Principales ejecutivos de Estropical.com en el lanzamiento de Hotelango, en Santa Cruz.
Redacción | Activo$ Bolivia
Buenas noticias para los viajeros bolivianos. Estropical.com acaba de lanzar oficialmente Hotelango, un servicio pensado para que reservar hoteles en el país sea tan fácil como pedir un taxi desde el celular. El evento de presentación reunió a medios, clientes, influencers y aliados hoteleros, en un encuentro que puso sobre la mesa algo clave: el turismo en Bolivia necesita innovar y Hotelango quiere ser parte de esa revolución.
La plataforma nace de una alianza con hoteles de todo el país y promete algo que muchos buscaban: reservas rápidas, seguras y con precios bajos. Lo mejor es que se puede pagar con QR y en bolivianos, sin dolores de cabeza con tarjetas internacionales ni monedas extranjeras.
Según Fabiola Hinojosa Landívar, gerente de Marketing y Producto de Estropical.com, la idea es simple pero poderosa: “Viajar ya no debe ser un privilegio, sino un derecho”. Con Hotelango, cualquiera puede acceder a una red de hoteles nacionales, encontrar tarifas convenientes y vivir experiencias únicas sin complicaciones.
Además, no se trata solo de un beneficio para el viajero, ya que este servicio también busca impulsar el turismo interno, dinamizar la economía y fortalecer a la industria hotelera boliviana, que todavía tiene mucho potencial por explotar.
Estropical.com ya tiene una trayectoria sólida y en 2023 fue reconocida con el premio a “Líderes del eCommerce en la Industria Turística”. Con presencia en Santa Cruz, Cochabamba, La Paz, El Alto, Oruro, Tarija y Sucre, la empresa reafirma su compromiso con la innovación digital y el servicio de calidad.
Hotelango llega para demostrar que viajar dentro de Bolivia no tiene por qué ser complicado ni caro. Y si el turismo crece, ganamos todos: viajeros, hoteles y la economía del país.
Bolivia está inundada de billetes, pero no de confianza. Un análisis hecho por el economista Luis Fernando Romero revela que, entre 2006 y 2024, la emisión monetaria creció un impresionante 815%, y aunque las cifras suenan técnicas, el impacto lo sentimos todos en el bolsillo: precios más altos, menos dólares y una inflación que no da tregua.
A agosto de 2025, la inflación acumulada llega al 18,09% y la interanual al 24,15%. Los economistas estiman que este año podría cerrar con un rango entre 22% y 25%, es decir, niveles muy preocupantes para un país que durante años se jactó de tener estabilidad de precios.
¿Qué pasó en estos tres gobiernos?
El análisis de Romero revela lo siguiente:
Con Evo Morales (2006-2019): la emisión se disparó en 461%, sobre todo en los primeros años cuando el boom del gas todavía daba oxígeno. El 2007, por ejemplo, la emisión subió un 61% y la inflación llegó al 11,73%.
Con Jeanine Áñez (2019-2020): en plena pandemia, el gobierno tuvo que abrir la billetera para bonos y subsidios. La emisión creció 9% en un solo año, marcando un récord.
Con Luis Arce (2020-2024): al inicio fue moderado, pero desde 2023 la máquina de imprimir billetes se aceleró: 18% ese año y 20% en 2024, con una economía que apenas creció 0,73%.
El resultado está a la vista, dice Romero, porque hay más dinero en circulación; pero menos producción, escasez de dólares y una creciente desconfianza en el peso boliviano. La gente busca refugio en divisas, los precios suben y la presión inflacionaria se convierte en un círculo vicioso.
¿Y ahora qué?
Ante la pregunta de qué debería hacer el nuevo gobierno para controlar la inflación
generada por la emisión monetaria en exceso, Romero sugiere tres acciones:
Frenar la emisión monetaria, incluso con medidas restrictivas como bonos estatales atractivos o mayores encajes bancarios.
Disciplina fiscal, para dejar de financiar el déficit con más billetes y ajustar el gasto público de manera real, no solo con parches.
Recuperar la confianza en el peso, estabilizando la economía, resolviendo la crisis de combustibles y devolviendo transparencia a la información oficial.
Considera que, si seguimos fabricando billetes sin respaldo, el riesgo de devaluación, hiperinflación y menor inversión está cada vez más cerca. Y ahí, el golpe no solo será al bolsillo, sino al empleo y al crecimiento de todo el país.
El agroproductor Edmundo Aspetty en medio de sus campos de quinua tropicalizada, en Santa Cruz.
Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
Tras años de esfuerzos y en condiciones adversas, el productor cochabambino que vive en Santa Cruz desde hace más de 40 años, Edmundo Aspetty, alcanzó un hito en la agricultura boliviana logrando consolidar la siembra de más de 100 hectáreas de quinua tropicalizada en suelo cruceño.
En su propiedad“El Potrero”, en San José del Norte, en el Municipio de San Pedro de la provincia Obispo Santisteban, Aspetty tiene la perspectiva de cosechar entre 180 a 200 toneladas de quinua, sin embargo, ello dependerá mucho del factor climático. “La lluvia puede ser un riesgo, pero tenemos la esperanza de concretar una de las cosechas más grandes de quinua tropicalizada registradas en el oriente boliviano”, afirmó.
Esta iniciativa comenzó en solitario en 2011 cuando Aspetty se animó a sembrar semillas de quinua de Llallagua y también de quinua real en sus parcelas. La cosecha no fue exitosa. Sin embargo, recién en 2018 y en alianza con la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), los esfuerzos comenzaron a cristalizarse. Entre 2022 y 2023, las lluvias frustraron gran parte de la producción. A pesar de ello se logró obtener más semilla.
En 2024 se alcanzó una cosecha significativa de 30 hectáreas. Pero este año, con la experiencia acumulada y la adaptación del cultivo se puede asegurar un despegue productivo que hasta los incas podrían celebrar.
Quinua “responsable”
La quinua producida en “El Potrero” es convencional. Para ello se emplearon insumos orgánicos y se cuidó rigurosamente su proceso de desarrollo para garantizar un alimento sano y sin agroquímicos nocivos. “Se trata de una quinua que no es orgánica, pero fue cultivada con responsabilidad ambiental”, remarcó.
La UMSS, socia clave en la investigación y desarrollo del grano, apunta a que este modelo de siembra en grandes extensiones, reduzca los costos de producción y permita que la quinua sea más accesible para el consumo nacional, premisa que también comparte Aspetty.
La experiencia cruceña marca un precedente para diversificar la producción agrícola nacional y ampliar el alcance de un grano que era exclusivo del altiplano. De concretarse la meta de 180 toneladas, se abriría la posibilidad de consolidar a la región oriental como un nuevo polo productor de quinua.
Edmundo Aspetty es capinoteño, pero ha echado raíces en Santa Cruz, dedicando gran parte de su vida al agro. Junto a la UMSS proyecta también exportar este alimento que ha encontrado suelo fértil en tierra oriental.
Si hablamos de motores económicos en América Latina, hay un dato que sorprende: las mujeres lideran una parte importante de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMEs). Estas unidades representan nada menos que el 99,5% de la producción y generan más del 60% del empleo formal en la región. Y sin embargo, en el tablero global su peso sigue siendo casi anecdótico: menos del 1% del gasto corporativo mundial llega a empresas lideradas por mujeres, según cifras del Banco Mundial.
La paradoja es clara: sostienen gran parte del empleo y la producción, pero apenas logran acceder a contratos internacionales. Y aunque su comportamiento crediticio suele ser mejor que el de los hombres, el financiamiento les llega en menores montos y bajo condiciones más duras. De hecho, la Corporación Financiera Internacional (IFC) calcula que el déficit de financiamiento para las empresas de mujeres en América Latina asciende a 93.000 millones de dólares.
Brechas que pesan
El problema no se limita al dinero. También hay un vacío en las cadenas de suministro: en muchos países las grandes compañías ni siquiera saben cuántos de sus proveedores son mujeres, porque no incluyen indicadores de género en sus sistemas de compras. Así, la exclusión se perpetúa por simple ceguera institucional.
En Colombia, sin embargo, se está probando una alternativa. En 2023, la IFC lanzó Sourcing2Equal junto a 14 corporaciones que concentran el 3% del PIB nacional en poder de compra. El compromiso fue claro: diversificar proveedores e incorporar más PYMEs lideradas por mujeres. El impacto no tardó: más de 1.000 emprendedoras ya pasaron por capacitaciones, mentorías y rondas de negocio, fortaleciendo 467 PYMEs que generan 7.000 empleos. El plan es cerrar en 2026 con 600 empresas femeninas listas para competir de igual a igual.
El gran desafío
A pesar de estos avances, la OIT advierte que menos del 10% de las compras de multinacionales en América Latina tienen como destino a empresas lideradas por mujeres. La falta de redes de contacto, la informalidad y los sesgos de selección siguen siendo obstáculos enormes.
En una región donde el 60% de las mujeres trabaja en la informalidad, las MIPYMEs que ellas dirigen se convierten en el primer espacio real de autonomía económica. No solo sostienen negocios, sino familias y comunidades enteras. El reto ahora es claro: pasar de ser invisibles a ser reconocidas como lo que son, protagonistas de la economía regional.
La Cámara de la Industria Farmacéutica Boliviana, Cifabol, alerta sobre el Presupuesto General del Estado (PGE) 2026 y su posible impacto en el abastecimiento de medicamentos. Aunque el proyecto de presupuesto lo redacta el gobierno actual y será ejecutado por la próxima administración tras las elecciones del 19 de octubre, el problema viene de lejos porque los precios referenciales para compras públicas ya no reflejan la realidad del sector farmacéutico.
Según Cifabol, muchos proveedores no tienen acceso a dólares, lo que hace que los precios oficiales de los medicamentos sean poco competitivos. Esto podría derivar en que las empresas dejen de presentarse a las licitaciones, dejando vacíos en la compra de medicinas para hospitales y clínicas públicas.
El pasado en Senadores se aprobó la Ley de Fortalecimiento al Sector de Salud Pública, que asigna al menos el 10% del PGE a salud. Pero los farmacéuticos advierten que este porcentaje podría no ser suficiente, dado que en 2025 ya hubo problemas para adquirir medicamentos dentro de los presupuestos asignados.
Desde 2024, Cifabol reclama al Ministerio de Salud que actualice los precios de la Lista Nacional de Medicamentos Esenciales (Liname) para reflejar los sobrecostos productivos. Aunque hubo algunas nivelaciones, la situación no se resolvió de fondo, y el sector sigue con dificultades.
Por eso, Cifabol hace un llamado a ambos gobiernos, el saliente y el entrante, para abrir un diálogo y evitar una crisis que afecte a toda la población. “Si el PGE 2026 se aprueba con precios desactualizados, el riesgo de desabastecimiento será real”, advierten.
Vista aérea de la planta de diésel sintético construida por una empresa boliviana en Villeta, Paraguay.
Redacción | Activo$ Bolivia
El ingenio boliviano volvió a brillar, pero esta vez fuera de casa. En Villeta, Paraguay, se inauguró la primera planta de producción de diésel sintético de alta calidad hecho a partir de residuos, impulsada por la empresa Bolivian Industrial Technology (BIT). Sí, es una compañía nacida en Bolivia, pero que encontró en tierras guaraníes la oportunidad que las autoridades bolivianas le negaron.
Durante la ceremonia, que contó con autoridades del viceministerio de Energía de Paraguay, la Cámara Boliviana-Paraguaya y empresarios locales, se encendieron los equipos e incluso se puso en marcha un vehículo con este combustible alternativo. El entusiasmo fue inmediato porque Paraguay no tiene gas ni petróleo, así que esta innovación puede marcar un antes y un después en su matriz energética.
“En Bolivia no nos dejaron. Tuvimos más de 70 reuniones con el Gobierno central, pero nunca obtuvimos el respaldo jurídico para vender este tipo de combustible. En cambio, en Paraguay solo pedimos licencia ambiental y listo”, explicó Xavier Iturralde, CEO de BIT.
La diferencia entre ambos países es brutal. Mientras en Bolivia el marco legal y la maraña de impuestos frenan proyectos así, en Paraguay el panorama es casi seductor: IVA e IUE de apenas 10%, reglas claras y menos burocracia. Resultado: el país vecino crece 4% a 5% anual, mientras Bolivia sigue discutiendo si cambia o no su Ley de Hidrocarburos.
Pero ojo, el sueño de BIT no termina en Paraguay. La empresa quiere montar un polo de desarrollo e investigación en La Paz, capaz de convertir residuos en hidrocarburos de calidad y, de paso, abrir empleos y oportunidades. El proceso es casi redondo porque se aprovecha el 95% de los desechos, no se desperdicia agua y hasta el gas generado se reutiliza para calentar el reactor.
La apuesta de BIT es transformar basura en energía limpia y rentable. El problema es que, mientras afuera lo celebran, en Bolivia aún falta dar el salto normativo que permita pasar del discurso al hecho.
En Bolivia, el oro dejó de ser un tesoro guardado y pasó a convertirse en una billetera de emergencia. Amparado en la Ley 1503, el Banco Central de Bolivia (BCB) vendió 47,84 toneladas de reservas de oro, operaciones que le generaron $us 3.528 millones destinados principalmente a dos cosas: importación de carburantes y pago de deuda externa. El análisis fue hecho por el economista Fernando Romero, con la revisión de datos oficiales e informes de operaciones con reservas de oro del BCB
Pero Romero dice que no todo se vendió. Desde mayo de 2023 a agosto de 2025, también se pignoraron 8,40 toneladas de oro, es decir, se usaron como garantía para obtener liquidez por unos $us 916 millones. Todo esto bajo la etiqueta de “capital de trabajo”, que no es otra cosa que gasto corriente.
El resultado es claro. Entre ventas y garantías, solo en lo que va de 2025 el BCB consiguió $us 1.778 millones, cifra que cubrió apenas el 76% de lo que el país gastó en deuda y combustibles (unos $us 2.332 millones). Es decir, ni el oro alcanza para apagar todos los incendios.
Lo bueno y lo malo
El único respiro vino del precio internacional del oro, que hoy ronda los $us 3.600 la onza troy. Gracias a esa cotización récord, las Reservas Internacionales Netas (RIN) no se desplomaron. Actualmente, el país tiene 24,12 toneladas, equivalentes a unos $us 2.651 millones.
Sin embargo, Romero dice que hay un “pero” y es que, aunque el BCB compró 9,87 toneladas de oro fino de enero a agosto de 2025, las reservas solo crecieron 1,62 toneladas. Esto evidencia que la estrategia está más enfocada en obtener liquidez que en fortalecer las reservas, algo contrario a lo que hacen países como China, que pese al precio alto sigue comprando oro para blindar su economía.
Las preguntas sin respuesta
Para el analista hay varios temas pendientes. ¿A quién le compra el BCB el oro en el mercado interno? ¿Qué calidad tiene? ¿A qué precio? Solo para adquirir 28,5 toneladas en dos años, debió inyectar una fuerte cantidad de bolivianos, lo que podría estar vinculado con la creciente emisión monetaria, que ya ronda los Bs 95.000 millones.
Afirma que lo mismo ocurre con las operaciones de garantía. Se sabe que 8,40 toneladas de oro están bajo contratos a futuro, pero no hay transparencia sobre con quién, bajo qué condiciones y si existe o no un costo financiero asociado. Romero se pregunta si, en un escenario de incumplimiento, ¿corremos el riesgo de perder parte de ese oro?
El costo de la liquidez fácil
Las reservas de oro son la columna vertebral de cualquier economía porque sirven de respaldo en momentos de crisis. En el caso boliviano, se están usando para cubrir obligaciones inmediatas, con un costo de oportunidad altísimo.
El desafío es evidente: el próximo gobierno tendrá que recomponer la estrategia y evitar que la “ley del oro” termine dejando a Bolivia sin uno de sus activos más valiosos. Mientras tanto, el BCB y las autoridades tienen la responsabilidad de manejar lo que queda con total transparencia y prudencia. De lo contrario, será la historia (y el pueblo) quien les pase factura.
En los últimos días, muchos celebran la baja del dólar en Bolivia como si fuera un signo de estabilidad económica. Pero cuidado, esta caída no significa recuperación, sino todo lo contrario, es un síntoma de deterioro.
El analista financiero Jaime Dunn dice sin rodeos que la baja en el precio del dólar paralelo no es un buen síntoma para la economía. “Cuando la economía empeora, también baja la demanda de dólares y eso puede hacer caer su precio”. Es decir, lo que parece alivio para el bolsillo, en realidad es la prueba de que hay menos circulante, menos transacciones y menos confianza.
Dunn explica que en Bolivia la situación es doblemente complicada porque no solo hay menos dólares en movimiento, también circulan menos bolivianos. La gente y las empresas tienen menos capacidad de comprar divisas y eso empuja a la baja el tipo de cambio. “La economía no ha mejorado en los últimos meses, más bien se ha deteriorado”, recalca el experto, aconsejando además que se evite la especulación porque comprar dólares puede ser una forma de protegerse, pero no es un juego de azar.
¿Y qué piensan los empresarios?
Amílkar Rocha, presidente de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM), va más allá y cree que el panorama puede ponerse aún más oscuro si el Gobierno recurre a la compra de dólares en el mercado paralelo a través de plataformas como Binance. Según él, eso podría disparar el tipo de cambio hasta los 15 o 20 bolivianos por dólar.
Rocha plantea como salida los llamados créditos puente para evitar un colapso y asegura que Bolivia necesita un “sinceramiento económico”. En su opinión, lo realista sería un tipo de cambio en una banda de 10 a 13 bolivianos, mucho más cercano a la situación real del país. También alertó que la inflación ya roza el 17% y podría superar el 25% hacia fin de año, golpeando tanto a empresas como a familias.
Entonces, la caída del dólar no es motivo de fiesta, sino una señal de alarma. La economía está más frágil de lo que aparenta y la supuesta estabilidad cambiaria es solo un espejismo. Como resume Dunn, la verdadera pregunta no es cuánto bajó el dólar, sino cuánto se deterioró la economía boliviana.
La llajua churrasquera con sabor boliviano de B&R Foods.
Redacción | Activo$ Bolivia
En un mundo cada vez más conectado, la innovación y la autenticidad son las claves para destacar. Y eso es precisamente lo que ha logrado B&R Foods, una empresa boliviana que ha sabido llevar el sabor de su tierra a mercados internacionales, especialmente al exigente mercado de Estados Unidos. Con su fundador y gerente general, Jorge Belmonte, al frente, la empresa ha demostrado que la comida boliviana tiene un lugar especial en las mesas de todo el planeta.
A diferencia de otras empresas, B&R Foods ha encontrado el equilibrio perfecto entre la innovación y la tradición. No se trata solo de exportar productos; se trata de compartir una experiencia, una historia y un pedazo de la cultura boliviana. ¿Cómo lo logran? Diversificando su portafolio más allá de los productos convencionales. Hoy en día, sus salsas, bebidas naturales, encurtidos, y hasta platos típicos listos para consumir como la sopa de maní, el fricasé y el chairo, son un éxito rotundo. La línea de salsas «Lokoto», con su sabor picante y ahumado, ha ganado una gran popularidad, abriendo el apetito por nuevos sabores.
El camino no ha sido fácil. Adaptar los productos a los estándares internacionales sin perder la esencia ha sido uno de sus mayores retos, pero han superado este desafío con éxito. La clave ha sido la calidad y la autenticidad, pilares que la empresa ha mantenido desde sus inicios. Además, han utilizado estrategias de «storytelling» y han colaborado con chefs e «influencers» para educar a un público más amplio sobre la riqueza de la gastronomía boliviana.
B&R Foods es un claro ejemplo de cómo una empresa familiar puede crecer y proyectarse a nivel global. Para los bolivianos que viven fuera del país, comprar uno de sus productos es un acto de reconexión con sus raíces, un bocado de nostalgia que les recuerda a casa. Y para los demás, es una invitación a descubrir la riqueza culinaria de Bolivia. El legado de Jorge Belmonte y su padre es una prueba de que, con pasión y visión, es posible llevar el sabor de Bolivia al mundo.
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) de Bolivia parecen estar mejorando en papel, pero un análisis más a fondo revela una estrategia arriesgada.
Al informar de un incremento en las RIN, el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Edwin Rojas, dijo que refleja los esfuerzos del BCB para coadyuvar en la estabilidad económica del país a pesar de un escenario internacional de alta incertidumbre y un contexto interno adverso.
El economista Fernando Romero ha desglosado los números y sus conclusiones son, al menos, preocupantes.
La verdad detrás de las cifras
A primera vista, las RIN de Bolivia alcanzaron los $us. 2.881,5 millones en agosto de 2025. Un buen número, ¿verdad? El problema es que el 92% de esas reservas son oro, mientras que las divisas (dólares, euros) solo representan un escaso 6%. Aún más llamativo: la mayoría de este oro, un 91%, está guardado fuera del país, dice Romero.
Este aumento de valor en las RIN se debe a un factor externo: el precio internacional del oro, que subió un 8% en los últimos tres meses. Es decir, las reservas valen más porque la cotización del oro subió, no porque el país haya acumulado más divisas. De hecho, las divisas apenas crecieron un 3% en el mismo periodo.
Oro que se compra, oro que se va
La Ley 1350 del oro tenía el objetivo de fortalecer las reservas. Sin embargo, los resultados han sido limitados. Aunque el BCB compró 4,93 toneladas de oro en el mercado interno entre mayo y agosto de 2025, las reservas totales solo crecieron en 1,62 toneladas.
¿Qué pasó con el resto? Romero afirma que se vendió o se usó como garantía. En este segundo cuatrimestre, el BCB vendió 3,78 toneladas de oro por $us. 405,71 millones e hipotecó otras 5,4 toneladas para conseguir $us. 589 millones. En total, 9,18 toneladas de oro se monetizaron para obtener casi $us. 995 millones, que se usaron para financiar la compra de combustibles y el pago de deuda externa.
Esto confirma una tendencia: el oro que se compra en el mercado interno se está vendiendo o hipotecando para conseguir liquidez a corto plazo y cubrir los gastos del día a día del Estado, señala.
Un futuro incierto
Romero dice que las cifras son alarmantes si se comparan con el pasado. En 2014, las RIN representaban el 46% del PIB y podían cubrir 14 meses de importaciones. Hoy, con un 4,8% del PIB, apenas alcanzan para 3.1 meses, y si solo contamos las divisas, apenas nos alcanzaría para 32 días de importación de diésel y gasolina.
La nueva dirección del BCB y el próximo gobierno tienen un desafío gigantesco: no solo deben administrar las reservas de oro, sino también garantizar la provisión de combustibles, evitar el impago de la deuda y, lo más importante, recuperar la confianza en la moneda nacional. La prioridad debe ser fortalecer las RIN, no a costa de vender el oro que con tanto esfuerzo se compra.
Bolivia en la montaña rusa de los precios. (Fotos: EFE)
Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia
En Bolivia, el mundo de las finanzas está patas arriba, y todo por culpa de dos «verdes» que se niegan a ir en la misma dirección. Por un lado, tenemos a los dólares, que no paran de caer en el mercado negro; y por el otro, a la hoja de coca, que ha alcanzado precios tan altos que hasta los comerciantes están con los pelos de punta.
¿Por qué este caprichoso comportamiento? Los minoristas están alarmados porque el precio de la coca ha llegado a un nivel sin precedentes. Aunque es normal que suba a finales del invierno, el precio actual no tiene comparación: el “taque” (un saco de 50 libras o 22,5 kilos) se está vendiendo a 6.000 bolivianos, casi el doble de su récord anterior de 3.800.
La tormenta perfecta para la coca
La escasez y, por ende, el aumento de precio, se debe a varios factores. Los principales culpables son los cambios climáticos: la falta de lluvia y los frentes fríos en los Yungas paceños han afectado la producción.
Pero no todo es el clima. Los comerciantes denuncian que algunos productores están vendiendo la coca directamente, una práctica que desestabiliza el mercado formal y facilita el desvío del producto a mercados ilegales, especialmente en las fronteras. En Argentina, en provincias como Jujuy y Salta, la hoja yungueña se cotiza entre 8.000 y 15.000 pesos por un cuarto, lo que demuestra la alta demanda en el país vecino. A esto se suma el encarecimiento del transporte por la falta de diésel, que empuja los precios todavía más arriba.
El dólar, en el camino contrario
Mientras la coca sube como la espuma, el dólar está haciendo lo opuesto. Desde las elecciones del 17 de agosto, su precio en el mercado paralelo ha estado en caída libre. Aunque el billete verde llegó a venderse a 20 bolivianos en mayo, ahora está rondando los 11 bolivianos, casi la mitad de su pico más alto. Sin embargo, no hay que cantar victoria aún, ya que la volatilidad sigue siendo un problema y el precio varía de un día para otro.
Esta caída se atribuye a un cóctel de razones. El Gobierno y el Banco Central de Bolivia han aumentado la oferta de dólares, lo que ha aliviado la presión en el mercado. Además, el país ha visto un repunte en las exportaciones de gas, minerales y alimentos, y un mayor flujo de remesas y turismo. El auge de los pagos digitales y las criptomonedas también ha jugado un papel importante, sin mencionar la relativa confianza que ha generado el próximo cambio de gobierno.
En resumen, en Bolivia, los «verdes» nunca se comportan igual. Por un lado, la coca se dispara por factores climáticos y el desvío ilegal; por el otro, el dólar baja en medio de medidas económicas de último momento para salvar la imagen del gobierno saliente y un panorama más optimista ante la llegada de un gobierno amigable con el mercado. Una vez más, queda claro que, en la economía boliviana, nada es predecible, y el caprichoso comportamiento de los precios es siempre coyuntural.
Representantes de la UPB y la FEPC en el lanzamiento de la plataforma de empleo y del nuevo programa de becas.
Redacción | Activo$ Bolivia
Si trabajas en el mundo empresarial, esta cifra no te va a sorprender: el 50% de las empresas en Bolivia tiene problemas para encontrar el talento que necesita. Es una realidad que cuesta caro, elevando los costos de contratación y, lo que es peor, frenando la productividad del país. Pero, ¿quién se está ocupando de esta brecha?
La respuesta llega de la mano de la Universidad Privada Boliviana (UPB) y la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC). Juntos, acaban de presentar una doble jugada que promete cambiar las reglas del juego: la plataforma CONECTA UPB y la Beca Talento al Mérito Académico.
La clave para encontrar el talento perfecto
Imagina una herramienta que conecte a las empresas directamente con estudiantes y egresados de alto rendimiento. Eso es CONECTA UPB. Según el vicepresidente de la FEPC, Raúl Solares, esta plataforma no es solo una base de datos; es una solución estratégica.
«El 50% de las empresas en Bolivia reporta dificultades para reclutar talento, lo que incrementa los costos de contratación», afirmó Solares. «Iniciativas como CONECTA UPB permiten responder a este desafío con mecanismos concretos que reducen gastos de reclutamiento hasta en 30% y facilitan la inserción formal de profesionales jóvenes en 15 puntos porcentuales».
En otras palabras, la plataforma es un puente que conecta lo que el mercado necesita con lo que la universidad produce: profesionales preparados para los desafíos actuales.
Invirtiendo en el futuro de Bolivia
¿De dónde sale el talento humano? Aquí entra en juego la Beca Talento al Mérito Académico. Está dirigida a estudiantes que se cambian de universidad y destacan por su excelencia académica, esta beca es más que un apoyo económico. «Buscamos reconocer y promover a quienes han demostrado excelencia académica y compromiso con Bolivia», explicó el vicerrector de la UPB, Oliver Saavedra, «brindándoles además una ruta clara de vinculación con el sector productivo a través de CONECTA UPB».
La beca ofrece un 50% de descuento en la matrícula durante toda la carrera y la exención del costo de convalidación. Es la forma en que la UPB, una institución sin fines de lucro que invierte 4 millones de dólares anuales en becas, materializa su compromiso con la educación y el desarrollo del país.
Esta iniciativa conjunta demuestra que la solución a la brecha de talento no está en culpar a nadie, sino en articular a todos los actores: la academia y el sector privado, trabajando de la mano para construir un futuro más próspero.
Más información:
•Estudiantes interesados en la Beca Talento al Mérito Académico pueden postular en → https://bit.ly/HazTuTraspaso_UPB.
Para información adicional: 62517184.
•Empresas interesadas en CONECTA UPB o en participar de la Feria de Empleabilidad y Pasantías 2025:
Ce. 71733840 / 77390026 o al correo: conecta@upb.edu.
La responsabilidad del uso de la IA también es de los usuarios.
Redacción | Activo$ Bolivia
La inteligencia artificial (IA) está en boca de todos. Desde quienes la usan para simplificar su trabajo hasta los que temen que les quite el empleo, pasando por los que la ven como el futuro inevitable de la humanidad. Pero, detrás del brillo tecnológico, hay riesgos muy reales que no podemos pasar por alto.
Cuando la IA falla y no es tan inteligente
La IA no es infalible. Puede “alucinar” respuestas, inventar datos o exponer información sensible sin que nadie lo note. Y ahí está el gran problema: confiamos en ella como si fuera un oráculo, cuando en realidad depende de los datos que se le alimentan y de sistemas de seguridad que no siempre están blindados.
Imagina que un asistente de IA revela por error información privada de una empresa o que alguien difunde datos falsos generados por un modelo. Lo que parece un detalle menor puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza.
OpenAI y las demandas que prenden las alarmas
Un caso que encendió la discusión fue la demanda contra OpenAI. Los críticos cuestionan cómo entrena sus modelos, qué datos utiliza y qué tan transparente es con la privacidad. Más allá del proceso legal, lo que se refleja es una preocupación global sobre la ética y la transparencia en el desarrollo de estas tecnologías. Y aunque es fácil culpar solo a las grandes compañías, lo cierto es que la responsabilidad es compartida: empresas, gobiernos y usuarios tienen algo que aportar.
Cuando la IA se usa para lo que no es
Uno de los riesgos más preocupantes es usar la IA como sustituto de terapia. Hay personas que acuden a un chatbot en busca de contención emocional o incluso orientación psicológica. El problema es que, aunque pueda sonar empático, un modelo de IA no es un psicólogo, no tiene la capacidad de diagnosticar ni de acompañar procesos de salud mental. Pretender lo contrario es jugar con fuego.
Aquí la irresponsabilidad no recae en la IA —que no es más que una herramienta—, sino en quienes la usan de manera equivocada. Si un usuario decide reemplazar la ayuda profesional por la respuesta automática de un chatbot, el riesgo es personal y las consecuencias también.
La responsabilidad también es tuya
Sí, las compañías deben garantizar seguridad y transparencia, pero los usuarios no podemos lavarnos las manos. Confiar ciegamente en cualquier respuesta, compartir datos sensibles o sustituir un médico o un terapeuta por una app de IA es como dejar la puerta de tu casa abierta y luego culpar a la cerradura.
La inteligencia artificial es poderosa, pero no mágica. No piensa, procesa. El juicio crítico lo pones tú.
¿Entonces, qué hacemos?
No se trata de apagar la IA ni vivir con paranoia. La clave está en usarla con criterio:
Verifica la información antes de difundirla.
No compartas datos sensibles en plataformas que no controlas.
No uses la IA para lo que no está diseñada (ni es terapia ni reemplazo de un profesional de la salud).
Recuerda que la responsabilidad del uso siempre recae en el usuario.
La IA puede ser un aliado increíble si aprendemos a convivir con ella de manera consciente. Usada sin criterio, en cambio, puede convertirse en esa caja de Pandora que nadie quiere abrir.
José Luis Camacho Miserendino, líder del Grupo Empresarial de Inversiones Nacional Vida.
Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia
Desde hace más de dos décadas, José Luis Camacho Miserendino es una de las figuras clave del sector asegurador en Bolivia. Al mando del Grupo Empresarial de Inversiones Nacional Vida, ha liderado una transformación que combina innovación, sostenibilidad y una clara vocación de servicio.
Pero su influencia va más allá del rubro asegurador porque desde la presidencia de la Cámara Binacional Boliviano-Paraguaya impulsa vínculos comerciales que abren nuevas oportunidades para el empresariado regional.
Liderazgo con propósito
Camacho Miserendino ha cimentado su carrera sobre tres pilares: excelencia operativa, responsabilidad social y visión estratégica. “El liderazgo en el sector asegurador requiere una visión clara, compromiso y una constante adaptación a las necesidades del mercado”, afirma.
Y es precisamente esa capacidad de adaptación la que ha distinguido a Nacional Vida, especialmente en contextos complejos como el actual, marcado por la escasez de divisas y la incertidumbre económica.
A pesar de estos desafíos, el grupo ha mantenido su posición como líder en seguros personales, consolidando una producción de 185 millones de dólares y expandiendo su presencia territorial en Bolivia y en el extranjero.
Comenta con orgullo que ha podido construir un equipo comprometido que da la suficiente solvencia y estructura a la empresa para que siga creciendo con ética y transparencia. Asegura que cuenta con el apoyo de los inversionistas y directores que permiten que esa gran maquinaria avance y, además, se haya convertido en una importante fuente de empleo en el país.
Tecnología con rostro humano
Uno de los ejes de esta evolución ha sido la transformación digital. “Sabemos que la innovación y la tecnología, como la inteligencia artificial, nos pueden permitir acortar tiempos para ofrecer un mejor servicio”, explica el ejecutivo.
Pero esta apuesta por la tecnología no ha desplazado la calidez ni la cercanía con el cliente, sino que ha reforzado un enfoque basado en relaciones de largo plazo.
La clave, sostiene, está en equilibrar el uso de herramientas digitales con un trato personalizado. Por eso, su modelo de gestión pone especial énfasis en el desarrollo de su equipo humano, en la mejora continua de los procesos y en la generación de experiencias positivas para los asegurados.
Seguros para todos
Camacho también ha trabajado por democratizar el acceso al seguro, un sector históricamente alejado de grandes segmentos de la población. “Fortalecemos la sostenibilidad de los negocios individuales generados por nuestra fuerza de ventas y ampliamos nuestra cobertura mediante alianzas estratégicas en todo el país”, señala. Esto ha permitido acercarse a públicos antes desatendidos y promover la cultura del aseguramiento como una herramienta de bienestar y protección.
Además, la estrategia de sostenibilidad del grupo incluye un enfoque de triple impacto: social, ambiental y económico. “Creemos que el valor de una empresa no solo está en sus resultados financieros, sino también en cómo transforma positivamente su entorno”, asegura.
Integración que suma
El mismo enfoque de colaboración y apertura regional guía la labor de Camacho al frente de la Cámara Binacional Boliviano-Paraguaya. Desde allí, ha liderado misiones comerciales que han conectado a empresarios de ambos países con sectores como la agroindustria, logística, bienes raíces y construcción. Estos encuentros no solo han generado nuevas oportunidades de inversión, sino que también han fortalecido los lazos institucionales.
“La visión de la Cámara es promover las economías de ambos países. Las inversiones y su desarrollo dependen de la seguridad jurídica y del interés de los empresarios”, sostiene.
Uno de los logros más destacados ha sido el posicionamiento de empresas bolivianas en Paraguay, como Fénix Seguros, parte del grupo Nacional Vida. Este crecimiento sostenido demuestra que, con estrategia y compromiso, el sector privado puede jugar un papel clave en la integración regional.
La Cámara también ha fortalecido su rol institucional mediante convenios de cooperación con entidades públicas y privadas, lo cual ha permitido ampliar los servicios ofrecidos a los socios y potenciar el intercambio comercial e industrial entre ambos países.
Gobernanza, formación y equipo
La cultura organizacional que impulsa Camacho tiene un fuerte componente ético. “El Gobierno Corporativo es esencial para crecer con solvencia y credibilidad”, afirma. Para él, liderar no solo significa tomar decisiones, sino formar equipos sólidos, respetar los espacios físicos y emocionales de los colaboradores y fomentar una cultura de aprendizaje permanente.
“Respetar el espacio mental y físico de cada colaborador es fundamental. Creemos que el seguro no es solo una transacción, sino un compromiso con la tranquilidad de las personas”, comenta.
Esta filosofía se resume en el eslogan corporativo del grupo: “Compañero de vida”, una promesa que va más allá de lo comercial para reflejar un propósito profundo.
El futuro como oportunidad
¿Qué viene después? Camacho responde con firmeza y seguridad que va a seguir priorizando a las personas y apostando por la cooperación entre países. En su agenda está el impulso continuo de misiones empresariales a Paraguay —mínimo una por año— y el fortalecimiento del ecosistema empresarial binacional.
“Es importante promover medidas e inversiones que contribuyan al desarrollo mutuo. El sector privado es sólido, dinámico y esencial para el bienestar económico de ambas naciones”, afirma.
Con una visión clara, experiencia sólida y compromiso con el desarrollo humano, José Luis Camacho Miserendino representa una nueva generación de líderes empresariales, aquellos que entienden que la sostenibilidad, la tecnología y la colaboración no son metas futuras, sino realidades que se construyen cada día desde el presente.
Este nuevo servicio de Ganamóvil fue presentado recientemente en Santa Cruz.
Redacción | Activo$ Bolivia
El mundo cripto ya no es cosa de pocos. En agosto de 2025 el mercado superó los 4 billones de dólares y, en medio de esta ola digital, Bolivia no se queda atrás. El Banco Ganadero acaba de lanzar GanaCripto, un servicio que permite a los bolivianos comprar, vender y usar criptomonedas de manera fácil, segura y 100% digital.
“Queremos que cada usuario se sienta seguro y acompañado, respaldado por la solidez de más de tres décadas del Banco Ganadero”, señaló Edgardo Cuellar, gerente de Negocios Digitales y Marketing.
¿Qué es GanaCripto?
Se trata de una herramienta integrada directamente en Ganamóvil, sin apps extras ni procesos enredados. Por ahora, funciona con USDC (USD Coin), una criptomoneda estable vinculada al dólar.
Los beneficios hablan por sí solos:
Operaciones digitales y rápidas.
Envío de giros internacionales de forma ágil y segura.
Control total de fondos desde la app del banco.
Enrolamiento inmediato y sin trámites pesados.
Respaldo de una red nacional de oficinas y ejecutivos capacitados.
¿Quién puede usarlo?
Inicialmente, está pensado para personas naturales que quieran pagar matrículas universitarias, comprar productos y servicios o autoenviarse fondos. En el corto plazo, también llegará a empresas y PYME, que podrán usarlo para pagos internacionales.
Seguridad, el punto clave
La confianza es parte central de la propuesta. GanaCripto usa infraestructura especializada en custodia de activos digitales, cifrado bancario, autenticación multifactor y monitoreo antifraude en tiempo real. Además, cumple con las normativas KYC y PLD, y está supervisado por la ASFI.
Más que un lanzamiento, un movimiento
El Banco Ganadero presentó oficialmente GanaCripto en Santa Cruz, rodeado de expertos financieros y tecnológicos, donde el mensaje fue ofrecer inclusión financiera, innovación y un nuevo paso hacia la transformación digital de la banca boliviana.
“Con GanaCripto acercamos la innovación financiera a todos los bolivianos, promoviendo inclusión, acceso seguro a nuevas oportunidades y fortaleciendo la participación en la economía digital”, resaltó Cuellar.
Con este paso, Bolivia se suma al mapa regional de soluciones financieras innovadoras y demuestra que la banca tradicional también puede ser parte del futuro cripto.