Redacción | Activo$ Bolivia
Este 22 de marzo no será un sábado cualquiera. A las 20:30 horas, millones de personas en más de 180 países se sumarán al evento ambiental más esperado del año: la Hora del Planeta. Un evento global impulsado por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) que, en 2025, trae consigo una poderosa urgencia: proteger el agua, un recurso vital y cada vez más amenazado.
En Bolivia, la jornada llega con actividades que van desde talleres y charlas hasta acciones de limpieza, organizadas por más de 160 organizaciones locales. Bajo el lema «Si hay agua, hay vida», el país se unirá al movimiento global apagando las luces no esenciales durante una hora, mientras se reflexiona sobre la crisis hídrica que enfrenta el mundo.
Alfonso Llobet, representante a.i. de WWF Bolivia, no duda en subrayar la importancia de este evento: “La crisis hídrica es una de las amenazas más graves que enfrentamos, con impactos directos en la biodiversidad, la producción de alimentos y el bienestar de las comunidades. La Hora del Planeta es una oportunidad única para tomar acción y salvar nuestros ríos, lagos, humedales y acuíferos”.
La situación nunca ha sido tan crítica. Kirsten Schuijt, directora General de WWF International, lo deja claro: “El año pasado fue el más caluroso de la historia y nos enfrentamos a una década de temperaturas extremas. Los incendios, las tormentas y las sequías nos han golpeado como nunca antes. La Hora del Planeta es un recordatorio de que estamos en un punto de inflexión. Si no actuamos ahora, el futuro de nuestros ecosistemas está en peligro”.
Y es que, aunque pueda parecer solo una hora de apagón, la Hora del Planeta representa mucho más que eso. Es un grito global de acción colectiva que tiene el poder de cambiar el curso del futuro. En Bolivia, cada rincón del país, desde las grandes ciudades hasta los municipios más pequeños, se convertirá en un punto de encuentro para sensibilizar a la ciudadanía. Además de la acción simbólica de apagar las luces, habrá actividades culturales y educativas, especialmente centradas en el agua, para recordar que, si este recurso se agota, se pone en riesgo la vida misma en el planeta.
Lo más hermoso de esta iniciativa es el mensaje de esperanza. Aunque parezca solo una hora, durante esos 60 minutos, miles de personas se unirán para demostrar que sí se puede generar un impacto positivo. “No se trata solo de apagar luces; se trata de crear un movimiento global por el cambio”, dice Schuijt, y tiene razón. Esa pequeña acción tiene el poder de inspirar grandes cambios.
Así que este sábado, cuando llegue la Hora del Planeta, apaga las luces y enciende la esperanza. Porque con cada gesto, por pequeño que sea, estamos construyendo un futuro más sostenible para todos. ¡Es hora de actuar!