
Redacción | Activo$ Bolivia
En Bolivia, el oro dejó de ser un tesoro guardado y pasó a convertirse en una billetera de emergencia. Amparado en la Ley 1503, el Banco Central de Bolivia (BCB) vendió 47,84 toneladas de reservas de oro, operaciones que le generaron $us 3.528 millones destinados principalmente a dos cosas: importación de carburantes y pago de deuda externa. El análisis fue hecho por el economista Fernando Romero, con la revisión de datos oficiales e informes de operaciones con reservas de oro del BCB
Pero Romero dice que no todo se vendió. Desde mayo de 2023 a agosto de 2025, también se pignoraron 8,40 toneladas de oro, es decir, se usaron como garantía para obtener liquidez por unos $us 916 millones. Todo esto bajo la etiqueta de “capital de trabajo”, que no es otra cosa que gasto corriente.
El resultado es claro. Entre ventas y garantías, solo en lo que va de 2025 el BCB consiguió $us 1.778 millones, cifra que cubrió apenas el 76% de lo que el país gastó en deuda y combustibles (unos $us 2.332 millones). Es decir, ni el oro alcanza para apagar todos los incendios.
Lo bueno y lo malo
El único respiro vino del precio internacional del oro, que hoy ronda los $us 3.600 la onza troy. Gracias a esa cotización récord, las Reservas Internacionales Netas (RIN) no se desplomaron. Actualmente, el país tiene 24,12 toneladas, equivalentes a unos $us 2.651 millones.
Sin embargo, Romero dice que hay un “pero” y es que, aunque el BCB compró 9,87 toneladas de oro fino de enero a agosto de 2025, las reservas solo crecieron 1,62 toneladas. Esto evidencia que la estrategia está más enfocada en obtener liquidez que en fortalecer las reservas, algo contrario a lo que hacen países como China, que pese al precio alto sigue comprando oro para blindar su economía.

Las preguntas sin respuesta
Para el analista hay varios temas pendientes. ¿A quién le compra el BCB el oro en el mercado interno? ¿Qué calidad tiene? ¿A qué precio? Solo para adquirir 28,5 toneladas en dos años, debió inyectar una fuerte cantidad de bolivianos, lo que podría estar vinculado con la creciente emisión monetaria, que ya ronda los Bs 95.000 millones.
Afirma que lo mismo ocurre con las operaciones de garantía. Se sabe que 8,40 toneladas de oro están bajo contratos a futuro, pero no hay transparencia sobre con quién, bajo qué condiciones y si existe o no un costo financiero asociado. Romero se pregunta si, en un escenario de incumplimiento, ¿corremos el riesgo de perder parte de ese oro?
El costo de la liquidez fácil
Las reservas de oro son la columna vertebral de cualquier economía porque sirven de respaldo en momentos de crisis. En el caso boliviano, se están usando para cubrir obligaciones inmediatas, con un costo de oportunidad altísimo.
El desafío es evidente: el próximo gobierno tendrá que recomponer la estrategia y evitar que la “ley del oro” termine dejando a Bolivia sin uno de sus activos más valiosos. Mientras tanto, el BCB y las autoridades tienen la responsabilidad de manejar lo que queda con total transparencia y prudencia. De lo contrario, será la historia (y el pueblo) quien les pase factura.