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lunes, octubre 13, 2025
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Del cemento al fuego

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Juan Pablo Saucedo, el creador de Pinchos Parrilla, una idea de negocio surgida de la necesidad de no tener que estar separado de su familia.

Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

En una esquina de Cochabamba, entre el aroma de la brasa y el chisporroteo de la carne, nació Pinchos, un restaurante que redefine la parrilla boliviana. Su fundador, Juan Pablo Saucedo, nunca imaginó que su pasión por la carne lo llevaría a dejar atrás la ingeniería civil y convertirse en un referente gastronómico. Pero su historia comienza mucho antes, en los caminos polvorientos del Beni.

Saucedo estudió ingeniería civil y trabajó en grandes proyectos. Sin embargo, una oportunidad en Magdalena, Beni, lo llevó a un giro inesperado. Su suegro lo animó a mudarse para abrir una empresa constructora; pero los proyectos nunca llegaron. En su lugar, terminó trabajando en la Alcaldía con un sueldo modesto.

La frustración de un trabajo que no le satisfacía lo empujó a buscar opciones y se le ocurrió trabajar con ganado. El negocio de la ganadería era compra y venta de torillos y faenear vacas cuando había la oportunidad.

Como él no poseía tierra tenía que ir hasta las estancias donde estaban los animales. Era un trabajo realmente duro porque no sólo había que encargarse de los animales, sino también había que hacer el viaje de Beni a Santa Cruz y luego regresar, lo que suponía estar despiertos unas 36 horas seguidas.

En este ir y venir había algo que él estaba aprendiendo sin darse cuenta: sabía reconocer la carne buena de la mala, el estado de los animales y cómo habían sido criados, es decir, reconocer la calidad de la carne desde su origen.

De regreso y con una idea

Después de perder su capital debido a una estafa y darse cuenta de que en Beni no lograría nada, regresó a Cochabamba con sólo 400 bolivianos. Retomó la ingeniería por dos años y el siguiente proyecto era en el trópico de Cochabamba, donde tendría que permanecer 25 días al mes y sólo tendría 5 días para estar con su familia.

No soportaba la idea porque siempre fue un hombre protector y con un fuerte sentido de la importancia de la unión familiar. El espíritu emprendedor seguía latente así que decidió poner en marcha una idea que tenía cuando volvió de Beni.

Diseñó un carrito para vender brochetas y lo hizo realidad con nueve mil bolivianos ahorrados. Un 6 de junio de 2019 puso en marcha su idea ofreciendo carne con yuca y salsa. La respuesta del público fue inmediata: la calidad de su carne marcaba la diferencia. Tenía una idea fija: “Quiero que la gente no sólo coma por hambre, sino que disfrute comiendo y aprenda que cada corte es distinto”.

La parrilla como arte

Con el tiempo, el carrito evolucionó. La competencia crecía y Saucedo entendió que debía profesionalizarse. Viajó a Buenos Aires y pasó 21 días en una reconocida escuela de parrilla. Aprendió sobre maduración, cortes y técnicas que llevaron su propuesta a otro nivel. Al volver, enfrentó otro desafío: la inminente desaparición de las plazas de comida donde operaba.

Tiempos inciertos

Un día, una amiga le llamó para decirle que estaba disponible un local frente al Hotel Cochabamba, Él no estaba seguro, pero decidió arriesgarse. Invirtió en carne de calidad y abrió su restaurante en enero de 2020 al que bautizó como Pinchos; pero dos meses después, la pandemia golpeó al mundo y lo dejó encerrado.

Luego de un par de meses decidió (de nuevo) jugarse el todo por el todo y le planteó al personal trabajar haciendo envíos siguiendo las recomendaciones de bioseguridad. Usó las redes sociales para vender y crear comunidad. La estrategia funcionó y, cuando volvió la normalidad, los clientes llegaron en masa a conocer el lugar del que habían comido por buen tiempo.

Un futuro con sabor

Hoy, Pinchos es más que un restaurante. Es el resultado de años de aprendizaje, sacrificio y amor por la carne (y por la familia unida). Saucedo busca consolidarlo como un ícono gastronómico, donde la carne boliviana brille en su máxima expresión y que sea conocida en todo el mundo. «Quiero que aquí no se coma por hambre, sino por placer», insiste con convicción.

Manfred en la UPB: Bolivia necesita una cirugía económica urgente

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El rector de la UPB, Oscar Molina (der.), en la presentación de la tercera edición del ciclo de entrevistas «Sin Filtros», organizado por esa universidad.

Redacción | Activo$ Bolivia

La Universidad Privada Boliviana (UPB) se convirtió nuevamente en el epicentro del debate político con la tercera edición del ciclo de entrevistas “Sin filtros: Bolivia de cara al futuro”. En esta ocasión, el invitado fue el alcalde de Cochabamba, Manfred Reyes Villa, quien no se guardó nada y lanzó un diagnóstico directo sobre la economía del país: “Bolivia necesita una cirugía profunda”.

El evento, realizado en el campus cochabambino de la UPB, contó con la participación activa de estudiantes, académicos y una audiencia conectada en la transmisión virtual. La sesión fue moderada por la periodista Isabel Mercado y contó con las incisivas preguntas de los panelistas Maggy Talavera, Pablo Deheza y Sonia Montaño.

Una economía en la UTI

Durante su intervención, Reyes Villa hizo énfasis en la necesidad de transformar el modelo económico vigente, asegurando que Bolivia atraviesa una crisis estructural que no se resolverá con medidas superficiales.

«Nos encontramos ante una crisis de Estado. El déficit fiscal ha subido significativamente y seguimos con un modelo que no fomenta la inversión privada ni la diversificación económica», afirmó el alcalde cochabambino.

Manfred Reyes Villa en su disertación.

Para enfrentar este desafío, propuso garantizar la libertad económica y la seguridad jurídica, elementos que considera esenciales para atraer inversión y generar empleo. Además, abogó por una mayor descentralización y el fortalecimiento de los gobiernos locales como herramientas para el desarrollo sostenible.

Un ciclo de entrevistas que calienta el debate político

El formato dinámico de “Sin filtros” ha permitido conocer de primera mano las visiones de diferentes líderes políticos. Hasta ahora, han pasado por este espacio Jorge “Tuto” Quiroga y Samuel Doria Medina, y el próximo 9 de abril será el turno de Chi Hyun Chung en el campus de Santa Cruz de la UPB.

Con miras a las elecciones del bicentenario, la universidad planea ampliar el ciclo con la eventual participación de Luis Arce, Evo Morales, Andrónico Rodríguez y Luis Fernando Camacho, entre otros actores clave.

Mientras el país se acerca a un momento político crucial, la UPB refuerza su compromiso con el debate informado, abriendo espacios donde los protagonistas de la política nacional puedan responder sin filtros a las inquietudes de la ciudadanía.

La herencia líquida de un visionario

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El empresario Wildo Dolz en un espacio en su bodega que fue pensado para hacer degustaciones e impulsar la cultura del vino.

Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

En 1945, Santiago Dolz dejó Tarija en busca de nuevas oportunidades y llegó a Sipe Sipe, Cochabamba. Tras décadas de dedicación al comercio y la experimentación con la producción de vino, fundó Bodegas Santa Ana, en 1979. Lo que quizá nunca imaginó fue que su hijo menor, Wildo Dolz, no solo tomaría las riendas del negocio familiar, sino que lo transformaría radicalmente para darle un nuevo impulso con la creación de Bodega Dolz, en 2011.

Wildo habla con pasión sobre el negocio familiar, sus raíces y su evolución. Recientemente, encargó la creación de un espacio acogedor en su bodega para recibir a los visitantes, ofreciendo catas y degustación de bocadillos con el objetivo de impulsar la cultura del vino en Bolivia. “El vino es más que una bebida; es historia, tradición y arte”, comenta mientras recorre las instalaciones rodeado de hermosas barricas y botellas cuidadosamente alineadas.

De la tradición a lo moderno

La historia de Wildo Dolz en la enología no ha sido lineal. Desde joven, su padre le insistió en que debía prepararse para dirigir el negocio, por lo que soñaba con estudiar enología en la Universidad de Mendoza, en Argentina. Sin embargo, el destino lo llevó por otro camino: estudió Ingeniería de Alimentos en Bolivia y se especializó en viticultura, enología y análisis sensorial de vinos en Chile. Con este bagaje académico, regresó con la determinación de modernizar la bodega.

El gran desafío llegó en 2001, cuando un experto le advirtió que los métodos de producción que había heredado de su padre ya no eran funcionales. “¡Me dijo que debía cambiar todo!”, recuerda Dolz. Ese mismo año, su padre falleció, y mientras enfrentaba el duelo, emprendió un proceso de transformación en la bodega. Apostó por nuevas tecnologías y adquirió una línea de envasado de Bodega Kohlberg, iniciando así una nueva era para su empresa.

Hoy, la capacidad productiva de Bodega Dolz alcanza los 300.000 litros anuales, consolidándola como una mediana empresa. Gracias a la inversión en maquinaria y la formación de un equipo especializado, Dolz ha podido delegar funciones, permitiéndole enfocarse en la expansión de la marca y en su papel de líder gremial.

Y muy pronto, la tercera generación sentará presencia en el negocio porque su hija mayor, Alexandra Dolz, está a punto de terminar la carrera de Enología en la Universidad de Mendoza y tiene muchas ideas bullendo en la cabeza.

Liderazgo y compromiso

El liderazgo de Wildo Dolz no se limita a su bodega. Actualmente, es vicepresidente de la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM) y segundo vicepresidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI). A pesar de que su padre fue político y alcalde de Sipe Sipe, Wildo encontró su vocación en la representación gremial, donde impulsa el desarrollo del sector vitivinícola en Bolivia.

Además, fundó la Asociación de Productores de Uva de Sipe Sipe con el propósito de demostrar que Cochabamba también puede producir uvas de calidad. Está convencido de que el bienestar de los pequeños productores contribuye al desarrollo de toda la industria. “En los últimos cinco años, Sipe Sipe ha visto nacer pequeñas bodegas que han puesto alma, vida y corazón en su producción”, dice con orgullo.

Dejando huella

Antes de dedicarse de lleno a su bodega, cuando Wildo Dolz volvió al país con las especializaciones en enología y viticultura, logradas en la Universidad Católica de Chile, fue invitado a ser docente de la carrera de Gastronomía de INFOCAL. Fue el primer docente en dictar la materia de Introducción a la Enología y también estuvo a cargo de la materia Maridaje de Vinos y Comidas.

Justo en aquella época, el Gobierno decidió que todos los institutos técnicos debían tener el mismo pensum y tomaron como referente el de INFOCAL por su calidad académica. Ahora, todas las carreras de Gastronomía de Bolivia incluyen la materia que él introdujo al país.

Dos encuentros clave

En su trayectoria, Wildo Dolz ha conocido a dos grandes referentes del sector: Julio Kohlberg, de Bodega Kohlberg, y Luis Granier, de la destilería Casa Real. Con este último tiene un vínculo especial, ya que fue él quien le vendió la marca Santa Ana. Cuando Wildo intentó registrar el nombre que su padre había elegido para su empresa, descubrió que pertenecía a Granier. Con determinación, lo visitó y le contó su historia. “Su hijo me dijo que les caí bien y que me venderían la marca”, recuerda. Hoy, Santa Ana es una de las zonas productoras de uva más importantes de Tarija, pero solo él tiene derecho a usar su nombre en la industria vinícola.

Pasaron 80 años desde aquella tarde polvorienta de 1945, en la que don Santiago Dolz llegó a Cochabamba. El menor de sus hijos ha sabido honrar el legado familiar poniendo sus vinos y singanis en el mapa vinícola del país y conquistando premios internacionales por su calidad.

Cultivando calidad, cosechando éxito

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Yury Maldonado, gerente general de Palma Verde S.A.

Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

En el competitivo mundo de la agroindustria, pocos logran destacar con la solidez de Industrias de Alimentos Palma Verde S.A. Su gerente, Yury Maldonado, ha convertido la empresa en un referente de exportación de palmito, consolidándola en mercados internacionales y beneficiando a decenas de productores del trópico de Cochabamba.

Con 35 años de experiencia en el sector y un liderazgo inquebrantable, Maldonado ha llevado a la compañía a exportar casi el 100% de su producción, generando ingresos anuales superiores a los 3.3 millones de dólares.

Esfuerzo y estrategia

Desde la fundación de Palma Verde, en 2009, Yury Maldonado ha desempeñado un papel clave en su crecimiento. Con experiencia en proyectos e instituciones internacionales de desarrollo en el trópico de Cochabamba y un conocimiento profundo del mercado del palmito, sumados a la experiencia en el desarrollo y fortalecimiento de empresas de la Fundación IES (principal accionista de Palma Verde) ha sabido posicionar a la empresa e incluirla en un selecto grupo exportador de este producto que convirtió a Bolivia en el segundo exportador mundial.

Los trabajadores de Palma Verde, en la planta industrial ubicada en Ivirgarzama, en el trópico de Cochabamba.

Sin embargo, competir en un mercado dominado por Ecuador no ha sido tarea fácil. «El precio del palmito está definido por Ecuador, lo que nos obliga a buscar ventajas competitivas», comenta Maldonado.

La proximidad a mercados como Argentina y Chile ha sido una de las estrategias clave, permitiendo a Palma Verde responder rápidamente a la demanda y diferenciarse en tiempos de entrega y una buena atención a los clientes.

Liderazgo con impacto

Más allá de su crecimiento empresarial, Palma Verde  también ha transformado la vida de los productores de palmito. La empresa no solo les garantiza un mercado seguro, sino que también cumple con pagos puntuales, asegurando su estabilidad económica. Además, ha implementado capacitaciones, entregó fertilizantes y ofreció asistencia técnica para mejorar los cultivos.

«Los productores necesitan seguridad. Si les aseguras la venta de su producción, les pagas a tiempo y les das condiciones para crecer, ellos responden con compromiso», explica Maldonado. Esta filosofía ha generado una relación de lealtad con los proveedores de materia prima, asegurando un suministro constante y de alta calidad.

La familia como puntal

La historia de éxito de Yury Maldonado también está marcada por el apoyo familiar. Durante años, su esposa ha sido un pilar fundamental, haciendo un doble rol en el hogar mientras él se ausentaba para impulsar a los productores y trabajar en el crecimiento de la empresa en el trópico cochabambino. «Es un trabajo que no se hace solo. Su apoyo y el mis hijos ha sido esencial para que yo pueda enfocarme en la expansión de Palma Verde», reconoce el empresario.

Asimismo, asegura haber podido canalizar las recomendaciones y apoyo de los profesionales que trabajaron en el desarrollo de la zona del trópico.

Aporte al desarrollo local

Palma Verde no sólo ha fortalecido su presencia en el mercado global, también ha impactado positivamente en la economía del trópico de Cochabamba. La empresa logró asegurar ingresos estables para los productores, genera empleo en la región, implementó capacitaciones para mejorar la calidad del palmito y desarrolló estrategias logísticas que optimizan costos y tiempos de entrega.

Gracias a su modelo de negocio, Palma Verde se ha convertido en un motor de desarrollo para el Trópico, contribuyendo al crecimiento sostenible del sector agroindustrial boliviano.

Mirada al futuro

A pesar de los desafíos, Yury Maldonado mantiene su visión a largo plazo. Palma Verde sigue explorando nuevos mercados y apostando por la innovación en productos, con materias primas que se producen en diferentes regiones del país y con derivados del palmito.

Con una base sólida y un equipo altamente comprometido, la empresa continúa creciendo, llevando el nombre de Bolivia a las mesas del mundo y Maldonado estima que, en poco tiempo, muchos de sus productos estarán en los diferentes mercados del país.

Los cambios inaplazables que Bolivia necesita según tres expertos

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Los expertos bolivianos que participaron en el foro empresarial organizado en Cochabamba por la ICAM. (Foto: Facebook-Alberto Arze B.)

Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia

De la mano de tres expertos en política, derecho y economía, la Cámara de Industria, Comercio y Servicios de Cochabamba (ICAM) tomó la iniciativa de analizar los desafíos que enfrenta Bolivia en el marco de las elecciones presidenciales del próximo 17 de agosto.

En este contexto, la ICAM organizó un Foro Empresarial, donde su presidente, AmílKar Rocha, presentó a los analistas para desgranar la realidad nacional. Durante cuatro horas, el politólogo Franklin Pareja, el exministro de Justicia Carlos Alberto Goitia y el analista financiero Jaime Dunn expusieron sus visiones sobre las soluciones necesarias para enfrentar la crisis económica e institucional que atraviesa el país.

Crisis económica: medidas urgentes

El analista financiero Jaime Dunn comparó la economía boliviana con un paciente en estado crítico que requiere atención de emergencia. En su diagnóstico, la solución inmediata pasa por un recorte drástico del gasto público, sin afectar sectores esenciales como educación y salud. Asimismo, propuso permitir la importación privada de combustibles para aliviar la escasez de divisas y evitar el colapso financiero.

Dunn advirtió que el endeudamiento excesivo no es una salida viable y subrayó que la clave para la reactivación económica radica en la reducción del déficit fiscal y el fortalecimiento de la inversión privada nacional.

Institucionalidad y oposición estructurada

Por su parte, Franklin Pareja analizó el escenario político actual y señaló que Bolivia carece de un sistema de partidos consolidado, lo que dificulta la gobernabilidad. Advirtió que las alianzas políticas deben basarse en principios programáticos y no en meros cálculos electorales.

Para Pareja, es imprescindible restablecer la institucionalidad constitucional, deteriorada tras casi 20 años de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS). Además, enfatizó en la necesidad de una reforma profunda del sistema judicial y la implementación de un modelo económico sostenible.

Reformas constitucionales urgentes

Carlos Alberto Goitia, exministro de Justicia, coincidió en que la actual Constitución presenta deficiencias, pero destacó que también ofrece elementos que pueden servir como base para reformas inmediatas. Según Goitia, es fundamental construir consensos para estos cambios, aunque reconoció que no hay tiempo suficiente para una reforma estructural antes de las elecciones.

Ante este panorama, propuso que las reformas más urgentes se realicen dentro del marco constitucional vigente para garantizar estabilidad y viabilidad política.

¿Qué sigue para Bolivia?

El foro de la ICAM dejó en claro que Bolivia enfrenta desafíos mayúsculos que requieren soluciones inmediatas y estructurales. La crisis económica, el deterioro institucional y la necesidad de reformas constitucionales son problemas que no pueden postergarse. Para los expertos, la clave está en la austeridad fiscal, el restablecimiento de la institucionalidad y una reforma progresiva del marco legal. El tiempo corre y el país está en una encrucijada decisiva.

Talento Boliviano: Edición Especial de Activos Bolivia

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Un importador de alta gama

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Boris Flores aprendió de su padre a ser tenaz en los negocios y a trabajar con ética.

Sandra Arias Lazcano | Activo$ Bolivia

La historia de Boris Flores es un testimonio de perseverancia, reinvención y pasión por los negocios. Este empresario boliviano, dedicado a la importación de equipos odontológicos de alta gama, comenzó su carrera en un rubro completamente diferente y enfrentando desafíos que fueron los que marcaron su camino hacia el éxito.

Un legado de perseverancia familiar

Creció viendo a su padre emprender desde cero en al menos tres negocios distintos. Esa tenacidad y ética de trabajo calaron profundamente en él, marcando su visión empresarial.

A los 18 años, su padre le dijo que era hora de valerse por sí mismo y lo lanzó al mundo laboral. Ese hecho coincidió con que la estabilidad económica familiar se vio afectada porque el negocio textil de su padre atravesaba una crisis y un desacuerdo en la familia llevó a que él, sus hermanos y su madre buscaran nuevos horizontes.

Fue entonces cuando ellos optaron por vender comida en la calle. Aunque al principio sintió vergüenza por lo que dirían los amigos y vecinos, pronto se sintió “en su salsa” y su enfoque en la calidad y la atención al cliente transformó el pequeño puesto en un negocio exitoso.

Ya desde entonces ponía su atención en la calidad del servicio porque, en el afán de conquistar nuevos clientes y fidelizarlos, implementó el servicio de delivery y era gratuito porque él mismo se encargaba de las entregas. Fue una movida innovadora porque era el año 2010 y ese servicio no era tan común como lo es ahora.

Todo lo aprendido en aquella etapa de su vida sería clave para los nuevos negocios que vendrían en el futuro.

Transición inesperada

Después de ocho años en el rubro de la cocina, se dedicó a otros proyectos en solitario como la venta de fruta congelada y todo lo que se podía comprar y vender, ya sea terrenos, autos, motocicletas y varios otros productos.

El cambio de rumbo llegó debido al impulso de su hermano mayor, Franz, médico odontólogo que se casó con una norteamericana y se fue a vivir a EE.UU. Con el tiempo, en cada visita a Bolivia, comenzó a traer instrumentos dentales de ese país.

«Hacer negocios en familia no representa un problema. La clave es la transparencia y tener todo por escrito, en lo posible, notariado porque es importante diferenciar la familia y los negocios, ambos merecen respeto». Boris Flores

“No tenía idea de qué eran ni cómo se usaban y no eran comunes en el país en esa época; pero mi hermano confiaba en mí. Me dijo: ‘Tú vendes todo, vas a poder vender esto’”. Y así fue como nuevamente se vio investigando y aprendiendo sobre un negocio que no conocía. No sabía por dónde empezar y tenía miedo a equivocarse; pero con el tiempo y la práctica fue adquiriendo seguridad.

Esos fueron sus primeros pasos como importador de productos odontológicos de alta gama y empezó con buen pie porque sus primeros clientes son grandes maestros de la Odontología, quienes le guiaron sobre usos y características de los equipos.

Al inicio, su hermano soñaba y le decía que confiaba tanto en su capacidad de ventas que lo visualizaba con su traje de ejecutivo y viajando en avión por Bolivia para entregar los equipos. Boris recuerda que se reía porque esa visión se le hacía lejana y poco probable.

Poco a poco, la empresa se fue afianzando y ahora es representante exclusivo para Bolivia de la marca DUREZZA. Hoy en día, viaja al menos 3 o 4 veces al mes, a distintas partes del país, para entregar los equipos y orientar a sus clientes en la instalación y uso adecuado. En 2024, viajó dos veces a China, primero a una feria dental y después para reunirse con sus proveedores. Sin duda, una experiencia única que aprovechó al máximo.

Para el futuro, el plan es expandirse al eje troncal del país y después llevar el negocio a Perú, Chile y Colombia.

Cada gota cuenta: CBN suma otra comunidad con agua potable

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Inauguración del proyecto para la dotación de agua potable en Llave Mayu, del municipio de Arbieto, en Cochabamba.

Redacción | Activo$ Bolivia

En el marco del Día Mundial del Agua, Cervecería Boliviana Nacional (CBN), a través de su marca con propósito social Agua SOMOS, dio inicio ayer a un nuevo proyecto de acceso a agua segura en la comunidad Llave Mayu, en el municipio de Arbieto, Cochabamba.

Esta iniciativa beneficiará a más de 110 personas con la instalación de un tanque de almacenamiento de 50 m³, una red de tuberías y conexiones domiciliarias, permitiendo que las familias dejen de depender de los carros cisterna y accedan a agua de manera más segura y sostenible.

«Este proyecto no solo mejorará la calidad de vida de la comunidad, sino que también fortalecerá la salud y el bienestar de sus habitantes», señaló Andrea Benavente, gerente de Comunicación Corporativa y Sostenibilidad de CBN.

Un impacto que crece
Llave Mayu es la novena comunidad beneficiada por Agua SOMOS, que ya ha mejorado el acceso a agua potable para cerca de 700 familias en todo el país. Además, la iniciativa incluye capacitación a los pobladores sobre el tratamiento del agua con sistemas de cloración, garantizando así su consumo seguro.

Más que un proyecto, un compromiso
Cada dos litros de Agua SOMOS vendidos representan una donación de Bs 1 para soluciones hídricas en comunidades vulnerables. Así, los consumidores bolivianos también son parte del cambio.

CBN y Agua SOMOS siguen apostando por un futuro con agua segura para todos porque cada gota cuenta.

Bolivia está en el sótano de la libertad económica

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Redacción | Activo$ Bolivia

Bolivia sigue rezagada en materia de libertad económica. Según el Índice de Libertad Económica 2025, publicado por The Heritage Foundation, el país ocupa el puesto 30 de 32 en toda América y el 164 de 176 a nivel mundial, con una puntuación de apenas 44,1 puntos.

A pesar de un leve incremento de 0,6 puntos respecto a 2024, la economía boliviana sigue clasificada como «reprimida», una categoría en la que sólo figuran países con serios problemas estructurales, entre ellos Cuba y Venezuela. En contraste, Canadá (75,5), Chile (73,2) y Estados Unidos (70,2) lideran el ranking regional.

Un retroceso de décadas

El economista Luis Fernando Romero señala que, hace 27 años, Bolivia llegó a tener una puntuación de 68,8 puntos en este índice, lo que la posicionaba como una de las economías más abiertas de la región. Sin embargo, desde el año 2000, la situación ha cambiado drásticamente. La creciente intervención estatal, regulaciones estrictas y un sistema judicial vulnerable a la injerencia política han debilitado los pilares de la libertad económica.

El informe revela que el país enfrenta desafíos como la alta presión fiscal (88,8 puntos) frente a una pésima salud fiscal (4,4 puntos); falta de seguridad jurídica para la inversión, con puntuaciones bajas en derechos de propiedad (19,9) y libertad de inversión (15); control de precios en productos básicos como el azúcar, el maíz y el pan; y tipo de cambio fijo y escasez de divisas, que afectan la estabilidad monetaria.

¿Y ahora qué?

La falta de libertad económica no solo desincentiva la inversión extranjera, sino que también ahuyenta a los propios emprendedores bolivianos. Mientras tanto, la incertidumbre política y social sigue pesando sobre la economía.

Romero dice que, si bien algunos de los indicadores del estudio pueden ser debatidos, la conclusión es clara: Bolivia necesita un giro estructural para salir de esta crisis. Reformas en el ámbito laboral, tributario e institucional podrían ser la clave para revertir esta tendencia y devolverle al país la competitividad perdida.

La pregunta es: ¿habrá voluntad política para hacerlo?

Exportadores bolivianos tienen en la mira al puerto peruano de Chancay

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El puerto de Chancay fue inaugurado en noviembre de 2024.

Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia

La Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadexco) tiene los ojos puestos en una nueva alternativa logística para potenciar el comercio exterior boliviano. Se trata del puerto de Chancay, en Perú, una moderna infraestructura que promete convertirse en un hub clave para la región.

El presidente de Cadexco, Juan Carlos Ávila, informó que, en coordinación con la Cámara Nacional de Exportadores, se está organizando una misión empresarial para visitar el puerto y evaluar sus beneficios. “Es fundamental conocer de primera mano las condiciones que ofrece este puerto que podría convertirse en una puerta de acceso estratégica para el comercio con Asia”, señaló Ávila.

Ubicado a unos 75 km al norte de Lima, Chancay se perfila como una opción atractiva para las exportaciones bolivianas gracias a su infraestructura de última generación y su conexión directa con mercados asiáticos. Sin embargo, Cadexco aún se encuentra en fase de análisis y prevé una evaluación más detallada tras la Feria Internacional de Cochabamba (Fexco 2025), que concluye en la primera semana de mayo.

“Debemos considerar factores como costos, tiempos de espera y seguridad logística antes de tomar una decisión definitiva”, agregó Ávila.

¿Un beneficio para las exportaciones o sólo para importaciones?

Si bien algunos analistas sugieren que Chancay podría beneficiar principalmente a las importaciones bolivianas, Ávila cree que su impacto en las exportaciones dependerá de la capacidad del sector para adaptarse. “Todo dependerá de la creatividad de los exportadores y de la dinámica del mercado”, dijo.

Actualmente, el comercio con China sigue en expansión, con exportaciones bolivianas en sectores como la madera y la carne bovina. La posibilidad de utilizar Chancay como un punto logístico clave podría fortalecer aún más estos lazos comerciales y abrir nuevas oportunidades para los exportadores nacionales.

El puerto de Chancay, inaugurado en noviembre de 2024 con la presencia del presidente chino Xi Jinping, promete convertirse en un motor del comercio regional. La gran pregunta es si Bolivia podrá sacarle el máximo provecho.

“Trascender haciendo el bien”

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María Reneé Centellas es gerente general de Bagó y fue reconocida en 2024 como la segunda líder mujer más influyente de Bolivia por el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (MERCO).

Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia

En el mundo empresarial boliviano, donde la competencia es feroz y la innovación es clave, pocas figuras destacan como lo hace María Reneé Centellas. Su reciente elección como directora de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO) es el resultado de años de arduo trabajo, compromiso con el desarrollo sostenible y un liderazgo basado en la excelencia y la equidad.

Reconocida en 2024 por el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (MERCO) como la segunda mujer más influyente de Bolivia, su ascenso en el ámbito corporativo no ha sido casualidad. Su propósito, como lo describe con pasión: «Trascender haciendo el bien», ha guiado su labor en Laboratorios Bagó de Bolivia, donde ha construido una reputación basada en la calidad, la sostenibilidad y la responsabilidad social.

Liderazgo con impacto

Desde la gerencia general de Bagó, Centellas ha impulsado la innovación en la industria farmacéutica, garantizando la producción de medicamentos con estándares de calidad certificados. Bajo su gestión, la empresa ha alcanzado entre un 13 a 14% de participación en el mercado y ha medido su impacto en la salud a través del número de recetas médicas en las que sus productos están presentes, logrando una participación de entre el 15 y el 16%.

Más allá de la industria farmacéutica, su enfoque de sostenibilidad ha sido integral. Ha logrado alinear los objetivos de Bagó con la Agenda 2030 de la ONU, priorizando metas como el bienestar y la salud (ODS 3), la equidad de género (ODS 5) y la generación de alianzas estratégicas (ODS 17). Además, su apuesta por la economía naranja ha permitido que la empresa apoye a artistas, escritores y escultores, promoviendo el arte como un pilar del bienestar integral.

Una nueva etapa en CAINCO

Su incorporación al directorio de CAINCO representa una oportunidad única para ampliar su impacto en el ecosistema empresarial boliviano. En esta nueva posición, su objetivo es fortalecer la sostenibilidad en el sector privado. «Demostrar que la sostenibilidad es rentable, es clave. No se trata solo de responsabilidad social empresarial, sino de generar valor para las empresas y la sociedad a largo plazo», enfatiza.

Su enfoque en la sostenibilidad no es retórico; lo ha aplicado con éxito en Bagó y ahora busca llevarlo a un nivel más alto. La colaboración con organismos internacionales, el fortalecimiento del empresariado local y la generación de nuevas oportunidades para las mujeres en el sector privado son algunas de las prioridades en su agenda.

Inspiración y legado

Más allá de su desempeño empresarial, su historia es un ejemplo de equilibrio entre el éxito profesional y la vida personal. Madre de dos hijos, ha demostrado que la equidad de género no es solo un discurso, sino una práctica real. Su ascenso a gerente de producción en Bagó se dio mientras estaba embarazada, y desde entonces ha defendido la meritocracia como la base para el crecimiento profesional. «El cargo no tiene género, tiene méritos», afirma con convicción.

El reconocimiento de su liderazgo no solo se mide en rankings. Con una familia empresarial que asciende a 650 empleados directos y más de 1.500 indirectos, ha logrado construir un modelo de gestión basado en la confianza, la eficiencia y la pasión por el trabajo.

Su nombramiento en CAINCO es una señal del cambio que se avecina en el mundo empresarial boliviano, donde el liderazgo femenino, la sostenibilidad y la innovación son factores clave para el crecimiento. En marzo de 2025, asume oficialmente su puesto y, sin duda, su participación marcará un antes y un después en la historia de esa institución.

Inversión pública a media máquina

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Imagen de archivo. (Foto: ABI)

Redacción | Activo$ Bolivia

Si la inversión pública fuera un motor, Bolivia estaría funcionando con sólo la mitad de su capacidad. Según el informe de “Rendición Pública de Cuentas Final – Gestión 2024” del Ministerio de Planificación del Desarrollo, el país ejecutó apenas el 50% de su presupuesto vigente para inversión pública. De los $us. 4.841 millones previstos, solo se gastaron $us. 2.430 millones.

Según el análisis del economista Luis Fernando Romero, si se toma en cuenta el presupuesto aprobado inicialmente, de $us. 4.274 millones, el porcentaje sube al 57%, pero sigue siendo menor al 66% de ejecución logrado en 2023. Además, el monto total invertido cayó en un 9% respecto al año anterior, lo que significa menos infraestructura, menos apoyo al sector productivo y menos dinamismo económico.

¿Dónde se gastó y dónde no?

La ejecución presupuestaria fue baja en casi todos los sectores y los datos ofrecidos por el Gobierno muestran el siguiente panorama:
Sector productivo: Solo se ejecutó el 39% del presupuesto.
Sector social (salud, educación, etc.): Alcanzó un 56%.
Infraestructura: El mejor desempeño, con un 70% de ejecución.
Multisectorial: Llegó al 50%.

Romero señala que es claro que una menor inversión pública impacta directamente en el crecimiento económico, la inversión privada y la generación de empleo. En un país donde el modelo económico depende del gasto estatal y el mercado interno, este freno se siente en todos los niveles.

¿Ahorro o crisis?

¿Por qué Bolivia está gastando menos en inversión pública? Romero dice que respuesta estaría en la falta de liquidez del sector público y la caída de los ingresos hidrocarburíferos, que desde hace años vienen en picada. En lugar de buscar financiamiento externo o presionar más el déficit fiscal (que en 2023 ya fue del 12% del PIB), el Gobierno optó por una política de inversión “austera”.

Pero este recorte tiene consecuencias y es que, con una economía ya debilitada, menos inversión pública significa menos obras, menos contratos para empresas y menos dinero circulando. Además, hay dudas sobre si en 2025 la historia se repetirá, sacrificando nuevamente la inversión para cubrir el déficit fiscal o incluso desviando fondos al gasto corriente.

Menos inversión pública puede parecer una solución temporal para evitar que el déficit se dispare aún más; pero a largo plazo, el riesgo es claro: sin crecimiento, no hay economía que aguante.

Dólares por bosques, el negocio de vender aire

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Redacción | Activo$ Bolivia

La idea suena sencilla: los países y empresas que contaminan pueden pagar a quienes protegen los bosques para «compensar» sus emisiones de CO₂. A esto se le llama mercado de carbono, y en teoría, es un sistema en el que todos ganan: el planeta, las comunidades y quienes buscan reducir su impacto ambiental.

En Bolivia, esta práctica ya está en marcha porque, desde octubre de 2024, las leyes bolivianas lo permiten. Miguel Vargas, director ejecutivo del Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS), dijo en una reciente entrevista que, hasta hace unos años, Bolivia se oponía a estos negocios; pero “corrientes dentro del Ejecutivo y el Legislativo han promovido el cambio sin considerar los efectos en los territorios indígenas, su soberanía y la soberanía del país”.

Empresas extranjeras compran créditos de carbono generados en bosques nacionales, principalmente en territorios indígenas, para justificar su huella ecológica. Pero ¿qué tan beneficioso es este modelo para el país?

El negocio de los bosques en Bolivia

El mercado de carbono en Bolivia se ha dado de manera descentralizada. Algunas comunidades indígenas han firmado acuerdos con organizaciones internacionales para proteger sus tierras y recibir dinero a cambio. Un ejemplo es el caso del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), donde ciertos grupos han visto en estos acuerdos una fuente de ingresos sin explotar. Otro ejemplo reciente es lo sucedido entre los pueblos Cayubaba y Baures con el falso Estado de Kailasa y la pretendida compra de territorios indígenas en el oriente del país.

No todo es tan verde como parece. Bolivia no tiene una regulación clara sobre estos acuerdos, lo que deja la puerta abierta a contratos desventajosos para las comunidades. En algunos casos, las empresas compran derechos de carbono a precios muy bajos y por largos periodos, sin que los indígenas tengan pleno conocimiento de las implicaciones.

¿Riesgo o solución?

El problema es que sin una ley que regule el mercado de carbono, Bolivia corre varios riesgos como la pérdida de soberanía, porque las empresas extranjeras pueden adquirir derechos de conservación sobre tierras indígenas sin un marco legal que proteja a las comunidades; falsas promesas económicas porque, muchas veces, los pagos son menores de lo esperado o dependen de condiciones difíciles de cumplir; y peligro de acaparamiento porque algunas empresas podrían usar estos acuerdos para impedir que las comunidades decidan sobre sus propios territorios en el futuro.

¿Qué debería hacer Bolivia?

El gobierno tiene el desafío de establecer un marco legal claro y transparente para la comercialización de créditos de carbono. Esto incluye: regulación estricta para definir quién puede vender créditos de carbono y bajo qué condiciones; protección a las comunidades indígenas para asegurar que las negociaciones sean justas y beneficiosas para ellas y mayor control estatal para supervisar y fiscalizar estos acuerdos con el fin de evitar abusos.

Vargas asegura que, actualmente, no existe en este momento en el país una empresa desarrolladora que haya cumplido con los estándares y las salvaguardas en materia de mercados de carbono.

El experto hizo dos afirmaciones preocupantes. Una de ellas es que la norma no tiene salvaguardas a favor de los pueblos indígenas y cualquier empresa o persona puede ingresar al país y desarrollar estos negocios entre privados sin ningún control. La otra es que, si bien hay responsabilidad en las autoridades indígenas, el Estado tiene la obligación de garantizar las condiciones institucionales para que los pueblos indígenas no sean víctimas de estafa o negociados que les lleven a entregar su soberanía territorial.

El mercado de carbono puede ser una oportunidad para Bolivia, pero sin reglas claras, podría convertirse en un nuevo tipo de extractivismo disfrazado de ecología. La pregunta es: ¿el país aprenderá a aprovecharlo sin comprometer su soberanía ni los derechos de los pueblos indígenas?

La historia del maíz que Bolivia dejó ir

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El maíz de Cochabamba que brilla en el extranjero.

Edwin Carpio San Miguel | Activo$ Bolivia

El maíz blanco del valle alto de Cochabamba es más que un simple producto agrícola: es una joya genética con reconocimiento mundial. Mientras países como Estados Unidos lo han resguardado y potenciado en bancos de germoplasma, Bolivia aún no le ha dado la atención que merece.

Raúl Taborga, ingeniero agrícola y exconsultor internacional, recuerda que, durante el gobierno de Jimmy Carter, el secretario de Agricultura de EE.UU. viajó a Bolivia, realizó un estudio y se llevó una importante cantidad de este maíz. ¿El destino? No fue el consumo, sino su integración a bancos de germoplasma, donde ha sido analizado y mejorado para diferentes climas y usos.

El valle alto de Cochabamba, en especial Cliza, es famoso por la calidad de su maíz, gracias a suelos ricos en minerales que producen un grano con alto contenido proteico y almidón. Sin embargo, el departamento dejó de ser el granero de Bolivia con la expansión de la frontera agrícola en Santa Cruz, que hoy aporta el 70% de la producción nacional.

Para Taborga, Cochabamba aún tiene un potencial desaprovechado. En lugar de competir en volumen con Santa Cruz, podría convertirse en un semillero de alta calidad, exportando semillas certificadas con valor agregado. No obstante, para que Bolivia aproveche esta riqueza agrícola, es clave desarrollar una política de investigación, certificación y exportación.

«Sin una visión estratégica, recursos como el maíz blanco seguirán beneficiando más a otros países que a su propio lugar de origen», advierte Taborga. Y mientras tanto, este tesoro cochabambino sigue esperando su momento de brillar en casa.

De alcohólico a buen samaritano

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Alfredo Solares vivió una vida de excesos antes de encontrar su rumbo en la vida.

Gustavo Villarroel T. | Activo$ Bolivia

Aprendió a ganar y tener dinero desde niño para ayudar a su madre, cuando ella trabajaba como empleada doméstica. Creció, se hizo adolescente, comenzó a ganar más y se descarrió, llevado por los amigos, bebiendo de boliche en boliche, como todo un rey de las cantinas.

Esta es la historia de Alfredo Solares, conocido hoy en Facebook y TikTok como un hombre humilde y generoso, completamente creyente, que ayuda a la gente necesitada en las calles de las ciudades de Bolivia.

El 2024 fue un gran año para Alfredo. Además de la satisfacción de mantener más de 60 puestos de empleo en tres empresas, sus acciones de filantropía fueron reconocidas con una inmensa cantidad de seguidores, miles de likes y comentarios, siendo galardonado oficialmente como uno de los influencers más destacados de Bolivia.

Pero su juventud fue diferente. Bebía tanto que no sólo hizo sufrir a su madre en aquellos años, sino que fue también enfermó y estuvo a punto de morir.

Esta es la historia de este buen samaritano, contada a Activos Bolivia en su colchonería ubicada en la zona sur de Santa Cruz, ciudad de su residencia.

De Sucre a Santa Cruz

“A mi papá recién lo conocí a los 18 años. Mi mamá se llamaba Basilia, era empleada doméstica, se vino de Sucre a buscar días mejores en Santa Cruz. Tengo 43 años y mi madre falleció hace 14 años. Ella padecía de Chagas y puede ser que falleció por culpa de Alfredo Solares”. Así comienza a relatar su historia.

Hasta hace unos 14 años, Alfredo llevaba una mala vida, bebiendo con sus amigos. La gente a la que debía dinero iba a su casa a cobrarle y era su madre la que sacaba cara por su único hijo.

“Me duele mucho lo que hice; pero yo siempre digo que todo tiene un propósito en la vida. Hace poco fui a un velorio y le decía a un amigo: si no hubiera fallecido mi mamá, yo no hubiera cambiado”, confiesa.

Niño emprendedor

“De niño me gustaba trabajar, siempre me gustó estar en todos los lugares. Vendía periódicos, después vendía empanadas por la calle, en el estadio. También llegué a ser boletero de la línea 55”, recuerda.

Cuando tenía ocho años ya le gustaba ganar y ahorrar dinero. Pero aconseja a los jóvenes tener cuidado porque, si bien es bueno tener dinero, puede corromper a las personas y hacerles creer que ya no es necesario estudiar.

Todo lo que ganaba en esos días se lo daba a su mamá para ayudar a pagar el alquiler del cuarto. Ella no quería que su hijo trabajara de cobrador en los micros porque quería que estudiara; pero al muchacho le gustaba andar por las calles.

“Estudié hasta primero intermedio y ahí lo dejé. Ya tenía 16 años y en esos tiempos se podía sacar licencia de conducir chuta. A esa edad comencé a manejar micro en la línea 55. Y de ahí comencé ya a tomar”, cuenta.

Bebía por influencia de los amigos mayores que tenía en el rubro de los micros. “Ese Alfredo Solares era vicioso, era borracho, alcohólico, gastaba la plata”, dice de sí mismo.

No tenía mujer ni hijos que mantener. No tenía obligaciones, no tenía la visión de estudiar. Lo más importante para él era trabajar, hacer negocios y ganar dinero. En esos tiempos, un micrero ganaba bien. Alfredo era feliz, le gustaba su vida y soñaba con tener un micro propio.

Sueño hecho realidad

“Estuve de chofer desde los 16 hasta los 21 años. Me compré un micro a crédito para la línea 55. Trabajaba todo el día y a las 8 de la noche iba a beber con los amigos. Llegaba a las dos o tres de la madrugada, me echaba a dormir, me levantaba a las 6 para ir a trabajar de nuevo”, relata.

En ese entonces todavía vivía con su mamá en el cuartito alquilado que ayudaba a pagar; pero estaba viviendo la vida loca, como dice la canción de Ricky Martin, sin darse cuenta de que en poco tiempo lo perdería todo “por borracho irresponsable”.

De repente, comenzó a faltar dinero para pagar al Banco, puesto que su herramienta de trabajo se arruinaba. Además, él no tenía límites y daba el micro a un chofer y se dedicaba a la parranda.

Un día, de pronto se le vino todo encima porque se dañó el motor del micro y tuvo que dejarlo en el mecánico. No tenía cómo generar ingresos. Lo más fácil fue dejar el vehículo como prenda para pagar dos letras al Banco. Así lo hizo, le sobró un poco de dinero y se fue a beber. Al otro mes nuevamente quedó sin dinero, esta vez sin su micro, que estaba en manos de un prestamista.

“Fueron a preguntar a la línea si yo estaba trabajando y les dijeron que no, que hace un mes no trabajaba. Entonces el Banco comenzó a buscar a mi garante y él fue donde mi madre para decirle que su hijo no estaba pagando la deuda. ¿Y qué hice yo? Me escapé”, recuerda.

Alfredo fue a buscar a la que hoy es su esposa, quien en ese entonces trabajaba como empleada doméstica. Ella no tenía mucho dinero, pero le pagó un alojamiento durante 15 días. Además, le llevaba desayuno, almuerzo y cena.

Pese a vivir en esas condiciones, seguía enfrascado en la bebida. Todas las noches salía con sus amigos y vivía como si fuera millonario. Entonces tuvo que aceptar lo que le pasaba y es lo que predica ahora. Cuenta que ya había perdido todo y que las deudas lo estaban ahogando, también estaba haciendo daño a su madre y a su pareja. Tuvo que aceptar que estaba arruinado.

Volver a levantarse

“En ese entonces, tenía 24 años de edad. Hablé con mi madre, le dije que íbamos a pagar los 18 mil dólares que debía. No tenía micro, no tenía nada, estaba en la ruina. Solamente tenía la cama y el ropero de mi madre. Le dije: voy a trabajar de nuevo de chofer, ya no de dueño”, rememora.

Al día siguiente de su retorno a casa, aparecieron los prestamistas, uno de ellos con un bate en la mano. Se armó de valor para hablar con ellos, les dijo que tenían el derecho de golpearlo; pero si hicieran eso ¿quién les pagaría?

Les pidió una oportunidad, les aseguró que iba a trabajar de chofer y pagaría todos los fines de semana. Lo mismo hizo con los otros prestamistas y empezó a trabajar con mayor empeño.

Lo que ganaba entre lunes y viernes le entregaba a su pareja con la idea de que genere intereses y ayude a pagar la deuda. Pero lo que ganaba los sábados, que era un día de buenos ingresos, los gastaba en bebidas con sus amigos.

Cada domingo, llegaba ebrio a las 6 de la mañana y se echaba a descansar, no sin antes darle 100 bolivianos a su pareja para que fuera a comer con su hijo.

“Esa era mi vida, ése era Alfredo que pensaba que estaba bien. Había cambiado, sí; pero pagaba solamente intereses de mi deuda, no capital. Estuve así casi tres años, solamente vivía para esa gente”, agrega.

A sus 29 años sintió el llamado de Dios, que le dio una oportunidad. En la línea de micros le apodaban el recaudador, ya que recaudaba para beber con varios choferes, compraban fardos de cerveza y a tomar. Pero un día cambió su vida.

“Era un sábado cuando hubo un cambio del control de la línea. Pusieron a otro control y él no me conocía, yo nunca hacía nocturno, yo era el más mimado, con todos me llevaba bien. Cuando lo cambiaron, el control me dijo que yo no había hecho nocturno toda la semana, por tanto, este sábado tenía que hacerlo”, recuerda.

Su última salida del micro fue a las 10:30 de la noche. Llegó a las 11:30 a la parada y todos sus amigos estaban borrachos, tomando en un bar. Le llamaron para que fuera a compartir con ellos, pero él se fue a casa.

Volvieron a llamarlo a las 2:00 de la madrugada, pero ya estaba dormido. Esa noche tuvo un sueño, donde escuchaba una voz que le decía que vaya a una iglesia, que siga a Cristo.

Era un domingo primero de mayo cuando Alfredo despertó con la decisión de ir a una iglesia. Su esposa ya asistía, desde un tiempo atrás, a la Asamblea de Dios y le animó a ir a un templo que había cerca.

Se alistaron y salieron a la calle. “Dios hizo que apareciera el micro de un amigo que me dijo: Alfredo te llevo. Estoy yendo para la iglesia”. Lo que no sabía es que iba en dirección contraria y llegaron a otra iglesia diferente a la que habían pensado.

El encuentro divino

“Cuando entramos a la iglesia, escuché una canción que me encanta, que dice: quiero ser un hombre nuevo, renuévame. Y yo siempre le dije a Dios que yo quería ser un hombre nuevo. Ahí nació el nuevo Alfredo, ese día domingo primero de mayo, a mis 29 años. Ya estoy 14 años en la vida de Cristo, tengo 43 años y fue ahí donde Dios me habló”, afirma con un suspiro.

Pese a ser feriado por el Día del Trabajador, no fue a beber con sus amigos ni a la fiesta que había en la línea. Desde ese día, hasta ahora, ya no bebe una gota de alcohol. Su mamá falleció dos meses antes del nacimiento del nuevo Alfredo, un 11 de marzo.

“Yo por eso les digo a todos que mi mamá se fue porque yo tenía que cambiar. Cuando murió mi mamá, para mí se cayó el mundo entero. No tenía a nadie más, solamente a mi esposa. No tengo hermanos, no tenía nada, ni conocía a los familiares de mi mamá”, cuenta.

Le duele el hecho de que su mamá se fue sin conocer al nuevo Alfredo; sin embargo, a veces piensa que él hubiera muerto antes, porque hace 10 años le diagnosticaron cirrosis y el doctor le dio seis meses de vida.

“¿Entonces, ¿qué le dije a Dios? Yo hice un pacto con él. Le dije que, si él me daba la oportunidad de darme la vida, yo iba a ayudarle a todita su gente, que le iba a dar el 50% de mi vida para trabajar con él”, reflexiona.

Pasaron los seis meses y seguía con vida, tomaba los medicamentos que le recetaron; pero se sentía muy mal y no se podía mover. Poco a poco, el dolor fue cediendo y tiempo después se hizo un análisis completo.

Al ver los resultados, el médico quedó sorprendido y no podía creer que Alfredo estaba curado. Su hígado estaba muy dañado y de pronto estaba mejor. “Para mí, es la nueva oportunidad que me ha dado Dios”, afirma con total fe.

Un nuevo hombre

Probó diferentes formas de hacer dinero. Fue taxista y después vendió colchones por las calles para una pequeña fábrica, cuyo dueño se hizo una gran casa con ese negocio.

Ahora él tiene una fábrica de colchones y es socio de una empresa constructora junto a un arquitecto de Cochabamba. También abrió una escuela de fútbol para niños.

Después de pagar sólo intereses durante casi cuatro años, comenzó a devolver el capital y, poco a poco, se fue librando por completo de las deudas

Ahora, Alfredo Solares trabaja para ayudar a los más necesitados y agradece a Dios que le esté ayudando en la venta de colchones y en sus otros emprendimientos porque así logra ayudar a más personas que lo necesitan.

“Pido a Dios que me ilumine para abrir otras empresas. De las tres empresas que tengo, damos el 10% de las ganancias, son 30% que estamos dando (en donativos) y quiero abrir otras empresas, si Dios lo permite, para seguir ayudando. Entonces, si pudiera tener 20 empresas, imagínense donar el 10% de las ganancias de esas 20 empresas. Pero sólo Dios sabe cuándo vamos a seguir creciendo”.