Redacción | Activo$ Bolivia
El avance de la inteligencia artificial ha sido impresionante, pero detrás de cada respuesta generada por un chatbot, hay un costo oculto: el consumo de agua. Sí, así como lo lees. Las gigantes tecnológicas que entrenan y operan modelos de IA necesitan centros de datos que, además de energía, requieren grandes cantidades de agua para mantenerse refrigerados.
Un ejemplo de esto es lo sucedido recientemente con el furor que causó la actualización lanzada el pasado 25 de marzo que permite transformar imágenes al estilo Studio Ghibli con ChatGPT. De pronto, miles la estaba usando para crear y compartir una versión de sí mismos como personajes de este estudio japonés.
Pero 72 horas después, Sam Altman, CEO de OpenAI (dueña de ChatGPT), dijo que la función debía restringirse de inmediato a través de redes sociales. “¿Pueden dejar de generar imágenes? Esto es una locura. Nuestro equipo necesita dormir”, escribió, citado por El Comercio.
No se trata sólo del colapso de los equipos, sino que se evidenció el consumo de agua que requiere la inteligencia artificial.
¿Cuánta agua usa la IA?
Según un estudio de la Universidad de California, solo en 2022 los centros de datos de Microsoft consumieron alrededor de 6.400 millones de litros de agua, lo suficiente para llenar más de 2.500 piscinas olímpicas. Esto se debe a que los servidores generan un calor extremo al procesar información, y la manera más eficiente de enfriarlos es utilizando sistemas de refrigeración basados en agua.
Para ponernos en contexto, entrenar modelos de IA avanzados como GPT-4 podría requerir cientos de miles de litros de agua, dependiendo de la ubicación del centro de datos y las condiciones climáticas.
¿Y qué impacto tiene esto en el medioambiente?
El problema no es solo la cantidad de agua que se usa, sino dónde se usa. Muchas veces, estos centros están ubicados en regiones con estrés hídrico, donde el agua es un recurso escaso para las comunidades locales. Además, la temperatura del agua utilizada suele aumentar tras su paso por los sistemas de enfriamiento, lo que puede afectar la fauna y la calidad de los cuerpos de agua cercanos.
Algunas empresas ya están buscando soluciones, como la reutilización del agua o la implementación de refrigeración con aire en climas fríos. Pero, mientras el uso de la IA sigue creciendo, la pregunta sigue en el aire: ¿estamos listos para equilibrar tecnología y sostenibilidad sin secar el planeta?