Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia
Cuando se piensa en café gourmet, lo primero que viene a la mente suelen ser cafeterías de lujo, ubicadas en zonas exclusivas y con un aire sofisticado. Sin embargo, un joven paceño ha demostrado que el café de especialidad también puede disfrutarse en un pequeño kiosco callejero. Christopher Salas, graduado en Ciencias Políticas, está cambiando las reglas del juego con KeRiquito, su «kioskicafé» ubicado en la avenida Montes, cerca de la céntrica Pérez Velasco, uno de los puntos neurálgicos de La Paz.
Del huerto urbano al café de especialidad
La idea de KeRiquito surgió en un huerto urbano, en la terraza de su casa, donde Christopher y su familia empezaron a cultivar lechugas, acelgas, hierbas aromáticas y más, durante la cuarentena por la pandemia. «Todo comenzó con infusiones, y luego pensamos en compartir el mundo del café de especialidad con la gente. Queríamos llevar esta experiencia a la calle» explica.
La filosofía de su negocio está profundamente arraigada en la sostenibilidad: utiliza vasos biodegradables y recicla la borra del café como abono para las hierbas aromáticas que luego usa en sus infusiones. Así, todo es circular.
Promoviendo el consumo local
Una de las motivaciones de Christopher es impulsar el consumo de productos bolivianos. «Bolivia es un gran productor de café de alta calidad, pero la mayor parte se exporta y la gente consume café instantáneo que no es el mejor si se trata de calidad. Queremos cambiar eso promoviendo marcas nacionales”, explica. Él usa Café Tex de los Yungas y Café Ideal de Santa Cruz y busca educar a los consumidores sobre las diferencias entre café torrado, premium e instantáneo, destacando la riqueza y calidad del café boliviano.
Innovación y creatividad
KeRiquito también destaca por su originalidad en el diseño de productos. Sus bolsitas de té tienen forma de pez, un guiño a la naturaleza y a la conexión con el medio ambiente. «El mundo del té y el café tienen mucho en común, y queríamos ofrecer algo especial que conecte con nuestra filosofía de armonía entre naturaleza y tecnología,» explica, refiriéndose al movimiento Solar Punk que inspira su marca.
Un futuro prometedor
Con apenas tres meses en funcionamiento, el kioskicafé ya ha captado la atención de los paceños. «A la gente le gusta nuestra propuesta y está aprendiendo a diferenciar entre las variedades de café. El objetivo a futuro es trabajar directamente con productores locales, como en Caranavi, y ofrecer un café propio que represente lo mejor de Bolivia», proyecta Christopher.
KeRiquito es mucho más que un kiosco de café, es una declaración de amor por la naturaleza, un compromiso con la sostenibilidad y un tributo a la riqueza cafetera del país. Sin duda, es un pequeño espacio que deja una gran impresión.