Redacción | Activo$ Bolivia
La escena se repite cada día en la frontera norte de Argentina con filas interminables de autos rumbo a Bolivia y Paraguay, valijas repletas y del otro lado, locales con carteles de “liquidación” y puertas cerradas. El motivo es simple: la diferencia cambiaria hace que los precios en Bermejo (Bolivia) y Alberdi (Paraguay) parezcan de otro planeta.
El sitio argentino Todo Noticias reporta que, por ejemplo, en Bermejo, un kilo de carne cuesta $4000 argentinos (unos Bs 21,30). Y si hablamos de ropa, los números son todavía más tentadores: 12 jeans a $130.000 (cada uno a Bs 57), 12 camperas por $300.000 (Bs 133 cada chamarra) o 12 pares de zapatillas a $220.000 (Bs 97,50 cada par). Hasta los termos, símbolo del mate argentino, salen más baratos: tres por $40.000.
En Alberdi, la brecha es igual de llamativa: un aire acondicionado a $300.000, una heladera por $608.000 y un televisor de 85 pulgadas a $1.250.000. Lo curioso es que todo se paga en pesos argentinos, billeteras virtuales e incluso en cuotas sin interés, lo que multiplica el furor del “turismo de compras”.
El drama del comercio local
Mientras tanto, en ciudades como Orán, los comerciantes no encuentran cómo competir. Ariel Zablup, presidente de la Cámara de Comercio local, reveló que solo en los últimos meses se cerraron 40 negocios. En Formosa, el panorama es aún más crítico porque la Cámara de Comercio perdió 100 socios, las ventas cayeron un 70% y el contrabando se disparó.
En barrios como Circuito Cinco, se consiguen seis gaseosas de medio litro por $7000 o una de tres litros por $4000, todas de origen paraguayo. Hoy, casi toda la gaseosa que se toma en el noreste argentino cruza de contrabando.
Reclamos y parches
Los comerciantes argentinos exigen a sus autoridades medidas urgentes, entre ellas un régimen que exima del IVA a los turistas hasta un refuerzo del Plan Güemes para controlar el contrabando. En Aguas Blancas y Salvador Mazza, donde los tours de compras convirtieron las calles en estacionamientos gigantes, los municipios ya cobran una tasa extra de $1000 por auto, a modo de peaje.
Mientras los argentinos siguen cruzando la frontera en busca de precios más bajos, la competencia desigual deja a los comercios locales un paso más cerca de la quiebra. En Bolivia, el contrabando a la inversa continúa encareciendo los precios y hay productos que ahora cuestan hasta cuatro veces más que hace un año.