
Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
El turismo en Cochabamba está en problemas y, esta vez, el motivo es la incertidumbre sobre la fecha de la Festividad de la Virgen de Urkupiña.
Cada año, la festividad religiosa atrae a miles de visitantes nacionales e internacionales; pero en esta ocasión, la falta de una decisión firme sobre su realización ha comenzado a pasar factura. Según Carlos Contreras, presidente de la Asociación de Hoteles de Cochabamba (Asohco), la indefinición ya provocó la cancelación del 30% de las reservas hoteleras, poniendo en riesgo la economía del sector.
El conflicto surge porque la celebración, tradicionalmente programada para el 14, 15 y 16 de agosto, coincide con las elecciones generales del 17 de agosto. La Iglesia y la Alcaldía de Quillacollo han mostrado disposición a reprogramarla después del 6 de agosto, pero el presidente de la Asociación de Conjuntos Folklóricos Virgen de Urkupiña, René Valdez, insiste en mantener las fechas originales, generando un bloqueo en la planificación.
Para los hoteleros y operadores turísticos, el problema no es menor. El «auto de buen gobierno», que restringe la movilidad durante los comicios, complicará la llegada de turistas, quienes ya han comenzado a buscar otros destinos.
Contreras y los empresarios turísticos proponen mover la festividad al 8 y 12 de agosto, aprovechando los feriados patrios del 6 y 7. Esto permitiría una semana completa de actividades que beneficien la economía local y reduzcan las pérdidas.
«Si no se define pronto, las pérdidas seguirán aumentando. Necesitamos certeza para poder promocionar Cochabamba y recuperar la confianza de los turistas», advierte Contreras.
Mientras las instituciones siguen en desacuerdo, el turismo en Cochabamba se resiente y el tiempo para tomar una decisión se agota.