especializado exclusivamente a atender al turista.

Sin embargo, los novios también eligen otros sitios de la campiña porque se ha desarrollado infraestructura para atender esta demanda y hay lugares muy lindos con precios atractivos y buena calidad.

Pero las bodegas atraen no sólo a los novios, sino a todo aquel turista que llega a Tarija. Ofrecen degustación de vinos y realizan maridajes con jamones y quesos, todo ambientado con la música y el paisaje chapaco.

Como parte de las inversiones hechas por las bodegas, se han contratado los servicios de arquitectos e ingenieros que han logrado cambiarles el rostro para que dejen de ser espacios industriales fríos y se conviertan en lugares acogedores, todo combinado con la uva, vinos y singanis que van de la mano con el arte y la cultura.

Las inversiones del sector privado no se limitaron al entorno. Sosa afirma que se ha invertido y se sigue invirtiendo en toda la cadena porque, por ejemplo, las agencias de turismo capacitaron a sus guías, mejoraron sus vehículos, etc. En suma, la oferta, la recepción, el confort y la calidad se han optimizado.

Un centro de grandes eventos

Enfocada en generar movimiento económico a través del turismo, Tarija también busca posicionarse como un destino atractivo para grandes eventos como congresos, encuentros y convenciones, tanto nacionales como internacionales.

Rolando Vacaflor, director de Cultura y Turismo del municipio de Tarija, asegura que la Alcaldía trabaja para que la ciudad esté preparada y acompaña estas iniciativas.

Sosa cuenta que, durante 2023, la ciudad fue sede de un Congreso de Traumatología Pediátrica y también albergó el Mundial de Raquet 2023, que congregó a más de 3.000 huéspedes llegados de todo el mundo visibilizando a la ciudad fuera de nuestras fronteras. Lo que considera destacable es que estos eventos sean esfuerzos conjuntos entre el sector público y el sector privado.

Boda realizada en la finca San Lorenzo. (Foto: Épica Films)