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jueves, julio 3, 2025
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El dólar afloja en las calles y en las cripto por una combinación de factores

No hay que confundir la cotización del dólar físico en el mercado paralelo y la del dólar digital.

Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

¿Viste que el dólar bajó? Este martes, en Cochabamba, estuvo a 14.50 y en Santa Cruz a 14 bolivianos en el mercado paralelo. Pero ojo, antes de celebrar o confundirte con los números, es preciso aclarar algo: una cosa es el dólar físico que se compra en la calle (el paralelo) y otra, muy distinta, es el dólar digital, ese que se mueve en plataformas como Binance y que se representa usualmente con el USDT, una criptomoneda estable (stablecoin), explica el economista Luis Fernando Romero, presidente del Colegio de Economistas de Tarija.

Entre abril y mayo, durante semanas hubo gente que decía «¡el dólar llegó a 20 bolivianos!», pero en realidad ese fue el pico del dólar digital, no el del paralelo. El físico alcanzó su tope en 18.50 bolivianos y desde entonces bajó hasta alrededor de 14.20 bolivianos, dependiendo la ciudad. Mientras tanto, el digital llegó a superar los 20 bolivianos, pero ahora ronda los 14.55 bolivianos, aunque varía minuto a minuto.

¿Por qué esta baja?

Romero dice que hay varios factores y cita los siguientes: menos demanda de dólares (la gente está priorizando gastar en salud, educación o comida); más opciones (muchos están usando USDT o pagos electrónicos para transacciones); llegada de dólares de afuera (turistas y compradores de Perú y Argentina traen divisas al país, que ahora se convirtió en un “paraíso” para hacer compras); y las expectativas políticas (las encuestas recientes dan ventaja a candidatos de la “derecha” que generan mayor certidumbre económica, y eso también baja la presión sobre el dólar).

En el caso del dólar digital, el bajón también se debe a que YPFB ya no está comprando criptomonedas desde mayo, lo cual quitó un gran jugador del mercado y redujo la demanda. Al ser un mercado muy especulativo y volátil, los cambios son más bruscos ahí, explica Romero.

Todo esto también se enmarca en una tendencia mundial y es que el dólar estadounidense ha perdido fuerza frente a otras monedas. Eso beneficia a quienes tienen deudas o hacen compras en dólares, pero Romero dice que el efecto en Bolivia dependerá de cómo evolucione la inflación y las decisiones económicas que tome el nuevo gobierno.

Así que es importante tener en cuenta que no estamos viendo un colapso ni tampoco un regreso a los días de dólar barato. Solo estamos en una especie de respiro temporal, con un mercado paralelo que baja por falta de presión y un digital que se enfría tras días de mucho “calor”.

Por ahora, hay que seguir atentos porque en Bolivia todo puede cambiar de la noche a la mañana.

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