Redacción | Activo$ Bolivia
El 16 de abril se celebra el Día Mundial del Emprendimiento y en América Latina hay buenas noticias porque 2025 pinta bien para seguir apostando por las ideas que mueven el mundo.
En los últimos años, el ecosistema emprendedor en América Latina ha crecido a paso firme, incluso pese a los vaivenes económicos. Actualmente, la región alberga más de 50 unicornios (startups valoradas en más de 1.000 millones de dólares), según datos de la plataforma Latitud y la organización internacional Endeavor, ambas de apoyo a emprendedores. Ciudades como São Paulo, Ciudad de México y Bogotá se han convertido en verdaderos hubs de innovación.
Según un informe de la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), más del 75% de las startups latinoamericanas surgieron en los últimos 10 años. Y aunque muchas enfrentan desafíos como el acceso al financiamiento o la burocracia estatal, lo cierto es que las ideas no paran de brotar: tecnología, fintech, salud digital, educación en línea, logística, agricultura inteligente… ¡hay de todo!
¿Y Bolivia? ¡También se mueve!
Aunque Bolivia no figura aún en el top de la región, el movimiento emprendedor crece cada vez más. Según datos de la Fundación Emprender Futuro, en 2023 más de 20.000 personas participaron en programas de formación y aceleración para emprendedores, y se registraron más de 2.000 nuevos emprendimientos tecnológicos en el país.
Iniciativas como Solydes, Startup Bolivia, GreenTech Latam, 500 Latam y el Fondo de Capital Semilla de CAF están impulsando a jóvenes con ideas disruptivas, y universidades y bancos también comienzan a apostar por la innovación como camino para el desarrollo.
¿Por qué 2025 será el año de las startups?
Expertos como Andrés Bzurovski, socio de Meitre y consultor regional, aseguran que el 2025 marcará un nuevo impulso para el ecosistema de startups, gracias a tres factores clave. Primero, hay mayor disponibilidad de capital privado después de que 2023 y 2024 fueron años más conservadores, fondos como Kaszek, Monashees y SoftBank LatAm han anunciado nuevas rondas de inversión.
El segundo aspecto tiene que ver con la transformación digital, que ya se ha consolidado. Empresas y gobiernos ya no preguntan «¿Por qué digitalizarse?», sino «¿Cómo no hacerlo ya?».
El tercer aspecto está relacionado con la dicotomía crisis igual a oportunidad. En contextos de incertidumbre, las startups son más ágiles, eficientes y capaces de adaptarse a lo que viene.
Aquí hay algunos ejemplos de cómo están despegando las startups en la región:
- NotCo (Chile): usa inteligencia artificial para crear alimentos sin origen animal. Ya levantó más de $370 millones y vende en EE.UU., Brasil y Canadá.
- Kubo Financiero (México): una fintech que conecta ahorristas con emprendedores. Fue reconocida por el BID como una solución clave para la inclusión financiera.
- Mamotest (Argentina): startup de salud que usa tecnología para detectar cáncer de mama en zonas vulnerables. Tiene presencia en varios países y acaba de cerrar una ronda de $3 millones.
Inversión con visión
Impulsar startups no solo es una apuesta por el talento joven y la innovación, sino también una estrategia inteligente para el desarrollo económico. En América Latina, el 85% de las nuevas fuentes de empleo entre 2025 y 2030 podrían venir de emprendimientos tecnológicos, según proyecciones de Startup Genome.
Y en Bolivia, donde gran parte de los jóvenes busca migrar o no encuentra oportunidades laborales, apostar por startups es sembrar futuro porque representan oportunidades de generar empleo de calidad, motivan la innovación nacional y ofrecen soluciones a problemas reales.
Así que este 16 de abril, más que felicitar a los emprendedores, es momento de invertir en ellos, consumir sus productos, abrirles puertas y, por qué no, unirse a su equipo.