Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
En un país donde los candidatos suelen pelearse por todo, hay una cosa en la que Jorge “Tuto” Quiroga, Samuel Doria Medina y Manfred Reyes Villa están de acuerdo: la carretera Cochabamba–Beni es una obra estratégica para el futuro económico de Bolivia.
Y no lo dicen al pasar; en cada foro y especialmente en los organizados por la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM), todos repitieron que el corazón del desarrollo está en consolidar a Cochabamba como el gran núcleo logístico del país.
Tuto y la integración total
Para Tuto, Cochabamba es como la bisagra geográfica que une las cuencas Andina, Amazónica y Atlántica. Su receta incluye planes como terminar la famosa carretera, rehabilitar la hidrovía Ichilo–Mamoré, levantar un puente sobre el Mamoré, unir los ramales ferroviarios occidental y oriental, modernizar el aeropuerto y crear zonas francas. Y algo clave para él es penalizar los bloqueos como delito grave.
Samuel y el respeto al TIPNIS
Samuel asegura que la carretera se puede hacer respetando el TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure). Su propuesta incluye conectar la Amazonía con el eje central, fortalecer corredores bioceánicos y levantar una gran terminal de carga para mover con agilidad el comercio interno y externo.
Manfred y el comercio en movimiento
Para Manfred, esta ruta no solo une, sino que dinamiza el comercio, sobre todo de carne y productos agroindustriales. Dice que la región podría parecerse al Rondonia brasileño en potencial productivo. Su plan incluye instalar aduanas y zonas francas en Santiváñez, diversificar cultivos y prohibir bloqueos porque “frenan la economía”.
En los conversatorios organizados por los empresarios, en Cochabamba, quedó claro que, al menos en este punto, los tres rivales coinciden en que, sin esa carretera, Bolivia pierde una oportunidad histórica.