
Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia
¿Y si la basura pudiera convertirse en ingresos gracias a la robótica? Esa es una de las metas del Hub Tecnológico Cochatech, una iniciativa que se gesta en Cochabamba y busca transformar la forma en que Bolivia genera valor: con menos extracción y más conocimiento.
El ingeniero Bryan Montes, mentor en transformación digital y fundador de Nubobits SRL, impulsa este movimiento tecnológico ciudadano que apunta a construir la Economía del Conocimiento en Bolivia.
La economía que no contamina
Montes hace notar que el país sigue dependiendo de sus recursos naturales, el gas y la minería representan el 70% de las exportaciones. Pero ese modelo extractivista ya muestra señales de agotamiento. Por eso, Cochatech propone mirar hacia la información, el talento y la tecnología.
La llamada Economía del Conocimiento genera valor a partir del uso intensivo del know-how y la innovación, no de los recursos naturales. Es escalable, no contamina y tiene un poder transformador enorme.
“Nuestra ventaja más grande no está bajo tierra, sino en nuestra gente. Cochatech quiere desbloquear ese potencial y mover a Bolivia hacia una nueva era de innovación y soberanía tecnológica”, dice Montes.

Mirando a los vecinos
El ejemplo más claro está cerca. Según los datos de Montes, en 2024, Argentina logró más de 155.000 empleos directos y $us 8.900 millones en exportaciones gracias a su Ley de Economía del Conocimiento.
Solo la provincia de Tandil exporta software por $us 2.674 millones al año, unas 66 veces más que toda Bolivia.
Es inevitable preguntarse ¿por qué nosotros no? Montes cree que Cochabamba tiene todo para ser el motor de ese cambio. “Cochabamba ya produce el 70% del software boliviano. Tenemos talento, clima y una comunidad tecnológica creciente. Solo nos falta creer y conectarnos entre nosotros”.
Un hub 100% virtual y colaborativo
Lejos de la burocracia y los edificios faraónicos, Cochatech arranca de forma 100% virtual y escalable, articulando a universidades, empresas, gobiernos y ciudadanía.
Montes explica que no es un proyecto político ni una promesa más, sino un movimiento ciudadano sin fines de lucro que utiliza metodologías como Agile, Lean Startup y Design Thinking para transformar ideas en soluciones reales en cuestión de semanas.
Entre sus principales pilares destacan:
- Modelo de confianza digital: uso de inteligencia artificial para colaboración entre instituciones sin compartir datos sensibles.
- Participación ciudadana: las comunidades y organizaciones de base son protagonistas de la planificación y ejecución.
- Resultados medibles: soluciones tecnológicas con triple impacto (social, ambiental y económico).

Dónde se puede aplicar el ingenio cochabambino
El Hub define tres áreas estratégicas donde el talento local puede marcar la diferencia para empezar:
- Economía circular (K’ara K’ara):
El botadero más grande del valle recibe 1.200 toneladas diarias de residuos. Cochatech busca aplicar robótica e IoT (Internet de las cosas) para crear rutas inteligentes de recolección y clasificación automática.
La meta es transformar el 50% de esos residuos en valor económico en tres años, generando 1.000 empleos verdes. - Economía naranja digital:
Con $us 420 millones anuales generados por el sector creativo, Cochatech quiere usar realidad aumentada y blockchain para certificar y exportar cultura, gastronomía y artesanía bolivianas. - Software con propiedad intelectual:
Cochabamba lidera en exportación de software, pero la mayoría es “nearshoring” (estrategia de deslocalización empresarial donde una compañía transfiere parte de su producción o servicios a un país vecino, en lugar de un destino lejano). Cochatech busca dar el siguiente paso y desarrollar soluciones propias en FinTech inclusivo y AgroTech, con marca y propiedad boliviana.
Un futuro que ya se imagina
Imagina una Cochabamba donde la inteligencia artificial optimiza los cultivos, los drones monitorean los ríos del valle y los robots convierten los desechos de K’ara K’ara en materias primas reutilizables.
Mientras tanto, los artistas locales monetizan sus obras en plataformas blockchain y exportan cultura en formato digital.
Eso es lo que Cochatech quiere activar, una economía circular, creativa y tecnológica, donde el conocimiento sea el nuevo motor de desarrollo.
El llamado a la Cuádruple Hélice
El mensaje final de Montes es que dejemos de esperar la solución. La recesión no es una crisis, es una señal. Bolivia necesita pasar de ser un país que consume tecnología a uno que exporta innovación y propiedad intelectual.
Cochatech convoca a los cuatro pilares del desarrollo (gobierno, empresa, academia y sociedad civil) a sumarse a este movimiento de innovación abierta.
“No necesitamos más cemento ni promesas. Necesitamos creer que podemos crear. Cochatech es el primer paso hacia esa Bolivia que inventa su propio futuro”, dice Montes.
El lanzamiento oficial del Hub Tecnológico Cochatech se realizará en las próximas semanas y falta definir fecha.
Será el punto de partida de una comunidad que quiere demostrar que el talento boliviano no tiene límites, siempre que se le dé una red, un propósito y una oportunidad.